Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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martes, 11 de diciembre de 2012
Amar
Amar en el aquí y en
el ahora, ¡qué gran sencillo milagro vivir en el hoy contigo!.
Mis suspiros se detienen pensando en ti y mi corazón late y
palpita porque estás en mi vida.
Sólo se que la distancia alarga caminos pero siempre te siento
conmigo a pesar de los abismos.
Amar que no es misterio, estás en mis sueños y en el alto silencio
de la noche, un soñar mío empieza al borde de tu cuerpo y en el mío el tuyo
siento.
Ya dormidos o en vela, los dos nos buscamos, tu sueño es mi sueño.
Amar sin saber quién eres tú, verde de mis prados, dueño de mis
cielos, sabor del fruto prohibido.
Pensar en ti todas las noches no es pensarte con mi pensamiento,
es que estás dentro de mí. Te voy pensando conmigo, exactamente en el ancho
mundo.
Amar, dedicándote el alma mía a la tuya, a la luz de quererte, en
el gran silencio por la tierra, por el cielo, en las suaves voces de nube, todo
el cántico del amor va hacia ti.
Este amor nuestro vuelto estrella, único y verdadero, de afán y
tiempo, ha entrado en mí como la dicha entra sin prisa, beso a beso.
Amar, no dejaré de buscarte, saltaré muros de agua, anchos fosos
de aire, vallas de piedra, setos de bosques y te encontraré.
Te espero sólo a ti y donde yo te espero, sólo tú podrás estar,
sólo escucharé tus pasos, tus vuelos, tus huellas únicas.
Amar que hace que tu aliento mitigue mi llanto y tu mirada guíe mi
camino porque tus ojos son secreto de mi amor. Me llevas en tus días, en tu
alma, en tu pecho, en tus labios, en tus palabras encendidas, lejanas sí de
honduras de cielos o entrañas de la tierra.
Amar, déjame volar hacia él, con el alma del alma y tan sólo un
momento fugaz, eterno, es tiempo infinito.
Sendero de nostalgia
Por un sendero
florido, florido de sentimientos, como estrellas desprendidas del lejano
firmamento, por un sendero silente donde discurre el recuerdo y la nostalgia se
vienen desgranando remembranzas.
Por un sendero que huye la presencia del olvido y que se va florecido,
donde el amor sonríe, por ese sendero vengo con el corazón henchido de amor y
de sentimientos que le huyen al olvido.
Sendero de la nostalgia, cantando voy por la senda del campo
reverdecido desde mi morada hasta el prado florecido, entre la brisa sutil que
su caricia me brinda, el ondular de las ramas cargadas de rojas guindas y
doradas mariposas que volando pasajeras anuncian que va llegando la fragante
primavera y con ella tú regresas a mi vida.
Sendero de la nostalgia, cantando voy por la senda con mi bagaje
de sueños pues renace en primavera el verdor hasta en los leños y se hace
música y color mi poesía.
Alegre voy como antaño cuando mi ilusión primera me llevaba hacia
la senda cantando en primavera.
Hoy mi ilusión es distinta, el amor nunca perece, la dicha me la
da y mi corazón reverdece con mi bagaje de sueños renovados y floridos.
Cantando voy por la senda pues renace en primavera el verdor hasta
en los leños.
Sendero de nostalgia, es un sendero de flores que me lleva hacia
ti ya que hoy y siempre candente anidas en mi pecho ardiendo en sentimientos
tiernos y gozaré de tu ternura plenamente y para siempre.
Canto sin palabras
Canto sin palabras,
en silentes espacios del todo y de la nada, lo siento dentro, muy dentro,
cantando en mi alma mis amores escondidos.
Canto sin palabras, el ambiente sonoro de grillos y cigarras,
glisando las brisas, del temblor del ramaje, me sumergen en estos versos que me
atrevo a cantar dentro de mí. Sin palabras en papeles que quedan en blanco
esperando el momento que las letras los inunden de amores.
Los cocuyos encienden sus chispas intermitentes, vanidosos rivales
de galaxias lejanas y la luna sobre el mar rielando en el oleaje, comprende
soberana en el paisaje solidario mi canto sin palabras.
Canto sin palabras, cuando le llegue su momento, su día le
llegará, vibrarán en hojas en blanco, temblorosas y tiernas. Volcarán sus
sentires intactos, puros, que gozarán la virginal delicia de no haber sido
vistas por ningún mirar, sólo cantos en mi alma fueron.
Palabras no hay aún, no se las puede nombrar, quién las busque en
arco iris o en cielos iridiscentes nunca las encontrará, son cantos sin
palabras.
