Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 27 de septiembre de 2016

Fantasía


Mañana del ayer


Mañana del  ayer,
vivida con intensidad total
como si fuera un Hoy
último y deseado.

Sobrevuelo como una dinastía de soles,
amo y soy amada,
estoy envuelta en hilos
de unión perdurable y recíproca.

Mañana del ayer,
ya vivida desnuda,
he soñado una noche solar
con viento y lluvia,
me borraron como a un fuego,
como a un poema
escrito en un muro.

Mañana del ayer,
más allá del olvido,
alguna vez de un costado de la luna
verás cómo caen los besos
que brillan en mí.

Las sombras sonreirán altivas
luciendo el silencio que gime vagabundo,
vendrán las hojas impávidas
que algún día fueron
lo que a mis ojos vendrán
las mustias fragancias
que innatas descendieron del alado son.

Mañana del ayer,
esperada,
ansiada,
deseosa de vivir las rojas alegrías
que burbujean intensas en el sol,
que redondean las armonías
equidistantes en el humo
danzante del amor nuestro.

No me abandones, mi amor,
en esta verdadera mañana del ayer.

No quiero que falte poesía,
en el Hoy del hoy,
entre ensueños rezagados.

Pido el silencio entre nosotros dos,
que nos amemos juntos,
como si fuéramos uno,
solo tú y yo.

Mañana del ayer,
sed
silencio
encuentro
amor.

Vida, mi vida, déjate caer
déjate doler, mi vida,
déjate enlazar de fuego,
de silencio ingenuo,
de piedras verdes en la noche clara,
déjate caer, ahora,
ya, mi vida.

Mañana del ayer, cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
el temor de no tenerte solo tiene poemas,
solo tú haces de mi memoria
una viajera fascinante,
un fuego incesante.

Quebranto tu voz


Quebranto tu voz,
la que se quebró en mil pedazos
de cristales angulosos,
ante el muro que,
infranqueable,
puse entre tú y yo
por la pena insondable que dejaste en mí
al irte sin siquiera un adiós.

No muy lejos… de frente…
viene un cuerpo sin vida,
es el mío, 
desvitalizada el alma
que de pena lo contiene.

Quebranto tu voz,
para siempre no quiero
más rocío cristalino,
la ventana de mi alma exhala,
bajando en rapel por mi mejilla
que tú dejaste de acariciar.

Me heriste al desaparecer
y yo sola, 
ante un alma vacía
que sufre y pena, 
sin pudor se muestra.

Noche tormentosa,
madrugada solitaria,
recuerdo triste,
¿cuál fue el motivo de este alejamiento?

Quebranto tu voz,
no quiero ni de lejos que me llegue su eco.

Te vi
te amé
callé
sufrí
¡desesperación inmemorial!
lloré
sentí
morí
recé
pero por fin con fe
el dolor se fue.

Tú eres como el viento huracanado
quebrando las ramas de los árboles
buscando debilitar mi fuerza, 
mi alma pura y noble.

Vivo ahora un sin rumbo ni distancia,
en un esperar callado y dolorido,
en una ansiedad de amor sin ilusión
al contemplar lo triste de tu olvido.

Este terrible dolor 
que me atormenta,
esta angustia de saber
que no me quieres,
las horas de mi vivir
pasan muy lentas
sangrando mi corazón doliente.

¡Este tedio, 
esta ruina de vivir sin esperar ya que tú regreses,
este miedo de tener que morir
esperando en vano que me beses!

Convertí sufrimiento en pena
y dolor en poesía,
olvido que espero para cantar poesía,
pido a Dios, Señor, 
dé amor de nuevo
brótame a veces pidiendo que regreses.

Aquel amor
sin dolor
sin heridas
sin olvido
¡un amor tan sólo yo quería
y convertí mi ruego en poesía! 

Puerto oscuro


Puerto oscuro,
puerto desde donde parten los pescadores
y uno es mi amor,
único y seguro.

Les rindo mi homenaje,
con toda mi energía,
 por su ardua tarea
que los colma de paciencia y fe.

Luchan contra las tormentas,
la furia del mar,
sin miedos ni temores,
porque saben que el mar,
a pesar de su instantánea bravura,
los traerá con todo lo que necesitan
para vivir ellos y sus pares.

Loor a ustedes pescadores de alma,
no pueden vivir lejos del mar,
éste los llama,
 los busca,
los espera.

Viven en un Paraíso de Amor,
el mar les regala todo lo que necesitan.

Les deseo que la vida en el diario existir,
en el camino del mar,
los conduzca con felicidad
a los regresos esperados,
a nosotras, sus mujeres,
que entre ansias, temblores,
rueda por nuestros rostros la enternecida claridad
que sueña con sus abrazos
al llegar a Puerto Oscuro,
hogar donde el Amor trémulo
hace nacer caléndulas en la tierra
y los niños dormidos
sonríen por caricias
en cada nido azul de éste,
su lugar encontrado.

Puerto Oscuro,
¡Hay tanto mar nadando en las estrellas,
tendiéndose al viento de la entrega,
del habernos unido otra vez!

Nuestras almas,
como ávidas gaviotas,
nos harán respirar aire puro y diáfano
antes de que otra vez partan
dejándonos tristes y apesadumbradas.

Puerto Oscuro y seguro,
en cada alba desharemos
 juntos este poema,
                                                     exaltado de la espera,
y detendremos de emoción al mundo,
al regalo nupcial de auroras nuestras.

Puerto Oscuro,
donde nuestros pescadores y sus amores
encuentran olas de abandono,
derribadas,
tendidas sobre un inmenso azul
de sueños y de alas.

El mar se los lleva lejos,
no se dejen alejar,
que el tiempo y el mar azota fuerte.

Héroes de cada día,
los esperamos siempre
entre vuelos de garzas y gaviotines.

Nuestras miradas no se apartan del mar,
esperando ver enfilar
la proa de los barcos
bajando el cálculo de las estrellas
entre las ondas del mar.

La luz del faro de la esperanza
ilumina el camino de regreso
¡Los honro, pescadores del mundo!