Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 29 de septiembre de 2012

Llamaradas de amor


Llamaradas de amor que me sugieren tus labios, puedo sentir tu cercanía y cada suspiro me quieta gratamente el alma.
Llamaradas de amor que tus ojos despliegan en mi ser, chisporroteos, coloridos, chisporroteos que me abrazan el alma, me convierten en hada, puedo volar entre abedules  y cipreses, recordando el último beso.
Llamaradas de amor se posan en mi pecho y me hacen gozar de este momento, instante bendito, sentir tus besos que en mi memoria atesoraré  por siempre como hilos de trigo y agua, de cristal y juego.
Llamaradas de amor, fuegos que abrazan y no lastiman, purifican el espíritu y nos unen en una lumbre enceguecedora de pasión.
Llamaradas de amor que rebaten con vivacidad todo espíritu opuesto a la pasión.
Llamaradas de amor, hoguera encendida que entusiasma continuar amando arrancando del tiempo mis palabras.
Vehemencia de acariciarnos el alma. ¡No dejemos que este fuego se apague!.
Ágata de fuego, salida de lo más profundo del orbe, es este amor que nos invade y nos hace olvidar esta realidad que hemos vivido.  Aquí sobrevivimos, eternos como el fuego que arderá cuanto dure nuestra vida.
Vivamos el ímpetu del amor, porque si se acaba no estaremos arrepentidos.
Llamaradas de amor llenan mi vida, la colmaron de delicias plenas sólo con tus manos en las mías, me has flechado el alma, te pertenezco, vivamos este instante como si fuera el último respiro de un milagro de amor sobre la tierra.

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