Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
domingo, 24 de mayo de 2020
Tus caricias
Tus caricias
como aroma de flores de
azahares
impregnan mi piel
y me envuelven
en suaves delirios de
ensueño
haciéndome sentir
que a nada en el mundo se
parecen.
Tus caricias,
leves como la seda,
frescas como brisa al
amanecer,
son promesas de dichas desatadas.
Las quiero en mí a mi
alcance,
cerquísima,
como está el ser amado
con el ritmo de su cuerpo al
lado mío
que aunque sin verse se
siente,
se sueña.
Tus caricias deshojan mi
tristeza
en anhelosos huecos de amor,
dándole luz a mi alma.
Laten en mis sienes
como tenues sombras de
ruidos,
caricias que como pétalos de
rosas
se deslizan en mi rostro
cual temblores de hojas
y gotas del cielo.
Tus caricias como tímidas
palabras
sueltas o murmullos en el
aire,
en lento encanto,
sin ansias,
descubren mi cuerpo
lentamente,
allí en ardorosas palmas
que me llevan a reclinar mi
mejilla
en el blancor de plumas
que visten nuestro lecho de
amor.
Tus caricias,
que como gotas de lluvia
caen sobre el papel,
ese,
el florido del azar,
donde las letras bailan
y crean palabras de amor.
Tus caricias me hacen
conocer tu mundo,
me quedo inmensamente
deslumbrada
al ver que el brazo que te
tiendo
tu me lo estrechas.
Tus caricias flotan
en el paraíso ideal
de lo que anhelamos ser,
en ese velo súbito
en nuestra vida tan clara.
Son sutiles como alas de
mariposa
y aleteos de ángeles
que protegen mi ser
y le dan paz a mi alma.
Tus caricias me estremecen
de impaciencia
y soy feliz sintiéndolas
latir
con frenesí en mi piel.
Me seducen,
me apasionan
y crean dentro de mi mundo
interior
una alegría sin fin.
Tus caricias,
sin ellas no concibo el no
tenerte,
son una cálida huella de los
sueños
que soñamos con el aire azul
en cada día.
No sé quién eres
No sé quién eres,
tú el que me busca,
desde un lugar lejano
queriendo escuchar mi voz,
salir en mi búsqueda.
Intentas estar a mi lado
furtivamente,
despacio, sin prisa.
Estás muy cerca
dejando señales,
signos, casualidades,
suertes,
imprevistos repentinos.
No sé quién eres,
expresas con sentimientos
tu necesidad de saber de mí,
quién soy,
para crear un lazo
entre tu ser y el mío,
entre nuestros entornos
y quieres espontáneamente
expresar
y encontrar paulatinamente
un lugar en mi vida.
No sé quién eres,
pero me das el motivo
necesario
para soñar
y el aliento profundo
para continuar permitiendo
que la flor de la esperanza
renazca para seguir.
Vas poco a poco
generando descubrimientos,
sorpresas entre los dos,
ideando oportunidades
de hacerse en opciones
válidas.
No sé quién eres,
pero sabes estar
y esperar con infinita
paciencia
a que nuestras vidas
se encuentren en el mismo
camino
como un recurso de gozoso
futuro
y como con un toque divino
mis suspiros fluyen
pensando en quién eres tú.
Eres como una gota de
serenidad
suspendida en agua
como bálsamo
que calma mis ansias de amar
aún no conociéndote.
No sé quién eres,
pero siempre estás
queriendo saber de mí.
En lo que nos separan laten,
nos llaman, ávidas,
las victorias futuras
esperando.
Poco a poco,
me buscas como por un camino
donde hay encuentros de dos
seres
que nunca estuvieron juntos.
No sé quién eres,
pero con perseverancia y
paciencia ,
día a día,
te acercas más a mí,
tu voz lejana se acerca
y murmura sin vernos
palabras de amor
muy dulces y tiernas.
Logras al fin
que piense en ti
aún en esta cierta distancia
y mi ser se abre para
albergar algún día,
un espacio para aguardarte
si es que llegas,
en una red de ansiosas idas
y venidas,
de vuelos,
en cercos sin prisión
para quedarte reclinado en
mi vida
en arrobada calma de paz y
sosiego.
Hoy te siento
Hoy te siento,
aquí cerca mío.
La ternura de tus caricias
y tu mirada
es una franja azul y verde
entre el cielo y el agua.
Es una estela dejada en la piel.
Tu ternura es energía
transformada en besos.
Es un ave coqueteando con las
olas.
Es una hoja balanceada por el
viento.
Es un rosal floreciendo.
Tu ternura la percibo
en el abrazo cálido y sensual,
en el poder escribirte
a través de ella las poesías,
las palabras que nacen del alma
para ti.
Hoy te siento
en el gesto delicado
que sale del alma,
en la forma en que me llamas.
La ternura es el suspiro del
amor.
Hoy te siento
a través de tu calma
con que has sabido llenar mi alma
y hasta el menor de mis
pensamientos
inspirando hoy cada letra
de cada poema que te escribo.
Es bella y verdadera tu esencia,
le escribo a lo que tu presencia
en todo mi existir genera.
Cuando un día
mis poemas lleguen a ti
entenderás que te amé así,
por no saber amar de otra manera.
Percibo tu ternura
y mi corazón infinito
como el cielo se convierte en
volcán
cuya hirviente lava,
llega hasta el alma,
es como un dulce poema
que alegro mi triste razón,
eres una luz en mi alma
me alumbra
en todos los caminos de mi vida.
Hoy te siento
en una noche muy obscura,
noche de eclipse de luna,
la estrellas a mi alrededor
tiñen el cielo de color.
Tiemblo de amor
cuando se anuncia
la inminente llegada de mi
amante,
a quien espero despacio
igual que un fruto colgado
sobre el fresco de la grana.
Y viene hacia mi
desprendido y risueño,
eterno signo de bondad y ternura
y nos encontramos en el cenit,
yo inocente y pura,
él noble y único.
Hoy te siento.
Desde lejos,
ya en el umbral del encuentro
y mi voz leve como un hilo
que sale de su noche,
trémula lo llama
¡Ven!
¡Te espero!
¿Desde dónde?
Es entre ondas sucesivas
de un querer al otro,
de ternura leve,
luminosa por el sol,
purísima y diáfana,
de blancura total y mi trémula
espera
avanza soñando,
se acerca y las almas
se reconocen radiantes
en el camino que las esperaba
y en el papel amanecen
unas palabras
¡Amor,
hoy te siento!