Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 14 de julio de 2013

Vivir amando


Sinfonía en no

Sinfonía en no, romance trunco, deshilachado entre acordes sin fin, dormitando en el silencio sin ecos, como fuegos en llamear cabalgando con los cometas.
Sinfonía en no, amor que se hundió en el mar, buscando la obertura perfecta que lo hiciera renacer de entre pavorosas tristezas, volviendo las superficies, engalanado de preludios.
Sinfonía en no, en instantes breves, casi sin darnos cuenta, bajamos al abismo donde la luz no penetra y donde millones de ojos nos sorprenden y contemplan como en un acorde no alcanzado, sin notas afinadas en músicas sin armonías.
Sinfonía en no, su punto de encanto se astilló en mil cuerdas de liras y laúdes que se consumieron en el aire todo sin que una frase musical la inspirara a escribirla.
La composición toda de las alas de los sueños, frotó en cada estrofa en una nube de grises partituras y sólo con ímpetu alado al ideal asciende en un concierto de risas y lloros en flor.
Sinfonía en no, en pentagramas sin notas, vacíos e ignorados, se buscan y no se encuentran, sus notas ciertas se reconocen apenas en el sonido leve de un viento suave.
Pero las notas no responden, ni en ninguna parte aparecen, ¿en qué lejanía se encuentran?¿bajo qué frondas se guarecen?
Sinfonía en no, encubierta, no se encuentra en este mundo ni está en claves, ni en signos, tallados en visiones que la están buscando.
Sinfonía en no, no se escribió aún, inútilmente noticias de sus acordes se buscan en el viento, en las aves, en las flores, en el agua de las fuentes, en los astros del firmamento.
Sinfonía en no, aparecerá improvisada surgiendo en un violín entre acordes flotando, en sus líricas composiciones.
Las notas claras, redondas, tibias, despacio se van a su destino, se van a la nada, son eso no más, su curso en preludio perdido, una huella a lo largo que se borra enseguida.
Sinfonía en no, maravilla, milagros, desde lejos se oye el trepidar de sonidos y en los sueños resuenan graves, bajas y sin tonos.
Sinfonía en no, vuelve invariablemente, exacta a ti misma, deshaciéndose en tiempo, polvo, dejando sólo vagos rastros fugaces, recuerdos de armonías escuchadas en leves recuerdos que por el aire vuelan, portadoras de fusas, semifusas, corcheas que se entrecruzan sosteniéndose solas en pentagramas vacíos.

Si supieras

Si supieras, aunque ¿sabes? que día tras día, horas, minutos y segundos dedico mi mente a ti.
Si supieras, aunque ¿sabes?, que me inspiras a decirte, a escribir, garabatos que su forma se dispersa en un blanco papel y dibujan las más tiernas, dulces y bellas palabras que terminan siendo frases dichas y escritas por el sentimiento de amor que tu despiertas en mi corazón.
Si supieras, aunque ¿sabes? que brotan en mi piel y asoman por mis poros las pasiones que exceden al deseo reprimido que acechando está esperando por ti.
Si supieras, aunque ¿sabes? que eres dueño de mi almohada en mis noches de soledad y que al amanecer me despiertas porque estás en mis sueños enredado en sábanas de seda y caricias de algodón.
Si supieras, aunque ¿sabes? que eres mi todo y mi más porque te amo aunque tú no lo quieras.
Pienso en ti y no se si es cierto que te amo o lo sé tanto que temo que ese amor me traiga llanto.
Pienso en ti y espero que te acerques, quiero apretar tus manos, me corre un secreto en la piel que es felicidad ansiada, necesito tenerte cerca y es prohibido lograrlo, por eso quiero saber si te amo.
Necesito vivir en un rincón de tu presente, haz allí y brúñela como una luna de acero, cincelada en filigranas.
¿Qué tejerá tu memoria madura de andar los tiempos, de dibujar los caminos por donde viniste andando?
Espejo atiborrado de recuerdos es tu frente erguida para que mis manos acaricien la plata fina de hilos y cenizas de tu noble cabellera.

Ecos de besos no dados

Ecos de besos no dados, resuenan en  mi alma como alas rotas de aflicción y deseos reprimidos, esos instantes que no se olvidan, tan vacíos, devueltos por las sombras, tan vacíos, rechazados por el tiempo.
Ecos de besos no dados, ese instante que pudo ser tierno y pleno de gozo, pasó despacio por mi lado y mi cuerpo desnudo, desnudo de sangre de alas, sin ojos para recordarte, sin labios para recoger el zumo de tus mieles, se perdió en el canto de los helados campanarios.
Los suspiros del mar me humedecieron las únicas palabras y los besos no dados por los que vale vivir.
Ecos de besos no dados, fue tan solo un instante breve de la nada acurrucado en una eterna espera en la cueva del destino, sin manos para decir nunca, sin labios para besar los tuyos.
Ecos de besos no dados, como dueños del silencio, son como una tribu de palabras mutiladas y de tibiezas no recibidas, se elevan entre montañas hacia las nubes, lejos, muy lejos, en una partición de sol en pequeños soles negros.
Hay en la espera del beso un rumor a lilas rompiéndose en la lluvia gris del alba.
Ecos de besos no dados, soy como una viajera, mujer poeta, que ha dejado su cuerpo junto a la luz y ha cantado la tristeza de lo que nace.
Mi alma sin tus besos se estremece toda, volcándose en la madre de las tinieblas.
Entre hilo e hilo de su tejido de espera encierra el anhelo del beso no dado, guardado como tesoro en el mundo para mí perdido entero sin ti.
Ecos de besos no dados que pasarán entre el frío, el viento, la lluvia, el trueno, resonando por un minuto de vida breve en los confines del mundo, danzando como palabras de amor en paraísos no encontrados, que saltan de estrella a estrella, de sombra en sombra.
Voy por galerías donde vagan los besos que no encuentran mis labios, esperándolos, sabiendo que no llegarán a mí.
Todo sonido en eco tuyo me lo convierte el alma que te espera y ahora en esta hora inocente me siento en el umbral de mi mirada como sonámbula en una cornisa de niebla esperando despertar como flor que se abre al viento en un camino de espejos donde los besos son dados como encantamiento creciendo solos en la noche pálida, enlazando fuegos de silencio, ingenios en espejos de triste transparencia.