Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
sábado, 16 de febrero de 2013
Quisiera estar
Quisiera
estar muy dentro de mí, en ese espacio secreto, íntimo, donde conmigo misma
juego y me deleito con monosílabos, ideas, palabras, frases de amor, que
necesitan volcarse con frenesí en pergaminos en blanco o minúsculos trozos de papel
que vuelan con el aire cual aves veloces surcando los cielos.
Mi
alma trasluce amor, lo siento muy dentro de mí, me conduce suavemente por
sinuosas colinas verdes o mares azules transparentes y cálidos.
Quisiera
estar sumergida en hondos y misteriosos recónditos de mi alma, sintiendo la
soledad mía, tan mía, que me embarga con mi dulce ternura envolviendo mi yo
todo.
Quisiera
estar llegando hasta horizontes
infinitos, en las auroras plenas de colores o en los crepúsculos tardíos que
iluminan con diferentes matices el cielo azul.
Quisiera
estar buscando sin afanes, ni prisas, ni ansias, el amor que me espera en los
confines del orbe.
Ese
amor fiel, verdadero, único, incomparable, lejano pero cercano, el cual anhelo
con todo mi espíritu casto y puro.
Quisiera
estar en ese lugar inimaginable, resplandeciente de ilusiones cual verde
follaje de cipreses altos y campos florecidos de amapolas, lirios, alelíes,
azahares entre tus fuertes brazos en un nido tibio de ternura y amor.
Quisiera
estar rodeada de mantos brillantes en una noche iluminada por una luna resplandeciente
que baña nuestros cuerpos con su luz de plata.
Quisiera
estar tendida en tu regazo, envuelta en tus brazos, mi rostro inundado por tu
mirada, tus labios pronunciando mi nombre, los míos acercándonos aún más.
¡Cuánta
felicidad nos enlaza uniendo nuestros cuerpos y almas!
¡Loor
a ti, Eros, Dios del amor! La poesía nos invade, recorre los cielos y las
nubes, la esparcen por doquier, uniendo corazones sensibles por una eternidad.
Quisiera
estar volando alto hacia nubes viajeras para encontrar aún lejos el destino
cierto, inolvidable, único, donde las horas en silencio pasan como estrellas
fugaces con un ritmo lento y acompasado.
Quisiera
estar en es día en el que nos encontremos, frente a frente, tristes en el
camino de la vida y así ofrendarte todo mi ser.
No
transitar por senderos equívocos, oscuros, misteriosos, las huellas largas y
angostas, sí por amplios horizontes claros y resplandecientes donde el amor
renace cada día.
Quisiera
estar reconfortada y calma haciendo danzar en una danza sin fin mis versos de
amor sinceros y diáfanos, uniendo tu alma con la mía, solos tú y yo en noches
nostálgicas.
Tropiezos del corazón
Tropiezos
del corazón, ¡cuántos pesares causan!, vacilo en mis sentimientos, detenida en
el grave concierto del otoño, escuchando como los violines y las arpas agitan
un mar de hojas rojizas, amarillentas.
Tropiezos
del corazón, traspié, por primera vez lloré al haber arrebatado tu rostro al
deseo creciente de mi alma por querer mirarme en tus ojos y no encontrarte.
Después
del letargo imprevisto que arrastró en sus alas minutos y horas, ahora lejanas
y frías, conservo en mis labios tu nombre esperando que nazca de tu rostro el
verde que refresque mis sentidos y tú confundido y ausente ignoras mi suplicio
clamando por tí.
Tropiezos
del corazón, caí en un pozo sin fondo, te añoro y te extraño, no has venido a
despertar mi alma sumergida en sombras sin luces, ni rumbos.
Si
pudiera gritar mil palabras serían testamento para repetir libres de mentiras y
falsedades el amor que por ti siento.
Ajusto
sobre un arco mis deseos y del puente que tiendo con mis flechas bajan lamentos
de amor a nuestro suelo.
Tropiezo
del corazón que hacen tambalear mis ilusiones y mi alma entera, apagando las
estrellas de mi cielo convirtiendo mis sueños en tropeles de fantasmas tétricos
que me envuelven con sus mantos oscuros de la noche llevándome por ríos inagotables
de tristeza formados por las lágrimas que brotan de lo profundo de mis
sentimientos.
Tropiezos
del corazón, por los mares del silencio siento que crece la luna desde adentro
y que como cisnes de humo flotan los recuerdos y los pensamientos en las redes
sutiles de mi sueños.
¡Tu
presencia se diluye a lo largo de mi barca!
¡Tú
no estás! ¡Entre las tranquilas sombras ya no te pienso!
En
duras alamedas de cristales padece el corazón un miedo tibio y pasa lentamente
entre mis dedos la luz quemada de tus ojos negros.
Tropiezos
del corazón, el desliz de mi mente cuando duermo me hace llegar al valle de tus
sueños y me mueve la distancia como alas en las grietas de mi piel que vence el
tiempo.
Y
tu alma y mi alma se pierden en la niebla lejana del recuerdo.
Tus
caricias imaginadas brotan lentas por el mapa de mi cuerpo.
