Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


viernes, 24 de febrero de 2017

Despertar y renacer


Navegaré


Navegaré en tus olas azules
y verdes para enamorarte
y cada vez más cerca estaré junto a ti
donde las olas muy azules
se confunden con el cielo en el mar.

Y en la calma se arrulla
la ternura infinita de amar
y así las olas mecidas en alta mar,
pegadas,
muy juntas y solas
hacen que quiera estar bajo el resplandor
de la luna viéndonos románticos y deseosos,
tú y yo con las olas del mar.

Navegaré en tu vida como un leve rumor,
como una brisa,
llegaré a tu frente como nardo desvelado
con tan solo recuerdos y sonrisas.

Tú eres todo para mí,
mi canción,
mi mar templado,
el pulso de mi sangre,
mi llanura,
donde duermo sin sueño ni pecado
y eres mi apoyo
donde con ternura este amor
trasciende lo ya vivido.

Navegaré en tu mar de amor infinito,
me adentraré en tus aguas en calma
y navegaré junto con tu alma
hasta descubrir tu íntimo laberinto.

Trazaré una huella de navegación
de millares de años,
alrededor del mundo,
buscándote amor,
en el agua de todos los océanos.

Navegaré hacia ti,
tú eres el amor y la playa,
mi luz desconocida,
mi fuente iluminada,
déjame quererte amor,
déjame estar en ti.

Cúbreme con tu arrebatadora espuma
del mar embravecido,
que yo saldré triunfante,
hollando en una diadema
de suspiros brillantes
y una lluvia de jazmines
y estrellas palpitantes.

Navegaré sobre mi propia estela,
siempre viva,
dispuesta a todo,
a vivir con amor y alegría,
aún cuando cambie el viento
y se den vuelta los paisajes
y en mis blandos oleajes
por mis flancos tú alelí resbala.

Navegaré,
mientras el mundo canta,
cae la luna y el amor renace
y te soñaré surgido del mar,
sano y fuerte para abrazarme
y suspenderme en esa abierta playa mía.

Quieta estoy escuchando
el corazón azul del oleaje,
que eres tú el que viene
por la espuma.

Bésame amor que en esta noche triste
te diré los poemas que mis labios
no se atrevieron y llegarán al papel
donde nadie más los espera.

¿Dónde estás?
Dime amor mío
¿No me sientes llegar
como una lágrima buscándote
por encima del mar?

Navegaré hasta el fin para que me sientas
y escuches decir que te amo.

Tarde de lluvia


Tarde de lluvia,
la tarde está llorando
y es por ti.

La lluvia
se desliza por el vidrio de mi ventana
y a lo lejos vislumbro tu figura
tierna y apasionada,
imposible acercarme para tocarla.

Tarde de lluvia,
te necesito a mi lado,
sentirte cerca,
abrazarte y estar oyendo el viento
que apenas puede llevar al mar
las nubes con su carga.

Hay silencio,
nada responde y todo mi ayer
se junta en este instante.

Cuando llueve te mezclas con la lluvia,
cuando llueve en la calma de la tarde
te siento conmigo,
te siento en mi sangre,
cuando llueve te tengo,
nada puede sacarte de mi lado y me duele…

¡Cómo duele la quimera del tiempo!
escucho el eco del olvido
pero nada hay que no te recuerdo
mientras en la tarde llueve.

La lluvia cae,
moja mi alma,
¡cómo quisiera que aquí estuvieras!
me dieras calma,
esa calma que el amor sólo sabe dar…
y no mira nada para entregar.

La lluvia golpea
con sus caricias húmedas las aceras quietas,
silenciosas,
tus pasos están en otras veredas,
mis pasos van en sombras a otros destinos…

EL viento doblega los árboles,
sus hojas se sacuden
y mis manos te dibujan en la oscuridad
donde te sueño.

La tarde se colma de lluvia
y cierro mis ojos,
te veo, te palpo,
te siento,
eres parte de las sombras
que me envuelve.

Escuchemos juntos
con la imaginación el ritmo de la lluvia
y así seremos esta tarde,
los dos,
un mundo aislado por el viento y la lluvia
entre la cuenca tibia
de nuestros abrazos.

Lluvia que penetra
en la bruma oscura,
grisácea,
arribas a los campos del alma,
levantas aquel grito de vida y esperanza,
ven a renacer en gotas de agua lo seco,
lo dormido,
yaciente en la calma.

Lluvia,
que en torrentes de cálida agua,
aviva el corazón,
el amor,
la llama,
vuélveme a la vida junto con mi amado,
empápame mi razón,
dale el color que extraña,
trae luces nuevas a esta tarde larga,
ilusiones,
sueños a la espera
del renacer del amor.

Tal vez


Tal vez no me ames más,
te has ido de mi vida y mi alma
 inundada de pena clama por ti.

¿Adónde se fue tu amor?
¿Por qué me has llevado a tu olvido?
 Me has dejado sola,
en mi desesperación
 y pesares pensando sólo  en ti.

Tal vez ya desapareciste
 tras el telón de mi vida,
 ya no te veré ni te sentiré más,
 tus palabras se las está llevando el viento
 silente y frío,
 en copos de nieve en el espacio sin voz.

Tal vez, si,
yo te siga amando
 hasta el fin de mis días
 y mi corazón herido
palpita dulcemente
 porque tú ya no estás.

Sola yo y tú quien sabe donde,
tu recuerdo me llena el pensamiento
 y te traigo en el tiempo.

Tal vez,
 en algunos momentos
recorro los caminos de la memoria
 y solos los dos otra vez,
 junto al mar,
 riendo bajo la lluvia o en una noche
 con un cielo calmo poblado de estrellas.

Sola yo…
 soy trueno y relámpago por no tenerte,
 y me vuelvo viento,
 brisa y agua fresca
y retrocedo en el tiempo
 cuando nos amábamos.

Tal vez mis días
están poblados de tu presencia,
 el pasado abre sus puertas.
 Hoy es ayer
 y tú estás conmigo,
lo que es real ahora
 es tan solo un sueño.

¡Qué vacío tan grande!
 lleno de silencios,
yo sé que no estás,
ya sé que te has ido.

En mí llora un lamento,
gime cual nota de un arpa,
de un amor que me devora
y se halla oculto en mi alma,
mi llanto cae como un manto,
 mi tristeza es un tul impregnado de amor,
 mi amor es mi corazón herido
que palpita sin cesar
 buscándote en mis recuerdos lejanos.

Te extraño y en mi nada
 ¡tú eres todo!

Tal vez,
queda solo la sed,
el silencio,
ningún encuentro.

Tú has dejado en mi alma perfume de lilas
 y cuando me mirabas mis ojos
eran llaves para abrir el muro
de nuestros secretos
 y mi temor eran palabras,
poemas,
que te llevaban lejos.

Sólo tú,
 tal vez,
hiciste de mi memoria
una viajera fascinada,
un fuego incesante.

Tal vez,
siempre tu serás mi amado
 espacio de revelaciones infinitas.