Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 23 de junio de 2019

Alegría y amor


Mañana del ayer


Mañana del  ayer,
vivida con intensidad total
como si fuera un Hoy
último y deseado.

Sobrevuelo como una dinastía de soles,
amo y soy amada,
estoy envuelta en hilos
de unión perdurable y recíproca.

Mañana del ayer,
ya vivida desnuda,
he soñado una noche solar
con viento y lluvia,
me borraron como a un fuego,
como a un poema
escrito en un muro.

Mañana del ayer,
más allá del olvido,
alguna vez de un costado de la luna
verás cómo caen los besos
que brillan en mí.

Las sombras sonreirán altivas
luciendo el silencio que gime vagabundo,
vendrán las hojas impávidas
que algún día fueron
lo que a mis ojos vendrán
las mustias fragancias
que innatas descendieron del alado son.

Mañana del ayer,
esperada,
ansiada,
deseosa de vivir las rojas alegrías
que burbujean intensas en el sol,
que redondean las armonías
equidistantes en el humo
danzante del amor nuestro.

No me abandones, mi amor,
en esta verdadera mañana del ayer.

No quiero que falte poesía,
en el Hoy del hoy,
entre ensueños rezagados.

Pido el silencio entre nosotros dos,
que nos amemos juntos,
como si fuéramos uno,
solo tú y yo.

Mañana del ayer,
sed
silencio
encuentro
amor.

Vida, mi vida, déjate caer
déjate doler, mi vida,
déjate enlazar de fuego,
de silencio ingenuo,
de piedras verdes en la noche clara,
déjate caer, ahora,
ya, mi vida.

Mañana del ayer, cuando me miras
mis ojos son llaves,
el muro tiene secretos,
el temor de no tenerte solo tiene poemas,
solo tú haces de mi memoria
una viajera fascinante,
un fuego incesante.

Caricias de amor


Caricias de amor
¡Qué caricia larga
de acción
me sube por las venas
anchas de re correrme!

Sublime sentimiento de amor
que mi alma no puede alcanzar
el silencio de poemas sin palabras
y salta por mis labios
hecha de polvo
de vibraciones íntimas.

Nuestras caricias recorren nuestra piel
y nos unen en un abrazo tan íntimo
que somos un sólo cuerpo.

Cuando estamos juntos,
rueda en mi rostro
la enternecida claridad que sueñas.

Para mirarte, amado,
en mis ojos hay público de estrellas.
Cuando me tomas, trémulo,
hay lirios naciendo por mi tierra
y nuestras almas,
como ávidas gaviotas
se tenderán al viento de la entrega
y yo,
fuente de olas,
te haré cósmico.

¡Hay tanto amor
nadando en mis estrellas!

Caricias de amor,
que en cada alba desharemos juntos
y escribiré un poema
exaltado de la espera
deteniendo de emoción el mundo,
al regalo nupcial de auroras nuestras.

Caricias de amor,
que hacen volver a la vida en un destello.

Las tinieblas de mis pupilas desaparecieron
desde que hallé tu corazón
en la ventana de mi rostro enamorado.

Caricias de amor,
esta noche se ha ido,
casi aurora
casi ronda entre montañas,
como una sensación de golondrina
al picar su ilusión en una rama.

Amanecer, sin alas,
para huirse,
con plena emoción entre mis  manos
que asaltadas fueron por tus caricias
que antes eran castas.

Noche rasgada al tiempo repetido,
detenida en esencias altas,
como una claridad rompes mi espíritu
circundas mi emoción con alegría.

Caricias de amor,
callado,
tímido,
íntimo,
así te quiero
sin saber las puertas del mañana,
entre juego de luces, casi alba.

¡Amante,
tus caricias desgajan mis sentidos…
Yo soy un sueño remando por tus aguas!

Invadiendo mi silencio


Invadiendo mi silencio,
tú el que intentas murmurar,
constantemente,
tus palabras sentidas de amor
no dejando que me encuentre
a solas conmigo misma
para borrar de mi mundo interior,
antiguas desolaciones.

Quiero mi silencio mudo
 incluso hasta en el viento que toca mi oído,
o el eco que se asoma a burlar mi voz.
Hoy necesito soledad,
el cielo está oscuro,
la luna se ha ido,
 las flores no tienen la esencia de ayer.

Las aves volaron dejando su nido,
me siento sola,
pero sé que tú vendrás
al grito desesperado de
¡vuelve a mí, no me abandones,
necesito tu amor!

Invadiendo mi silencio,
estoy en penumbras con todo mi hastío
 y en cada suspiro lloro una oración
que clamo en silencio
porque sé que todo fue pasado
y que tú vendrás a mí,
dejando en tinieblas, dolores ya idos.

Invade el silencio todos mis espacios,
mi vida marchita navega sin ti,
en un triste andar
 se mueren mis pasos,
 te buscan sin tregua
para que me traigas al hoy
donde tú me esperas.

Invadiendo mi silencio,
sin ningún encuentro, sé mi amor,
 vigía de esta silenciosa
que quiere regresar
de su viaje interminable
en el desierto de su alma
y que su corazón,
de la mano dulce de la brisa,
llegue hasta ti.

En la caricia de tu voz,
yo era el umbral de tu presencia,
yo estaba en la sombra de tu nombre,
yo habitaba en ti,
 pero en mi mundo de silencio,
no te encuentro
y un profundo dolor invade mi corazón.

No me dejes estar en el completo olvido,
hazme llegar sólo una caricia leve,
el recuerdo de una sonrisa,
 la mano dulce de la brisa
y acércate con ternura
a mi mundo de silencio.

Invadiendo mi silencio,
 tú, sin prisa, despacio, lentamente,
te vas adentrando en mi mundo
 para hacerme beber
la fuente de la vida,
aquella que dejé
sin casi darme cuenta.

¡Ven! ¡Entra en mi alma y hazla renacer!
Que poco a poco
tu magia invada mi ser
despertando sus deseos
 de gozar y amar
y así lograrás detener el tiempo
entrando al silencio de mi alma
para vivir contigo
suspiros leves y caricias cercanas.

No quiero que seas
en mi mundo de silencio
un simple reflejo
en mi imaginación
y que al despertar mis ojos no te lloren.

Invadiendo mi silencio
con tu presencia en mi cuerpo
para darme la flor del amor de la vida
que hoy desvela mis pensamientos
con silencio de olvido.