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miércoles, 23 de mayo de 2012

Juegos de la vida

¿A qué juegas mi bien?
Quisiera adivinar tus intenciones pero me duele tanto en el alma que tus ojos no me digan nada.
¿A qué juegas, mi bien?
¿Porqué te aprovechas de este amor, dándote cuenta que hieres, que dueles, que matas?
¿A qué juegas, mi bien?
No dejas que te ame, tampoco me dejas amar y olvidarte.
¿A qué juegas? ¿Acaso quieres herirme en lo profundo de mi alma? Deja que olvide tu piel y renazcan en mí, rosas para otro querer.
¿A qué juegas, mi bien?
Mi corazón se estremece al escuchar tu voz, dulce y grave, me engañas con ella, haces que me sienta querida y luego  sólo me das silencio.
Silencios de tu boca que como espadas flamígeras  rasgos de cristal, puntas de agua, se clavan en mi alma.
Déjame olvidar que nos quisimos, que sólo yo te quise.
¿A qué juegas, mi bien?
A tenerme siempre buscándote, pues te digo que ya no lo resisto.
Te di mi alma transcripta en letras, en mágicos alfabetos, me despreciaste, no importa, para otros será este sueño divino, el candor de mis letras, el cantar de mi alma.
Olvídate de mí, déjame amar, en otro ser vivir nuevas sensaciones de vida, otra musa ocupará tu lugar, aunque me duela.
Olvídate de este sueño que vivimos juntos, como yo lo haré sin mirar atrás, sin mirar atrás.
Déjame recordarte como el amor silente, apasionado y único, el que formó y forma parte de la vida misma.

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