Con pequeños trozos de tu eterna ternura, tallaste en mí, las letras, prosas, poemas, entre ideas estremecidas, juntando las palabras con pasión y alcanzando el éxtasis del amor.
Cuando llegó tu beso a mi alma, me inundó de calor y luz, entre temblores de ansias y sobresaltos inauditos.
Tu beso inundó el desierto de mi alma como néctar embriagante que se liba en el bíblico cáliz de los labios.
Como fugitivo y delicioso roce es un espasmo de delicia suma, algo que sabe a miel y dulce goce, a tibieza de cuerpo y perfume.
Un beso de tu alma es la íntima entrega de un momento que el alma hace del ardor que nos sofoca, son dos vidas que se funden en un mismo aliento, es un cielo tejido entre dos con finos hilos de amor.
Un beso de tu alma es cual aroma de azahar en un atardecer suave y cálido.
En mi mundo interior se alargan, temblando, las notas, llorando de placer, en una completa armonía sin sollozos agobiados ni congojas dolientes ni melancolías recordadas, sólo paz y calma total.
Entre estremecimientos de placer y una expectación ansiosa, espero el beso de tu alma y éste al llegar hace resonar arpegios refulgentes de dianas sonoras que recorren cielos, mares, horizontes… siguiendo un silencio albo que refleja con ímpetus alados el amor ascendiendo a las alturas.
Un beso de tu alma es la luz amanecida que hiere al despertar los ojos y me alumbra imprevista, sin saber por cual oscuridad llegará como un elixir que da vida a mi vida, que arranca suspiros profundos, aún de entre mis sueños velados.
Un beso de tu alma es fuente de paz, sosiego y consuelo de mis minutos de eterna soledad.
En cada amanecer me hace volar al paraíso y descender a la tierra entre música de arpas y violines, danzando mis prosas de amor en pentagramas colmados de letras sincopadas que flotan con luces de estrellas.
Un beso de tu alma conquista mi todo, me lleva a la calma y a disfrutar de este hoy bajo la sombra de plata de la luna precedido de una gran bandada de pájaros cantantes que entre apiñada escolta lo conducen ligero a depositarse silenciosamente en mi espíritu alado que lo espera ansioso.
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