Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 7 de julio de 2019

Concordia en mi interior


Recuerdo y sueño


Recuerdo
(Tu presencia erguida y enhiesta
a mi lado, sintiéndote cerca,
murmurando, pausadamente
palabras dulces de amar).

Sueño
(Contigo siempre,
danzando juntos una danza sin fin,
 iluminados por la luz temblorosa
de las luciérnagas
que nos cubrían
creando nuestro mundo propio)

Recuerdo
(Tu mirada cálida,
soslayando susceptiblemente
mi cuerpo todo,
 invadiendo, deliciosamente,
mi alma que se abre toda para ti)

Sueño
(Con tus brazos, rodeándome
como lazos de tejido con ternura
y con tus caricias anhelantes y briosas)

Recuerdo
(Tu voz grave, profunda
que inundaba con amor
 mi mundo interior,
produciéndome un gran regocijo pleno)

Sueño
(Con nuestro lecho
puro de hierbas frescas
y mantos de flores
nacidas como brotes
con gotas de agua
en el profundo vergel)

Recuerdo
(Tus dedos largos
que con suavidad y ternura
 recorrían los caminos del amor
a través de la pasión que nos unía)

Sueño
(Con nuestros amaneceres juntos
 en armonía con el viento
entre luces inesperadas
sin fantasmas de dudas)

Recuerdo
(Tus labios, que, húmedos y tibios,
recorrían sin tocarme
 mis temblores ansiosos
de que tú me alcanzaras
y me envolvieras con tu cuerpo amado)

Sueño
(Con nuestros silencios
que nos unían en un siempre,
entre melodías armoniosas y perfectas)

Recuerdo
(Tu rostro amado, grave y sereno
que con mis manos lo recorría
como un sendero único y secreto)

Sueño
(Con nuestros viajes
por lugares mágicos
 donde vivíamos alegrías sin par)

Recuerdo
(Cuando recorrías mi alma trazando,
con tibieza,
el mapa de mis rutas
con ansias de conocerme toda)

Sueño
(Con tu imagen esfumada
que desde lejos, del más allá,
viene hacia mí entre brisas de soles olvidados)

Recuerdo
(La forma en que me amabas
y entre placeres y gozos
nuestro existir transcurría)

Sin un instante de duda,
de desdén o de abandono,
sin una necesidad de gratitud,
sin un olvido,
 sin dejar de sentirme tuya, siempre.

Te recuerdo


Te recuerdo
(cuando en las noches estrelladas y brillantes
y la luz de la luna baña de plata
 las aguas tranquilas del agua,
 te pienso).
Te recuerdo.

Te añoro
(tu perfil desdibujado
bajo la pálida luz de la aurora
viene en mi búsqueda con ansias locas).
Te recuerdo.

Te añoro
(evoco los instantes preciosos
pasado juntos, muy juntos,
 en silencios prolongados y profundos,
entre suspiros de amor
y besos apasionados).

Te recuerdo.
Te añoro
(eres el ser que mi nostalgia despierta,
mi esperanza renovada,
quisiera cercar tu aroma con mis manos
y la dulce potencia de tus brazos).

Te recuerdo.
Te añoro
(tus cantares son con sones armonizados
siguen persiguiéndome sin descanso
y tus notas suben
al igual que ayer en numerosos acordes
y son para mí tu regalo).

Te recuerdo.
Te añoro
(todo sonido en eco tuyo
me lo convierte en alma que te espera,
y tus pasos se sienten siempre
de estar viniendo por la ausencia).

Te recuerdo.
Te añoro
(tengo miedo de no poder encontrarte,
de que mis besos se pierdan
en otro cielo
como el amor que vive de ola en ola).

Te recuerdo.
Te añoro
(perdida voy en las tardes
por siempre en tu embeleso
sin sentir el cercado de tus ramas,
ni ver tu fuego que en los fuegos arde).

Te recuerdo.
Te añoro
(te llamo hasta quebrar mi voz
en cristales translúcidos,
por eso sangra mi corazón
y me derramo entre lágrimas y sollozos).

