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viernes, 3 de agosto de 2012

Faro de luz


La noche es la gran  duda del mundo, oscura y misteriosa. Triste noche, ronco huracán, borrascosas nubes sólo iluminadas con la luz del faro a la distancia.
Se confunden el cielo, la tierra y el mar pero a lo lejos, el puerto, cobijo y albergue seguro, e siente cercano próximo al faro lengua de fuego que recorre el mar tenebroso.
Entre nieblas tenues, tu cuerpo de piedra, con tu diadema de luz, arde como los astros en el cielo.
Faro de luz, silencioso y atento que ilumina peligros a lo lejos, rocas pérfidas, escollos áridos, señuelos que engañan a las naves.
Faro de luz, norte de los navegantes, eres la gran advertencia del peligro inminente. Desde lo profundo del mar, traes a la costa pacífica y segura a los que en larga ausencia anhelan el llegar.
Tu lumbre, divina aureola de la noche, refleja el sol naciente. Torre de piedra con reflejos de luz que atraviesa el horizonte dando esperanza luminosa.
Relámpago de pura luz, sin trueno, silencioso, música, sin notas que sin rumor alguno está silencioso y eterno, presente siempre.
Luz del faro que ilumina el camino a la protección, seguridad, amando de noche a los ojos del cielo suprimiendo de lejanas que son las distancias del mundo la luz del final de un túnel.
El silencio de la luna cubre las sombras de la noche, junto a los destellos del vigía eterno.

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