El
secreto de los siglos, raíces en el tiempo, siglo árbol que enredas mi espesura
entre ecos de los hombres, extrema cortedad del reino del detalle.
¿Cuál
es el secreto de los siglos entre muros de agua, anchos fosos de aire, setos de
piedra o tiempo guardia de voces, pasados no encontrados?
Breve
instante de la vida, una hora siquiera, somos seres que como hojas desprendidas
donde una ilusión su nido encuentra agonizando.
Esta
hoja fugaz, pálida vena del destino, deseos de ser un soplo vivo en el secreto
de los siglos.
Fulgor
contra destello, el hombre abate, espejo frente a espejo, reina el mundo y en
el sentir de la hoja y de su árbol, árbol y hoja se confunden en el secreto
escondido de los siglos pasados y por venir.
El
secreto de los siglos suspendido en el aire volátil del orbe eleva e amor como
puente de cristal a lugares misteriosos, donde en momentos preciosos la
felicidad renace.
Las
voces del mundo han levantado sus soles en el interminable laberinto de la
tierra y nadie ha podido aún encontrar la esencialidad de su luz porque habita
en el invisible corazón de la eternidad.
El
secreto de los siglos, de fuegos en las manos del arco iris, deshojado,
desdibujado, donde habitan las sombras corriendo libres por la luz.
En
esta vibración de latires que se agitan, se entremezclan, el amor sueña libre
en su soledad de siglos y las cruces desnudas diluyen su lenguaje de espumas,
recibiendo la sencilla y límpida vibración de corazones puros.
El
amor en el secreto de los siglos cae en cataratas silentes día a día, hoy,
ayer, ayer de ayeres, por las curvas sencillas del viento, desplazando su
caudal de perfume en el tiempo, sin más banderas que el acento claro de la paz.
El
amor es el secreto de los siglos en receso, que va dibujando su invisible rocío
cósmico en los atardeceres temporales del espíritu y abraza en silencio
nuestros mundos profundos y luminosos.
El
secreto de los siglos que se quiere dilucidar aunque sea sólo en la oscuridad o
entre tinieblas que como tules envuelven el amor, lo esconden para que sólo en la esperanza del silencio
oscuro la luz lo ilumine por instante para trocar al mundo sin prisa en el
paraíso donde se palpen soledades o nuevas ofrendas de luz y amor.
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