Disfrutan esencial vida en mi yo interior como el agua antes de
ser arroyo, lágrima o mar.
Canto sin palabras, ya les llega su día, su canto se escuchará
cuando el día amanezca en un alba estival. ¿Qué color tendrán sus letras al
llegar al papel que las espera? ¿Tendrán un color de cielo? ¿O de azul de mar?
¿O de verdes primaveras?
Canto sin palabras, ya comienzan a llegar por el aire, van y
vienen tratando de alcanzar el silencioso papel que las atrae insinuante,
querencioso y atrevido, deseando leer el canto, el que vino del alma.
Canto sin palabras,
melodioso, como el trinar del ruiseñor posado en espumas, en frondas marineras.
Así como el cielo se vuelve al mar y el mar al cielo regresa, las palabras de
amor de mi alma van hacia la magia de las hojas en blanco y de ellas vuelven a
mi alma, más sutiles, sentidas. Susurradas con lenguajes entremezclados con
palabras que humedecen mi interior con lágrimas como lluvia recién mojada
venida de mundos remotos pletóricos de amor y de eternas primaveras.Quisiera soñar
Quisiera soñar con
ser la brisa que agita tus cabellos y roza dulcemente la magia de tus manos.
Ser la tibieza misma del sol que te acaricia, la noche que te
oculta con su negrura infinita.
Quisiera soñar en ser la barca que naufraga y que nos lleva
sorteando los abismos del oleaje, hacia una desierta isla donde por siempre
encalle.
Quisiera ser el ansia de tus ojos que busque mi mirada para calmar
mis latidos palpitantes.
Amante de mis sueños, que habita mi morada, quisiera aprisionarte
en mi alma enamorada y solamente mío gozar de tus abrazos y que mi atormentado
corazón en llama transformado consuma mis dolores sintiendo la mutua ternura
que nos embriaga cuando estamos juntos.
Quisiera soñar, que se alza la llamarada pasional del amor en la
profunda noche, desprendiendo tizones y luminosas chispas, vertiendo deseos de
amor eternos y en un crepitar ardiente difundir las brisas en el silencio
inmenso de nuestros jardines en flor.
Quisiera soñar, que la tierra fecunda arda con el delirio del
abrazo creador y desgarre el nocturno denso negro de la noche, la intensa sed
de amor de dos seres pletóricos de dicha.
Es la noche estival, aromada de fragancias que despiertan las
ansias del natural deseo y acelera el latido del corazón amante con el abrazo
leve de tu aliento exultante.
Quisiera soñar con el espacio infinito que con su manto de
estrellas es el mudo testigo del terrenal anhelo mientras vierte en silencio
sus ánforas de fuego en el alma del hombre que viene en mi búsqueda y me dice
¡qué lejos está lo ya ido!, tan sólo de amor podemos querer vivir diciendo que
si a las formas impolutas y no a los tiempos inciertos.
Déjame en libertad
Déjame en libertad, quiero
soñar, sentirme amanecida a un nuevo día diáfano, florecido de alegría y
volverán mis rimas, mis palabras a brotar con total armonía.
Déjame en libertad, volar guardo en el alma un ansia loca de
surcar distancias, el corazón en libertad escancia todo el dolor que le quitó
la calma.
¡Oh! déjame en libertad, hace tanto que no me dejan libre el
pensamiento mío, él sólo quiere dilatarse en canto para poder rimar tu nombre
con el mío, en poemas de amor, decir que este amor duele tanto y embarga toda
mi alma dejándola atada y desamparada.
Si seguimos viviendo los dos y otra vez nuestras sendas ondulantes
se encuentran, tal vez, día llegado será que mi vida y la tuya se unan y las
dulces caricias tan hondas guardadas aflorando a los ojos, los labios, las manos,
cristalicen la dicha que nos fuera negada.
Déjame en libertad, mi alma ahora necesita volar, por los aires
cristalinos de brisas de abril, entre nubes pasajeras, buscando en los rincones
del mundo las horas mejores, sentarme en los ribazos, junto al río siguiendo
con mi mirada el reflejo de mi alma en el agua.
Déjame en libertad, para yo poder evocarte constantemente y
alentarme a vivir en plenitud, con un báculo fuerte donde apoye mi esperanza y
quizás, nuestras sendas ondulantes se encuentren otra vez trayendo amor a donde
amor espera, último paso en nuestra ruta sedienta de gozos inmediatos hacia la
perfección vislumbrada pero nunca nuestra…