¿A qué
juegas mi bien?
Quisiera
adivinar tus intenciones pero me duele tanto en el alma que tus ojos no me
digan nada.
¿A qué
juegas, mi bien?
¿Porqué te
aprovechas de este amor, dándote cuenta que hieres, que dueles, que matas?
¿A qué
juegas, mi bien?
No dejas
que te ame, tampoco me dejas amar y olvidarte.
¿A qué
juegas? ¿Acaso quieres herirme en lo profundo de mi alma? Deja que olvide tu
piel y renazcan en mí, rosas para otro querer.
¿A qué
juegas, mi bien?
Mi corazón
se estremece al escuchar tu voz, dulce y grave, me engañas con ella, haces que
me sienta querida y luego sólo me das
silencio.
Silencios
de tu boca que como espadas flamígeras rasgos de cristal, puntas de agua, se clavan
en mi alma.
Déjame
olvidar que nos quisimos, que sólo yo te quise.
¿A qué
juegas, mi bien?
A tenerme
siempre buscándote, pues te digo que ya no lo resisto.
Te di mi
alma transcripta en letras, en mágicos alfabetos, me despreciaste, no importa,
para otros será este sueño divino, el candor de mis letras, el cantar de mi
alma.
Olvídate de
mí, déjame amar, en otro ser vivir nuevas sensaciones de vida, otra musa
ocupará tu lugar, aunque me duela.
Olvídate de
este sueño que vivimos juntos, como yo lo haré sin mirar atrás, sin mirar
atrás.
Déjame
recordarte como el amor silente, apasionado y único, el que formó y forma parte
de la vida misma.
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