No sé quién eres,
tú el que me busca,
desde un lugar lejano
queriendo escuchar mi voz,
salir en mi búsqueda.
Intentas estar a mi lado
furtivamente,
despacio, sin prisa.
Estás muy cerca
dejando señales,
signos, casualidades,
suertes,
imprevistos repentinos.
No sé quién eres,
expresas con sentimientos
tu necesidad de saber de mí,
quién soy,
para crear un lazo
entre tu ser y el mío,
entre nuestros entornos
y quieres espontáneamente
expresar
y encontrar paulatinamente
un lugar en mi vida.
No sé quién eres,
pero me das el motivo
necesario
para soñar
y el aliento profundo
para continuar permitiendo
que la flor de la esperanza
renazca para seguir.
Vas poco a poco
generando descubrimientos,
sorpresas entre los dos,
ideando oportunidades
de hacerse en opciones
válidas.
No sé quién eres,
pero sabes estar
y esperar con infinita
paciencia
a que nuestras vidas
se encuentren en el mismo
camino
como un recurso de gozoso
futuro
y como con un toque divino
mis suspiros fluyen
pensando en quién eres tú.
Eres como una gota de
serenidad
suspendida en agua
como bálsamo
que calma mis ansias de amar
aún no conociéndote.
No sé quién eres,
pero siempre estás
queriendo saber de mí.
En lo que nos separan laten,
nos llaman, ávidas,
las victorias futuras
esperando.
Poco a poco,
me buscas como por un camino
donde hay encuentros de dos
seres
que nunca estuvieron juntos.
No sé quién eres,
pero con perseverancia y
paciencia ,
día a día,
te acercas más a mí,
tu voz lejana se acerca
y murmura sin vernos
palabras de amor
muy dulces y tiernas.
Logras al fin
que piense en ti
aún en esta cierta distancia
y mi ser se abre para
albergar algún día,
un espacio para aguardarte
si es que llegas,
en una red de ansiosas idas
y venidas,
de vuelos,
en cercos sin prisión
para quedarte reclinado en
mi vida
en arrobada calma de paz y
sosiego.
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