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viernes, 3 de agosto de 2012

Vida marina


No hay silencio profundo en el fondo del mar, las criaturas marinas ensayan sus preludios de amor. Todos tienen su voz, sus canciones, y hasta sus lamentos profundos. lanzan risas cantarinas, veloces, corriendo, danzando, saltando en un caos calmo.
Las ballenas ensayan sus canciones de amor, que parecen quejidos lastimeros, volando hasta el sol. Hasta los peces pequeños conversan  sin cesar en tenues diálogos, los delfines rosados se acarician.
Se oye el agua vibrar, se oye el viento silbar  a la distancia y la tierra al girar.                            Se oyen muchas historias en el fondo del mar: los barcos hundidos con corazas de sal, son fantasmas que arrullan desde las profundidades del mar.
Los delfines en su danza taciturna se deslizan en la arena profunda, dejan las tristezas de sus ojos del color del océano infinito, en la oscuridad de los abismos.
El coro de sus voces candorosas y frescas te revelan su amor. De su amor total viene la reintegración perfecta del alma sus cánticos nos colman todos los vacíos  de felicidad y pesadumbres.
Los delfines nos invaden en un sinfín de emociones, en una perpetua devoción de tarareos sin fin. ¡Gracias por existir! Junto a las ballenas, símbolos de libertad se van a su destino, despacio, jugando esas grandes criaturas que se mueven en los muslos sombreados del agua, no hay mayor esplendor del gris que cuando la luz las platea.
Su respiración profunda es una exhalación.  Los delfines y las ballenas y todos  los seres vivos del fondo marino danzan entre las aguas y los barcos hundidos.
Vida en el fondo del mar, mundo cambiante en el gran vacío pleno de júbilos y cantos.

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