Te recuerdo.
Te añoro
(dame mi libertad,
no quiero tu fatiga,
quiero sentirte como se siente el agua,
hermosa, libre y límpida
entre tu libre albedrío y el mío).

Te recuerdo.
Te añoro
(busco tu imagen en mi cuerpo
con el frescor de la creación primera
en las densas ondas de la noche,
con afán de encontrar la luz primera).

Te recuerdo.
Te añoro
(así te hallé, sin muros ni rejas,
entre luceros y luces fugaces,
 como manojo de iluminado amor,
el que te ofrendaba,
al día que alboreaba
cuando ganaba la aurora sus matices).

Te recuerdo.
Te añoro
(quiero fundir mi figura con tu bronce,
andar entre los peldaños del deseo,
hasta alcanzar la cumbre de tu nombre).

Te recuerdo.
Te añoro.
Llévame con mi recuerdo,
mis manos a tu pecho, amor,
que desnudándome caminos
sobre el muro que cerca mi silencio,
siente mis besos en tu frente
para que de mis labios surja el verso
que encienda la sangre en tus venas
y me sientas pegada a tu cuerpo
apareciendo mi nombre en tu cielo.

Pasiones Encontradas


Pasiones encontradas,
ocultas
en secretísimos rincones
de mi alma,
confundiéndolas
con palabras de amor no dichas,
con anhelos de ilusiones
 y sueños
remontándose a las nubes altas
sin soledades ni llantos.

Tú,
mi nuevo amor,
desde la colina del nardo,
irradias el fulgor
que seca la fuente de la tristeza
y de las lágrimas.

Pasiones encontradas
que como nardos juveniles
guardan en mi entraña
 los bálsamos
y la secreta lumbre
que de mi pecho
palpitante
 lleva las blancuras de un astro.

Pasiones encontradas,
 vienen hacia mí
y me aturden
por un momento
con su interno bullicio
y sus ideas locas,
dejándome ilusiones
fulgurantes
que embellecen
 todo lo que tocan.

Me llevas a carismas divinos
 de auroras y cantos,
de nubes nacaradas
y gentiles,
de arrullos de calandrias,
 de ternuras suaves
y níveas
donde el gozo
se hace puro y eterno.

Los ángeles
 dueños de la flor del alba
nos guían
y protegen
en nuestro mundo irreal
 y mágico,
donde juega la brisa
 y hay rumores de música de alas
y goces en nuestras miradas.

Pasiones encontradas,
nuestras sombras
se rompen
y se aclaran,
sonríen
y tiemblan de risa
las lágrimas que enjugaste
con tu labios,
son como un hálito
que reflejan nuestras almas.
¡Ven hacia mí
y atúrdeme un momento!
¡Déjame estar en tus bazos!

La ilusión
que en tus juegos te acompaño
es un cuento
de hermosura extraña.
Pasiones encontradas,
 que nos llevan
 a caminar al azar
sin rumbo cierto.

Mi corazón descansa
ahora
en la rama suave de tu pecho
 y aunque muera
 sé que vivo
en los claveles futuros
de tu cuerpo.

Pasiones encontradas,
que esta noche descansan,
como centinelas eternos
que guardan mis secretos
en una túnica
de lentos deseos
contando las glorias
de este amor sincero,
pleno
de grandes momentos,
de verdades dichas.

Y río y canto
 con tu cuerpo
donde la luz tímidamente
se asoma
 bajando la luna en tus brazos
 y acunándome
con sentimientos nobles.
¡Cuánto perfumes de árboles
se derraman por tus brazos!

Amor perdido
entre bambúes incipientes,
 ¿cómo encontrarlo cantando?,
con galas de volcán
al sol radiante en el aire
y en los sones
en que arden las cañas,
asomando a tus ojos
el amor
que por mi sientes.
Pasiones encontradas,
sublimes y majestuosas,
con libertades mudas
y silencios virtuosos
que nos unen
en un apretado abrazo
que nos funde
en cuerpo y alma.