Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 29 de octubre de 2010

Desnúdame


Desnúdame mi amor el alma toda, hurgando en mi interior.
Rasga las vestiduras de redes y dolores que me envuelven y forman parte de mi ser.
Navega en el mar de mi sentir.
Desnúdame y descubrirás nuevos horizontes dentro de mí, compartiendo contigo mis fracasos y mis triunfos.
Desnúdame, desnuda mi alma más allá de besos, caricias y palabras.
Estoy fiel y sumisa a tu amor en la alborada, a que desnudes mi alma y encuentres todos mis sentimientos, mis anhelos, mis suspiros en la nueva aurora boreal del nuevo día.
Desnúdame con los ojos del alma del amor navegando en el río y en el mar de la vida, en el agua del manantial, en las fuentes y arroyos cantarines donde se refleja toda la luz de nuestra esencia pura de amor.
Llévame contigo a gozar de la vida para crear poemas nuevos, audaces, con ritmos, en un conjunto mágico de letras y palabras.
Desnúdame, acércate a mi alma, juntándome en las sombras con danzares sonoros y graves cual canto y trinos de aves.
Desnúdame y bajo riendas frágiles, cruza mi alma como un corcel indómito, abriéndose paso entre los sentimientos profundos y plenos fascinando mi espíritu con tu algarabía de estrofas, tiernas y sutiles.
Desnúdame y hazme llegar tus estrofas mágicas, bordadas en frases de amor con extrañas músicas de acordes lejanos al compás de la orquesta que la vida nos ofrece.
Desnúdame entre tus versos, tú el poeta, ocultándome en un velo de palabras con sentimientos verdaderos y místicos.
Desnúdame en dulces sueños y en noches jamás olvidadas y seremos por siempre soñadores de infinito entre sombras vagarosas en espejos inciertos.

El Itinerante

¿A dónde vas tú, el itinerante eterno?
Llegadas sin retorno, idas sin regresos, senderos no hollados por caminos ignotos, ese es tu destino.
Tu principio y tu fin.
Atrás de quimeras orladas de sueños jóvenes, sin tiempos vividos y jornadas largas plenas de pensamientos intensos que atrapan el alma en una celada con vislumbres de maravillas que como metas se proyectan desde el arco a la flecha en un lapso sin instantes previos, entre luces y sombras.

Itinerante eterno, pirata de los mares inalcanzables, encuentra pronto tu hábitat cálido y puro donde descansar.
No más peregrinajes ocultos, desviados, que te conducen a lugares remotos sin fines concretos de búsqueda, de paz y amor.

Detén tu camino, haz un alto en él, recorre con tu alma buscando la luz que es energía pura y luminosa para que tu excelsa palabra cale hondo en el corazón de la gente sencilla y pura del pueblo, sin máculas ni pesares.

Itinerante errante, pirata de los siete mares, recala una vez en mí, llega con ansias de amarme tan sólo un instante, un segundo que valga una vida eterna.
Dulce amante mío te vislumbro a través del cosmos, te siento cerca de mí, ¡ven a mí! ¡te espero! que tu barco itinerante te traiga a mí tan solo por un instante, no importa; pero que valdrá en esta vida como vivida a través del tiempo en otros mundos, en otras galaxias, en otros cielos.

Te espero itinerante cambiante y sin palabras, con sólo caricias y amor para dar a esta sola alma a la que inspiras anhelos profundos