¡Qué
haces alma tropezando en caídas sin regreso, que no ves las celadas que me
aguardan!
Tú y yo somos agua pasada que mojan las
veredas de mi vida.
La esencia de tu ser
La
esencia de tu ser bien oculta en el rojo silencio de tus ríos interiores duerme
tu espíritu en una fugaz luz, estalla en la mañana como amor retenida en
pimpollo.
Mi
alma, cercada de tinieblas, al infinito se alarga cuando tú como bálsamo tenue
me haces perder el miedo en tus brazos que me estrechan poderosos y frágiles
con la fuerza de tu amor, plena magia que suena como dulce melodía.
La
esencia de tu ser me inunda cual hiedra de amor, con tu sangre vibrante que
forma raíces profundas y enlazadas en mi mundo interior.
Naciste
como perfil modelado en blanda cera en los duros biseles del silencio, estás
inmóvil como águila en espera, con el calor de tus hombros enlazo la cima de
los cielos con la tierra.
No
se cuando empezamos a conocernos, cada mañana nos empezamos a encontrar, cada
nuevo beso es para mí, mi primer beso, mi verso debía decirte lo que para mí
has sido, tú tenías la palabra exacta con ternuras compartidas.
La
esencia de tu ser, mi corazón palpita deseoso de poder llegar a tenerte en mis
brazos, sentir tu sutil aroma, con el solo anhelo de llegar a reflejar tus ojos
en lo míos haciendo que mi alma se sumerja en un éxtasis infinito.
Así
esta pequeña ideología tuya provoca en mí los sentimientos más profundos
ideando tu figura mientras nuestros corazones siguen bebiendo de la misma
fuente como en la hora tiernísima del juego y de la leyenda, regalándome
primaveras inagotables de tu alma.
La
esencia de tu ser, esa materia que se presenta como un himno favorito entre
notas que suben en números acordes de tu pecho a mi oído y despierta una viola
celeste llevándome al cielo como las alas de un ángel, armonizando su son con
tus cantares y tus risas.
Siempre
amparándome en tu ser y se asoman a mi pecho tus sentidos, temblando mi cuerpo
al sentirte cerca de mí.
La
esencia de tu ser, principio de un amor sin tregua y así voy por veredas de la
tarde perdida para siempre en tu embeleso.
Mi
rostro feliz, mis brazos libres, recorriendo mis sentidos sin orillas, vuelvo a
tu boca olorosa, quedándome en el deseo creciente de las aguas, jugando con tus
sueños y mis anhelos.
La
esencia de tu ser, es mi paz intacta del manantial de mi dicha.
Aflicción
Aflicción,
sentimiento que invade mi alma cuando no estás a mi lado por tu falta de amor
vibrante y único. No quiero sombras de amor sí la luz entre nosotros sin que divida
el zócalo del viento.
No
te quiero rezagado en mi camino, que en tus suaves manos me eleves a las nubes
altas contra el viento ya que eres el manantial de la dicha.
Aflicción,
la añoranza me lleva a pensar en tí, en tu mirada cálida que me hipnotiza como
un picaflor embelesado que adivina el pulso de mi sangre que entrega el secreto
de mi alma alucinada, despertando el recuerdo de nuestros sueños alcanzados.
Aflicción,
evoco tus palabras que trastornan y apuran mis sentidos más profundos y el
deseo de estar en tu isla encallada ya que hambrienta de amor soy una llama que
tu cuerpo reclama sediento de ternura.
Aflicción
de estar en nuestro lecho entibiecido con pena de sentirte lejos, extraño en mi
mente y en mi cuerpo la dulzura y tus gestos que trastornan mis sentidos.
Padece
mi corazón un miedo tibio que pasa lentamente en mis dedos batiendo el aire que
me sigue y me lleva hacia tí, amado mío.
Aflicción,
búscame en verdes alamedas de cristales porque mis versos, mis palabras de
amor, se anidan entre crisoles queriendo llegar a un gran espacio blanco donde
fulguren, brillen y guíen tus pasos hacía nuevas huellas.
No
te detengas nunca, cuando quieras, búscame, porque mis brazos forzarán el
hombro de la noche para que vuelvan tus labios a los míos.
Aflicción,
se mueven tus distancia, te acercas con la intención de fuerza de un amante
entre luces y sombras, de mundo y ser, de afán y tiempo, inverosímil tregua con
la dicha de no ser más errante por el tiempo.
Me
apaciento en tu valle y entre lirios y jazmines, desnudo tu luz en mis pupilas
y un soplo altanero, leve, estremecido, me entrega tu amor entre goces,
susurros, sonidos que hacen nacer en mi suelo hasta tu frente una hiedra de
amor estremecida.
¡Ven!
¡Te estoy esperando! ¡No más nostalgias en mi vida!, quiero despertar contigo a
mi lado, sentir tu piel a mi costado, recostando mis pupilas en tu contorno ya
cierto, no delineado mientras recorro un sol enamorado las largas avenidas de
tu cielo.
Aflicción,
no más pena, no más ansias, ni nombres recogidos de tu boca son color en la
música del viento.
