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viernes, 8 de febrero de 2013

El secreto de los siglos


El secreto de los siglos, raíces en el tiempo, siglo árbol que enredas mi espesura entre ecos de los hombres, extrema cortedad del reino del detalle.
¿Cuál es el secreto de los siglos entre muros de agua, anchos fosos de aire, setos de piedra o tiempo guardia de voces, pasados no encontrados?
Breve instante de la vida, una hora siquiera, somos seres que como hojas desprendidas donde una ilusión su nido encuentra agonizando.
Esta hoja fugaz, pálida vena del destino, deseos de ser un soplo vivo en el secreto de los siglos.
Fulgor contra destello, el hombre abate, espejo frente a espejo, reina el mundo y en el sentir de la hoja y de su árbol, árbol y hoja se confunden en el secreto escondido de los siglos pasados y por venir.
El secreto de los siglos suspendido en el aire volátil del orbe eleva e amor como puente de cristal a lugares misteriosos, donde en momentos preciosos la felicidad renace.
Las voces del mundo han levantado sus soles en el interminable laberinto de la tierra y nadie ha podido aún encontrar la esencialidad de su luz porque habita en el invisible corazón de la eternidad.
El secreto de los siglos, de fuegos en las manos del arco iris, deshojado, desdibujado, donde habitan las sombras corriendo libres por la luz.
En esta vibración de latires que se agitan, se entremezclan, el amor sueña libre en su soledad de siglos y las cruces desnudas diluyen su lenguaje de espumas, recibiendo la sencilla y límpida vibración de corazones puros.
El amor en el secreto de los siglos cae en cataratas silentes día a día, hoy, ayer, ayer de ayeres, por las curvas sencillas del viento, desplazando su caudal de perfume en el tiempo, sin más banderas que el acento claro de la paz.
El amor es el secreto de los siglos en receso, que va dibujando su invisible rocío cósmico en los atardeceres temporales del espíritu y abraza en silencio nuestros mundos profundos y luminosos.
El secreto de los siglos que se quiere dilucidar aunque sea sólo en la oscuridad o entre tinieblas que como tules envuelven el amor, lo esconden  para que sólo en la esperanza del silencio oscuro la luz lo ilumine por instante para trocar al mundo sin prisa en el paraíso donde se palpen soledades o nuevas ofrendas de luz y amor.

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