Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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lunes, 17 de junio de 2013
Tormenta de amor
Tormenta de amor, llega
una noche sin astros y entre las sombras la lluvia avanza, rodeada de
misteriosos nubarrones.
De pronto el viento
silba más agudo y todo se llena de visiones misteriosas.
Tú y yo estamos viviendo
una tormenta de amor y yo busco un salvador escudo que me permita acurrucarme
en tus brazos.
Ya los truenos errantes
retumban con salvajes estampidos, en tropel se suceden los relámpagos a cuyo
parpadeo te busco y te abrazo y así me siento protegida, amparada, contemplando
a hurtadillas el elástico jadeo de fiera de las nubes que nos rondan como
buscándonos.
Tormenta de amor, nos
protegemos en nuestro nido cálido, la tormenta arrecia, chocan los truenos
entre si y estallan y nos amamos con gozo y placer unido por besos húmedos,
profundos y apasionados.
Hay minutos de horror en
que parece que el firmamento cruje, se desquicia y en bloques gigantescos se
desploma pero nosotros en nuestra barrera de amor nos protegemos amándonos
intensamente.
Tormenta de amor, la
tempestad en sus furores crece, es más viva la lumbre del relámpago y es el
tronar más bronco y más nutrido pero no sentimos temores ni dudas, nuestro amor
es más fuerte que la tormenta.
Tormenta de amor que con
su rugir hace que las campanas repiquen por todo el horizonte conmovidas y en
sus voces publican la dicha, el placer, el gozo que inundan nuestros cuerpos y
almas.
Cuando se apaga la
lumbre de un relámpago, se puebla la noche de una sombra tan oscura que se pega
a nuestros ojos la tiniebla y nuestras manos, nuestros brazos, se buscan y se
acarician.
Una onda de fuego arde
en mi espíritu, es el amor que por ti siento.
Mi corazón se agita,
siente la tormenta de amor en sus espacios ocultos llenando los espacios
infinitos de mi alma sedienta de ti.
Tormenta de amor, se
desata la lluvia, bajo el soplo de un viento huracanado que sacude los árboles,
diluvia y sordamente crujen bajo el agua los truenos y los vientos, nos
cobijamos bajo nuestro manto, cálido de amor, temblorosos y apasionados.
De nuevo el rayo entre las
nubes vibra, su fiera luz, los truenos corren de nuevo y en tumulto braman y tú
y yo ocultos en nuestro nido celebramos el amor que reina en nuestros
corazones.
¡Por fin, desde la
altura, de un cielo profundo, las estrellas con compasión y ternura, dejan caer
sus luces sobre el mundo!
Tormenta de amor, ¡qué
felicidad inolvidable vivimos tú y yo, juntos, muy juntos!
Aquí estoy
Aquí estoy bajo la
desgarradora soledad de tu recuerdo consumiendo mis temblores, devorándome mis
gritos bajo tu piel fantasmal y traicionera que me ahoga desde esta distancia
tan presente.
Te siento, estás en mí
como una mariposa de fuego y de tormenta.
Me ahogas, me arrancas
el alma en cada abrazo, me desarmas el corazón en cada beso.
Ya no sé definir en la
distancia si estás presente en este Hoy o en la lejanía en tu ausencia.
O si es en tu ausencia
tan fuerte, tan poderosa, tan sentida y arrogante que vives presente siempre en
mis formas afiebradas.
Aquí estoy, te busqué en
el horizonte, en el cielo, en el mar, que activo como la ola, la ola desnuda y
sola que estalla en cada cabriola y se desangra al llegar y no te encontré.
Aquí estoy, un hondo
estremecimiento se aquerenció en mi interior y destelló en rededor, creí que
estabas conmigo y un símil de paraíso, un horizonte plomizo, desembaló la
mañana y claveteó en mi ventana un cielo gris y oscuro, tú no estabas.
Aquí estoy, el pájaro
que crecía dentro de mí, desangróse, rastro quedó de su goce en mis manos
desoladas, entristecidas y moradas, donde la piel impaciente, incuba un día
siguiente que acaso no ha de tomar.
Aquí estoy, esperándote,
mi memoria se pierde, mi cuerpo pesa apenas y hasta la sangre en las venas más
que andar, se detiene.
Un mundo como de sueño
del mundo que se volvió sueño desde el confín de la playa.
Aquí estoy, aguardo con
desespero, con angustia, atónita mi voz calla.
No ha de escalar lo
indecible y cuestionar lo visible, excede mi entendimiento.
¿Por qué no vuelves?
Todo parece un paseo por
un cuento y ¡fue duro el despertar!
Escribiré al borde de
mis heridas, escribiré cada vez que mi cabeza recuerde que como piedras rueda
por las calles estas lágrimas que ya no tengo, ahora que las tardes duermen y
las noches van de madrugada al instante húmedo de mi único deseo.
Aquí estoy, me iré a mi
jardín convidador me llama, cuando en rosas, jazmines, geranios, estalla o
verdea, dándome paz a mi alma para que cante bajito, sin ahondar las pisadas,
con un dejo de gozo y otro dejo de lástima me olvido de ti, me alejo, ya no te
espero, no eres más mi desespero, eres tan sólo un fantasma más.
Estar juntos
¿Cómo será estar
juntos? Cuando hallamos lo igual de ti y de mí, descansa el amor de su lucha,
sobre triunfos floridos que en el beso se cumplen.
Dices que te miras
en mis ojos, que vives enamorado de ellos, que te roban la ternura más profunda
y son dueños de todas tus pasiones.
Eres el fino
aliento de la aurora y un abrazo de sentimientos mansos.
Estar juntos,
necesito tenerte cerca y es prohibido lograrlo, por eso no quiero saber si te
amo.
Nos entendemos
como la arena con la arena, el agua con el agua, la luz con la luz, solamente
nos separan latiendo y nos llaman, ávidas las victorias futuras esperando.
Estar juntos,
manos ruborosas, plenas de caricias y de calor, cuerpo de mármol y perfume,
brazo de estatua esculpido por la pasión fresca de mis formas tuyas.
Estar juntos, hoy
la lluvia ya cesó, por mi ventana el sol ilumina mi cara, los rayos anidan en
mi alma, mi pasión fluye al recordarte, te tengo prendido a mi corazón.
Ámame para que sea
mi piel de abeja tibia, palpitación entre tus dedos de sal y prendida en mi
corazón al tenerte a mi lado una catarata de pasión fluye desde mis entrañas.
¿Por qué siento
que mi mundo está apartado entre soledad de soledades entre mil y una noches
sin luna?
En mi alma herida
eres el remedio que la cura. Te siento. Eres en mí como una mariposa de fuego y
de tormenta, me arrancas el corazón en cada abrazo, me desarmas el alma en cada
beso.
Estar juntos, en
esta noche de pasión te siento mío.
La lluvia desgrana
el gris de tu mirada, mi angustia se prende de cada gota que me regala el
recuerdo de tus ojos plomizos y aleteantes.
Eres en mis días
de tormenta la placidez del agua que en mi piel resbala y acaricia.
Estar juntos, toda
mi sangre te llama y te siente mío para siempre.