Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 13 de julio de 2018

Tu voz

Desordenada sentimental


Desordenada sentimental,
mil amores acuden a mí
¿de donde?
¿de donde acuden huestes calladas
a ofrecerme sus palabras de amor?
que llegan bajando
por los tiempos milenarios
a darme sus dones
de lugares lejanos y misteriosos.

Desordenada sentimental,
no se lo que quiero y a donde voy,
innumeras sombras calladas
me persiguen cada día mas hermosas
pero por más usadas
nunca me dejan sola.

Desordenada sentimental
¿que busco?
¿A dónde me dirijo?
Quieren atarse a mi
¿con lazos de ardientes claveles?
pero yo sólo,
en lo profundo de mi,
te quiero sólo a ti,
al hombre que como títere desmadejado
no sabe tampoco lo que quiere.

Las golondrinas nos vieron
cambiar suspiros y llantos
por amores imaginarios
que tizas perpetuaban.

Nuestros corazones
seguían bebiendo de las mismas fuentes
aunque el tiempo cruel
por distintas sendas nos apartaban.

Desordenada sentimental
¿Qué busco?
¿Que necesita mi corazón para ser feliz?
Necesito hollar un sendero
con olores a tomillo y madreselva,
recto, muy recto
para que mi desorden de amor
encuentro en los espejos del recuerdo
aquel a quien amé bajo el cielo
de las campanillas azules.

Quiero echar raíces en mi cuerpo
y en mi sangre
y poder así seguir soñando
sin errar al azar al amor equivocado.

Desordenada sentimental,
quizás mis labios
ya no pronuncian palabras de amor hacia ti,
tal vez de mis manos
ya no broten ya más caricias leves,
volátiles ni tiernas.

¿A dónde guiaré mi vida
si tengo tantas dudas de amor?
Desordenada sentimental,
quisiera surcar los mares,
abrazar el viento,
llegar a tiempo y anclar cerca de ti,
pero los humos grises del amor
se elevan sin líneas,
atravesando el muro
de los océanos del tiempo
y entonces vuelvo a la soledad,
a las dudas,
a las interrogantes,
a querer saber
quien soy y que quiero.

Desordenada sentimental,
soy como la voz del vigía
que grita clamando sus sueños incumplidos,
sus amores inconclusos,
sus noches sin canto y amores.

Delante de mí tengo ahora toda la ancha,
senda del ir a encontrarme
al que me ofrece su amor
¿Qué haré?
Aún no lo se…

A través de mi ventana


Cae el agua
a través de mi ventana
 y se desliza suavemente por el vidrio.
 Quieta e inmóvil estoy…
esperándote,
amor de mi destino.

La húmeda neblina
 borra toda la gala matutina
 ni un árbol,
 ni una nube se destaca,
en esta blanquecina cerrazón
que entristece y no ilumina,
 la luz de mi alma eres tú,
eres mi amor crepuscular,
que renace más profundamente
 al escuchar las gotas de lluvia
repiquetear en el techo
de nuestro nido de amor.

A través de mi ventana,
 el jardín con suspiradas glorietas
 me hace soñar contigo
y tu postergada visita.
Cae el agua lentamente
en esta mañana gris,
tu ausencia siento a cada instante
 y mis lágrimas corren por mis mejillas
 queriendo jugar como las hadas.

A través de mi ventana
 pura y cristalina
el agua repiquetea
como el amor que mi corazón
 por ti derrama…
 he de esperarte
¿vendrás mañana?

Agua que limpias
 mis tristezas y calmas
mis horas largas,
él es mi amor imposible…
que mi sensible corazón,
sólo ama…

A través de mi ventana
 observo el recuerdo que pasa
y aún a pesar del tiempo
 no ha podido borrarte
 de mi pensamiento.

A través de mi ventana
 escuchando las gotas de lluvia,
observo como la tristeza me embarga
y como las eternas noches
 no han podido olvidar
lo que has dejado marcado
en lo más profundo de mis sentimientos.

A través de mi ventana,
veo como mis añoranzas pasan,
mis gritos acallan,
mi soledad se aplaca.
Sin embargo,
me rehúso a entender
que a pesar de este letargo
 de triste agonía,
algún día,
 otro amor vendrá a mi vida.

Sola estoy ahora,
reencontrándome con el dulce sentimiento
más íntimo de mi ser,
conmigo misma.

A través de mi ventana,
 aquí y ahora tantas luchas he pasado,
 tantos afanes en vela,
tantos bordes de fracaso,
 pero ya no son nada,
 junto a este esplendor de la lluvia,
se olvidaron,
 es un final asombrado.
Ahora me alumbran
 las claridades de la esperanza,
en transparencias del nuevo amor
esperado como un sencillo gran milagro.

A través de mi ventana
 y ya en claridad diáfana
vienen buscándome las luces
 de las palabras,
los poemas no escritos,
las prosas vestidas de color
entre ondas sucesivas,
entre luces en formas turbias,
el amor en sílabas
 deslumbrantes se anuncia,
viene en secreto,
despacio pero seguro.

A través de mi ventana
mi vida pasa entre sueños,
entre alfabetos y palabras.

¡Soñando vivo amando!

Tarde de lluvia


Tarde de lluvia,
la tarde está llorando
y es por ti.

La lluvia
se desliza por el vidrio de mi ventana
y a lo lejos vislumbro tu figura
tierna y apasionada,
imposible acercarme para tocarla.

Tarde de lluvia,
te necesito a mi lado,
sentirte cerca,
abrazarte y estar oyendo el viento
que apenas puede llevar al mar
las nubes con su carga.

Hay silencio,
nada responde y todo mi ayer
se junta en este instante.

Cuando llueve te mezclas con la lluvia,
cuando llueve en la calma de la tarde
te siento conmigo,
te siento en mi sangre,
cuando llueve te tengo,
nada puede sacarte de mi lado y me duele…

¡Cómo duele la quimera del tiempo!
escucho el eco del olvido
pero nada hay que no te recuerdo
mientras en la tarde llueve.

La lluvia cae,
moja mi alma,
¡cómo quisiera que aquí estuvieras!
me dieras calma,
esa calma que el amor sólo sabe dar…
y no mira nada para entregar.

La lluvia golpea
con sus caricias húmedas las aceras quietas,
silenciosas,
tus pasos están en otras veredas,
mis pasos van en sombras a otros destinos…

EL viento doblega los árboles,
sus hojas se sacuden
y mis manos te dibujan en la oscuridad
donde te sueño.

La tarde se colma de lluvia
y cierro mis ojos,
te veo, te palpo,
te siento,
eres parte de las sombras
que me envuelve.

Escuchemos juntos
con la imaginación el ritmo de la lluvia
y así seremos esta tarde,
los dos,
un mundo aislado por el viento y la lluvia
entre la cuenca tibia
de nuestros abrazos.

Lluvia que penetra
en la bruma oscura,
grisácea,
arribas a los campos del alma,
levantas aquel grito de vida y esperanza,
ven a renacer en gotas de agua lo seco,
lo dormido,
yaciente en la calma.

Lluvia,
que en torrentes de cálida agua,
aviva el corazón,
el amor,
la llama,
vuélveme a la vida junto con mi amado,
empápame mi razón,
dale el color que extraña,
trae luces nuevas a esta tarde larga,
ilusiones,
sueños a la espera
del renacer del amor.