Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 21 de agosto de 2019

Concordia en mi interior


Soñando sueños


Soñando sueños,
soy esa agua enamorada
del azul de tu cielo.
Llegan del río los desvelos,
dormir no puedo
en lo alto de tu morada
porque al mirar el brillo opaco
del océano cercano,
te sueño dormida
y amanece entre mi cuerpo tú mirada
y te hago más mío.

He soñado y sueño
atrapar en mis manos al viento,
retener en su cuenco
las arenas del mar y del desierto.
Retenerte con mi voz, con un beso.
He soñado y aún sueño
con un mundo perfecto.

Utopías que tejo y destejo
al voltear la mirada
contemplando cómo cada mañana
anochece,
otro día sin ti.

Soñando sueños
en la cálida pasión
que se entrega en ese beso
que llega y que nos acerca más.
Nunca dejes de soñar,
abre tus alas y vuela
que los sueños te han de llevar
hasta donde tú quieras llegar.

¡Sueña, ama y sueña!
Y no dejes de soñar,
¡jamás!
No prevengas caer en el olvido,
deja que tu mente vuele alto,
de sueños se llena la vida
manteniendo el sabor de vivir.
Allí está tu sueño,
aún velado,
allí está, solitario y discreto.

No quieras despertar,
quédate quieto,
oye sólo la voz del otro lado,
si ronda por allí, tú lo has traído.
Mas te irás,
donde él te haya llevado
por el humo de las horas diluido.
Alguien espera allí donde hayas ido.
Te verás como nunca revelado.
Eres tú quien espera, allí, dormido.

¡Cómo dejar de soñar!
Es el alimento de mi verbo,
es el reposo de mis letras…
Es la melodía de mis cantos,
son esos sueños de los que hago poesía,
en respiros y sueños he compuesto prosas,
versos, la cuenta la he perdido,
ellos son la vida de mi vida,
nunca dejaré de soñar
ya que estaría vacía,
sin colores, sin amor,
caería en un profundo laberinto sin salida.

Soñando sueños,
son mis suspiros cuando canto,
cuando escribo y disfruto mis sueños
cuan imagen de la vida,
son luces de esplendor,
son colores del arco iris,
son amores, tan sublimes e inolvidables
que, en un ir y venir
la inspiración crece más
y me llevan a plasmar
mis prosas en el infinito.

Soñando sueños,
sueños de luz y de dicha,
mis anhelos te llegarán
en dulces sosiegos,
nunca dejes de soñar
porque los sueños son realidades del alma,
se sienten y se presienten
y muchas veces se hacen realidad.

Nunca dejo de soñar
por el amor y la esperanza
porque si lo hiciera
cual flecha sin blanco
nos perderíamos en el oscuro espacio
de una noche fría y vacía.
Nunca dejes de soñar,
el soñar es ilusión viva,
la ilusión mantiene la alegría,
la alegría aumenta la visión,
la visión fortalece los sentidos,
los sentidos se estimulan al soñar.

Soñar… soñar… soñar…
Soñando sueños,
te recuerdo siempre, amado mío
y te siento dentro de mí
en las sombras de mi cuerpo
y en las noches del éter.
Y así, contigo a mi lado,
te sueño,
me elevo en el aire,
disipando para siempre
las neblinas que envolvían
tristemente mi alma.

Lo que soy y lo que fuí


Soy un alma peregrina
iluminada por el amor,
entre arrullos y cantos,
entre claridades de luna
y brisas de jardín
con el corazón infinito
en el cáliz naciente.

Boca que busca
el nuevo verbo de besar.
Fui un mundo en sombras,
sin fuentes para beber
ni refugio de dulzura
en el vago adormecer.

Lo que soy y lo que fui,
ser transformado con el cuerpo
llevando el alma,
siempre vanamente
a pensar en ti
para que te vuelva a olvidar.

Hoy soy aire
que me llena de espacio
y equilibrio con calma
voy al cóncavo delirio
con mi mirada ininterrumpida
en el vasto universo.

Lo que soy y lo que fui,
cuerpo íntegro,
alma no más adolorida,
en el mañana iré a lugares lejanos
sin querer ni un resquicio de sombra,
apresando siempre
el resplandor supremo de un verso.

Fui en el ayer, ayer de ayeres,
los cantos del dolor entre sollozos roncos,
el amor me había abandonado
y mi corazón sufriente,
casi temblando
se hundía en el mar de llantos
entre gritos y clamores
en la cavidad negra de las olas
y en el abismo del viento
donde va lo que muere.