Te necesito
Te
necesito, abro mis ventanas con flores de múltiples colores para darte una
señal, un signo por donde puedas encontrarme.
En
mi jardín envuelta en un manto de esperanza mi cálida voz te llama para
encontrar tu sonrisa cálida y sonora detrás de un heliotropo, de un alelí, de
una rosa.
Te
necesito, hablaré con las mariposas, les mencionaré mis deseos alumbrando mis
movimientos, buscándote con el pulso agitado de la sangre sobre el plato frío
de mi silencio, poblado de ecos y de sombras como un ave de marfil en primer
vuelo.
Te
necesito, recorre mis sentidos sin orillas, un viento adolescente en primavera,
la estirpe de mis cantos se levanta y mi sangre convoca tu presencia y ahora
que te nombro y te reclamo floto con movimientos lentos en el aire, en un
rítmico volar de dulces sueños.
Te
necesito, amor, te necesito más aún cuando los astros encienden sus lumbreras,
mientras hallan trasluces en las tinieblas, claridades en secreto, noches que
lo son apenas.
Te
necesito, ven a mis brazos que ansiosos te esperan, que cuidan su misión de
fuego puro, un caliente perfume de cipreses tienden un arco de paz sobre el
camino, las nubes que sustentaban a los cielos, sueltan al aire pájaros al
vuelo.
Te
necesito, eres mi ancla de oro y cadena de mi anhelo, piel que adivina el pulso
de mis ojos, cruz que aprieta las nubes contra el cielo.
Quiero
que bajen sombras de amor a nuestro cielos, circundando nuestro mundo, sólo
nuestro.
Te
necesito, estoy en tus islas encallada, hambrienta de amor, soy una llama que
tu cuerpo reclama.
Es
el capricho que risueño rompe la cerradura del secreto que padece mi corazón.
Ese
miedo tibio que revuela entre alegrías e ilusiones hacia tí, como alas
batientes en el aire, que sigue y canta.
Te
necesito, los signos de tu voz me reclaman, despiertan mi ternura, desparraman
mi alma enternecida toda por tus dulces palabras.
¡Te
necesito! ¡Búscame! ¡Atrápame! ¡Conquístame! Y dame algo que sea nuevo.
El
tiempo ya no existe, aunque exista la templanza y la experiencia de nuestras
vidas, pues nuestro amor nos llevará a nuestra auténtica realidad y destino.
Te recuerdo
Te recuerdo
(cuando en las noches
estrelladas y brillantes y la luz de la luna baña de plata las aguas tranquilas
del agua, te pienso).
Te recuerdo.
Te añoro
(tu perfil desdibujado
bajo la pálida luz de la aurora viene en mi búsqueda con ansias locas).
Te recuerdo.
Te añoro
(evoco los instantes
preciosos pasado juntos, muy juntos, en silencios prolongados y profundos,
entre suspiros de amor y besos apasionados).
Te recuerdo.
Te añoro
(eres el ser que mi
nostalgia despierta, mi esperanza renovada y quisiera cercar tu aroma con mis
manos y la dulce potencia de tus brazos).
Te recuerdo.
Te añoro
(tus cantares son con
sones armonizados siguen persiguiéndome sin descanso y tus notas suben al igual que ayer en numerosos acordes y son
para mí tu regalo).
Te recuerdo.
Te añoro
(todo sonido en eco tuyo
me lo convierte en alma que te espera, y tus pasos se sienten siempre de estar
viniendo por la ausencia).
Te recuerdo.
Te añoro
(tengo miedo de no poder
encontrarte, de que mis besos se pierdan en otro cielo como el amor que vive en
ola en ola).
Te recuerdo.
Te añoro
(perdida voy en las
tardes por siempre en tu embeleso sin sentir el cercado de tus ramas, ni ver tu
fuego que en los fuegos arde).
Te recuerdo.
Te añoro
(te llamo hasta quebrar
mi voz en cristales translúcidos, por eso sangra mi corazón y me derramo entre
lágrimas y sollozos).
Te recuerdo.
Te añoro
(dame mi libertad, no
quiero tu fatiga, quiero sentirte como se siente el agua, hermosa, libre y
límpida entre tu libre albedrío y el mío).
Te recuerdo.
Te añoro
(busco tu imagen en mi
cuerpo con el frescor de la creación primera en las densas ondas de la noche,
con afán de encontrar la luz primera)
Te recuerdo.
Te añoro
(así te hallé, sin muros
ni rejas, entre luceros y luces fugaces, como manojo de mi iluminado amor que
te ofrendaba, el día que alboreaba y ganaba la aurora en sus matices)
Te recuerdo.
Te añoro
(quiero fundir mi figura
con tu bronce, andar entre los peldaños del deseo, hasta alcanzar la cumbre de
tu nombre).
Te recuerdo.
Te añoro.
Llévame con mi recuerdo,
mis manos a tu pecho, amor, que desnudándome caminos sobre el muro que cerca mi
silencio, siente mis besos en tu frente para que de mis labios surja el verso
que encienda tu sangre en tus venas y me sientas pegada a tu cuerpo apareciendo
mi nombre en tu cielo.