Después de mi amor, oigo el soliloquio claro que sin
esperar el tiempo se acercaba y nos unía para que juntos tembláramos en el
impulso puro que brotaba al estar juntos, conquistando espacios en motivos de
vida.
Después de mi amor, aún tengo sed de amarte y la voz de
mi pensamiento va hacia ti y no veo ni siento que se durmió el viento, se
encapotó el cielo, se inmovilizó el mar y se apagaron murmullos y colores
porque todo mi ser está contigo aunque sea sólo un hechizo de amor.
Después de tu amor, no me hables de orillas ni de lados,
ni de proximidad para tenerme, que aunque contiguos son distanciamientos.
Después de mi amor, quiero el sosiego que da el levísimo
suspiro que te está esperando, el momento breve donde encuentra el rincón del
amor, donde están susurrando palabras, versos, estrofas que aguardan el momento
de llegar y caer con un suspiro en las hojas que las aguardan con ansia total.
Después de mi amor, nuestra realidad es como
un sueño, indiscernible, cierta a la vez, como el pájaro, el mar, los árboles,
las flores, son un son, un puro sentir casi invisible.
Y
en la arena que llamamos tiempo tu huella y la mía se unieron, se marcaron en
una sola.
Pero
en la noche se empezarán a encender las preguntas distantes, inquietas,
inmensas como astros, siempre las mismas repetitivas ¿me amas? ¿me recuerdas?
queriendo saber recuerdos leves y exactos uno del otro…..
Y
después de tu amor, llegará el beso de la noche que se posará, curvo y
recurrente para que la hoguera de la pasión se encienda, otra vez, con lentitud
y ternura y luego el adiós, sin nada más
que liberar las manos...
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