Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 19 de junio de 2017

Quisiera ser


Sutilmente misteriosa


Te amo en un sueño sutil
y misterioso,
de mujer mirando al infinito.

De halcón cortando las distancias
en un filo emplumado,
de flores que al abrirse
anuncian la primavera,
de deshielo que devuelve
el torrente al arroyo,
de viento febril
que barre el polvo del olvido.

Sutilmente misteriosa,
que desaparece tras un telón de eternidad
entre figuras de nubes y destellos de sol,
ámame como la espuma a la ola y al mar.

Misterios del alma,
¿Adonde nos conducen?
¿ A músicas de cielos?.
¿O alegrías eternas sin dolor ni luchas?
Sutilmente misteriosa,
insinuantemente virgen pura y casta,
lleva su espíritu adonde florece
la candida armonía,
escondiendo su corazón
lejos de voces de tristeza,
buscando amparos sin confines ni tejados.

Sutilmente misteriosa,
tras de mi dejo estelas de hilos de tules
y gasas envolventes
para cubrir mis espacios
y desaparecer entre la nada de los sueños.

Tan convencida estoy
que me esconderé esperando el amor,
tras la luz,
la lluvia,
el cielo,
formas de esquivar
el vago encuentro entre tu y yo
hasta que el amor nos golpee fuerte
como mancha florida del azar.

Sutilmente misteriosa,
abro mi ventana al poniente
y me pierdo en el cielo del amor
y me hundo en el esplendor
de las sombras de la noche,
envolviendo mi cuerpo y mi espíritu
en el amor que me hará vivir en este mundo
una vida sin límites.

Soy Sutilmente misteriosa,
soy como una hoja reposando,
de loto,
sobre el agua o como ave nocturna
que contempla la luna en la noche,
esperando a ti mi calido amante
que me encuentre.

Sutilmente misteriosa,
en secreto,
te espero,
preparándome para recibirte
entre mis calidos brazos
esperándote entre besos,
gozos y miradas,
no cerrare nunca las manos
¿no me sientes amor sobre el mundo
eternamente errante?,
buscándote entre vendavales,
brisas o suspiros.

El abrazo de la Luna


El abrazo de la luna en el cielo,
ya clareando,
se dibuja finita,
la luna que ilumina
todo mi amor por ti.

Claro de luna,
me haces tuya
en las praderas vírgenes
de tu armonioso amparo.

Con tu abrazo cierro
la poesía de mis ojos,
te revelas en mis sedas blancas,
sonata de primavera,
bálsamo de fineza.

El abrazo de la luna que se refleja
en las quietas aguas del mar
con plateados brillos
llevándonos al mundo del amor.

Desde el vacío
tú y yo
flotamos en una nube mágica,
en un apretado abrazo
cobijándonos bajo las estrellas.

La luna,
amante del mar,
nos lleva con su serenidad y armonía
a amarnos más cada instante
y nos hace ver en el espejo
eterno de la felicidad
y el cielo nos cubre
con su manto regocijante
de luz amanecida.

El abrazo de la luna,
imprevisto e inesperado,
sin saber por dónde asomará
para llevarnos de improviso
al día del amor,
ilusión antiquísima,
pero lúcida y transparente
de todos los amantes.

El abrazo de la luna
tan sabio e inocente
como en un cerco de aire
nos absorbe en una red
para ser cómplices de las promesas
que nos hicimos
en inmensos momentos de afecto.

El abrazo de la luna,
nos lleva a vivir completamente
en un idilio que el tiempo no ha de olvidar,
ni ha de borrar
las huellas del amor.

La luna,
en la playa,
cubre la arena que ha de ser nuestro
lecho de pasión
y de no vanas esperanzas.

¡Cantemos alborozados
nuestro himno al amor,
con nuestros cuerpos amando
en noches de impulsos
y de secretos!.

El abrazo de la luna,
tímido y a la vez audaz,
nos lleva a conocer
los más escondidos secretos
que habitan en nuestro interior.

Existir en plenitud


Existir en plenitud,
vivir la vida segundo a segundo
en el Hoy,
con fe en los recuerdos del ayer
y en la oscura memoria de frondas
que ya son pasado,
futuros fueron de innumerables estíos.

Existir en plenitud,
ser feliz en el aire diáfano
y puro dejándome estar en sus brazos,
volar donde ellos vuelen
a sus rumbos marcados,
apoyada en su pecho
donde encuentro resguardo y paz.

Existir en plenitud
es estar en la luz,
entrar en ella,
plena de amor,
en tan dorada dulzura,
sentir que amo
desde los luceros altos.

Irradiar el fulgor de la existencia
que seca las fuentes del llanto
y me estremece de felicidad
en cada instante de vida.

Existir en plenitud
como el nardo juvenil
que guarda los bálsamos de vida
en la secreta lumbre
que alumbra mi corazón enamorado.

Necesito los carismas divinos
de la luz y del canto
para vivir amando,
quiero ser en ti mismo
una huella imborrable
y un recuerdo constante
y una sola verdad.

Existir en plenitud
es ser en tu vida
algo más que un instante,
algo más que una sombra
y algo más que un afán
porque llegaste a mi vida
como un susurro pleno
de palpitantes caricias.

Existir en plenitud,
viviendo como en un amplio jardín florido,
donde la brisa que entre las flores
pasa con los cálices
frescos se perfuma mi vida.

Existir en plenitud
cuando la luz matinal brilla
y se irisa entre espumas de aguas puras
y bajo el verde de las tupidas frondas
sobre la grama de la tierra negra.

Existir en plenitud,
contigo a mi lado,
feliz seré mirando a las felicidades
que vuelan de la rama y del pájaro.
Feliz seré por los caminos
que cerrados tenía y tú,
mi amado,
los abriste al amor.

Existir en plenitud,
amando,
acariciando a mi amante
como agua clara que se oye
y ya no se oye,
entre sonido y silencio,
tras la arboleda como vergel prieto y brillante.

Vivir no es sólo existir,
sino existir y crear
y en plenitud las palabras de amor,
los poemas,
fluyen claros y precisos,
gozando entre sueños,
entre hojas nuevas
que los esperan ansiosas
porque tú las esperas.