Lo vi descender
al pozo de las tormentas,
abrirse como un loto
en las aguas tranquilas,
bailando en las olas,
rebotando en las crestas.

Soy ahora en este Hoy
un alma inagotable
que mana de una fuente
refulgente: amor.
Amo la vida,
abro los brazos, me regocijo
y me yergo embelesada
ante el milagro del existir.

Antes, mi espíritu vagaba
por la extensión de la nada,
insensible a las señales del viento melodioso,
ahora río, canto, danzo
y los versos, las ideas, las palabras de amor,
revolotean a mi alrededor,
girando bailes sin traspiés,
volando en el viento
hasta las hojas amarillentas
que las esperaban con inquietud.

Mi mundo interior
ni se disuelve ni vacila,
se desatan por dentro
los miedos sin morir
y como el canto de un violonchelo
se evade y se extiende
en el aire amortiguado
y se derrama entre olas de caricias
y ternuras frescas.

Lo que soy y lo que fui,
antes no tenía el caudal del amor
que como río desbordante
inunda tierras y campos,
ahora tengo un corazón
pleno de esperanzas
y de deseos de paz y de felicidad,
yendo al claro manantial
donde la sed termina
y comienza mi mundo de azul dulzura
resplandeciendo en la transparencia
de un nuevo amanecer.

Candidez amorosa


Candidez amorosa,
mis pasos de alondra,
pisaron el otoño húmedo
y te sentí volar entre la fronda
 indiferente de viejos pergaminos,
te fuiste lejos,
a lugares inciertos.

Quise seguir tu vuelo solitario,
quise amarrar mis ojos
a tus amadas alas,
quise rehacer mis dedos
con tus plumas,
quise volar cerca de ti,
entretejiéndome
entre tus cálidas caricias.

Candidez amorosa,
inocente, crédula,
creía fácil seguirte y tenerte cerca,
más tú volabas, volabas…
Autómata, juguete de papel y cielo
y te tragaba el viento
y te mordía la distancia luminosa.

Y yo, soñaba… soñaba…
que hoy… tal vez mañana…
quizás un día
yo sería la rama de tu nido.
Candidez amorosa,
entre trinos y cantos, versos y metáforas,
 tejiendo nuestro hogar
para ser tuya en nuestra rama
y donde allí posarás tu piel
con el ahogo de tu aliento.

Pero el tiempo pasó,
 lento, muy lento,
no hubo nido, tú volaste…
Fuiste un cuento, mi sueño,
mi leyenda de otoño en serenata.

Candidez amorosa,
cuando mis ojos gritan tu nombre
en la soledad de la distancia imperdible,
el recordar el abrazo de tu piel,
de nave humedecida,
me sacude y me hiere,
me desdobla y me eleva,
buscándote en esa distancia lejana
donde tú te resguardaste,
 te escondiste.

Mi vida es ahora
un cielo trivial de sueños locos
que llenas con tu aliento
de viajero errante y taciturno.
Aprieta mis deseos,
caliéntame las carnes
con tu pasión de viento.

El sol será mañana
un plato de lujurias
y tú serás mi boca
y mis manos desgajadas.

Candidez amorosa,
¿adónde me conduces?
 ¿Por sendas de ingenuidad,
candor, inocencia?

Creo en todo lo que me rodea 
y a veces agobiada, debilitada,
 por creer en imposibles,
me tiendo
en el manto oscuro y plácido
del campo abierto a la noche
y entre las estrellas rutilantes
 me voy en tu búsqueda
con tus sueños y pensando imposibles,
que nuestro amor como pájaro sin alas,
se acurruca desarmado
en nuestros cuerpos,
en nuestras bocas,
en nuestros corazones.

Candidez amorosa,
canta el río mojado de tipas
y empedrada en la sed del silencio
se consumen nuestras formas
 fundidas en el tiempo inagotable.

Placeres y gozos,
 caricias que desgarra,
besos que dibujan
nuestros rostros temblorosos.
Es nuestro amor
que muere cada noche
para nacer…
y volver a morir a cada instante.

Amor mío,
desboca los temores indefensos,
mi aliento con tu boca,
haz mi piel con tus ojos de humo
 y del mundo sin final
 la comunión de una eterna entrega.