Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 29 de julio de 2012

Bajo la luz de la luna


Bajo la luz de la luna, el canto de mi corazón me hace escuchar las melodías del atrás, saboreo el futuro como una consecuencia de los sonidos de mi pasado.
Bajo la luz de la luna, soy una danzarina del azar del caminante y me siento en calma con sonrisa en una profundidad misteriosa como el canto del cisne enamorado.
La luz de la luna me lleva a un gran horizonte vacío en un momento largo y silencioso, con el viento de través y las estrellas tan bajas que es posible llegar a ellas y recogerlas como frutos de plata.
Bajo la luna te quiero, como el mar quiere a su agua. ¡Qué frenesí es quererte!, y en la hermosura vasta de la noche siente el alma que nada lo termina.
El abrazo de la luna me envuelve en mil caricias apasionadas y como rayos de plata su luz baña el paisaje oscuro y silencioso. El crepúsculo se esfuma rápidamente y la noche se extiende vestida de estrellas sobre el mar vacío.
A la luz de la luna buscaremos nuestro amor que será testigo de nuestra pasión.
Bajo la luz de la luna me acaricias y me besas como lo hace el viento, en un mundo sin tiempo, ¡no pases sin estar conmigo!¡sin tu amor se mueren las estrellas!
Luz de luna, cómplice de noches de amor y de pasión.
Bajo la luz de la luna, frente al mar, en mis noches solitarias, sueño con volverte a amar. Y nuestro amor no puede ser comparado con nada que existe, sólo el tú y yo juntos bajo la luz de la luna y el cielo, sí puede ser nuestro en cada beso, en cada caricia, en cada instante.

Afloran mis sentimientos


Mis sentimientos escondidos, ocultos, dentro de mi alma afloran ahora plenos de amor hacia ti.
Mi corazón vuelve a latir, la tristeza quedó como un recuerdo lejano, llegaste tú a mi vida y siento que todo es posible, estás en los umbrales de la transmisión del espíritu.
Afloran mis sentimientos en un equilibrio móvil, sin ser consciente de ello, amo con todo mi ser, han desaparecido todos los resentimientos, los pasados, los que estaban pasando y los que podrían pasar, sólo el amor colmó mi alma en el momento de la luz naciente.
Te escucho desde lejos, te deseo de cerca, te busco en el rocío, te anhelo en tu sonido.
Afloran mis sentimientos, en ti se consume el deseo, en ti se consume la dulzura, en ti la flor sonríe y el árbol se mece, en ti el colibrí canta.
Eres la sed y el sonido, tienes todas las formas y todo te gusta tocar, dar ánimo, sonrisa y placer.
Afloran mis sentimientos, porque no puedo resistir tus insinuaciones, tus palabras, tus aromas.
Sin ti… la tierra pierde su valor, el árbol no da fruto, sin ti el lar no es cálido y mi alma queda desolada y triste.
Afloran mis sentimientos, porque el amor que en mí despertaste, no se ocupa de su color, los tiene todos, no se preocupa de sus edades, las tiene todas, no conoce del otoño, del invierno, del verano, todo lo acapara su intensidad, no varía con las estaciones.
Él es su propia estación.
Sus límites no se mencionan, no los tiene, no dejemos que nos arrebaten nuestro encanto de amar y no se pierda la ilusión aunque la razón nos la pida.
Tú y yo hagamos sobrevivir este saber del amor, único y desinteresado.

Mis dotes dormida


Mis dotes dormidas, ayúdenme a expresar la verdad  con mis palabras, cada frase, verso por verso, transmitidas en pensamientos con belleza.
Mis cualidades dormidas, las que se esconden en el fondo de mi ser, sutileza, claridad, plenitud, capacidad de creación… ¡Despierten! ¡Vengan a la luz para iluminar todo mi interior y mi entorno entregando su energía por doquier!
Mis dotes dormidas en una sucesión de comienzos, afloren, no se aferren al sueño eterno y suban hasta las nubes porque cada nube en su movimiento, está concluida y comienza de nuevo.
Mis dotes dormidas surgirán en un instante en plenitud como en un lamento vacío de una flauta, en todos sus tiempos.
Están muy dentro de mí, en mi espíritu que aparecerá en el momento de la luz naciente. Las ofrezco a los cielos para que surjan sin pasados, que despierten al Hoy.
Dotes dormidas, dejen volar mi alma, no me dejen aferrada a lo terrestre, pesado y oscuro, muévanme mi todo en todo.
Dotes dormidas, tan profundas están,  semejante a un manantial de donde brotan todas las cosas, déjenme seguir el canto de mi corazón y actuar como si fuera la primera vez, sin actuar el todo, así, será nueva y plena.
Dotes dormidas siento tus llegadas hacia el cielo, desde el inicio tocando el palpitar dulce de la venida, saboreando el sonido de la salida y así hundirme en el silencio.
Dotes dormidas, déjenme escuchar las melodías del atrás para saborear lo futuro, como una consecuencia de los sonidos de mi pasado y permítanme ir despacio a encontrar el amor que las hará despertar de su largo letargo, porque alma y espíritu son uno ya que la espiritualidad es la del alma.

Mi sueño eres tú


Mi sueño eres tú quien mantiene intacta la esperanza y vivo porque tengo sueños, porque lo tengo todo y es la vida que me sobra y que me alcanza.
Mi sueño eres tú, el mejor, entraste a mi vida y te siento como ave que vuela surcando el firmamento, ondulando sus alas, al compás del viento.
Te quedaste a mi lado y arrebataste mi tiempo y hasta el aire que respiro tiene sabor a tus besos.
Eres mi mejor sueño, el puente que cruzo para ir en tu búsqueda, el oasis del que se nutren todas las grietas que tengo.
En mis sueños llegaste tú a mi vida, enséñame a amarte, sin espacios y sin tiempo.
Mi mejor sueño eres tú y tu amor me protege, me cubre, permanezco en su orla mecida por el viento.
En mi sueño, tú como un duende me despiertas la poesía que vuelco en mis hojas y me das el don de la palabra para que el amor se despierte.
En mi sueño me acaricias con un suspiro lleno de lunas y soles, tus sentidos me llegan como lotos recién reverdecidos, dejando que mis deseos sean el camino hacia tu espíritu.
Mi sueño eres tú, me llenas de luz y me haces alcanzar las estrellas con el deseo de poseerlas y palpitar dulcemente mi corazón que anuncia tu llegada en silencio y me conduces al centro de nuestra existencia juntos.
Mi sueño eres tú y en la interminable noche poblada de ti te encuentro y en el amanecer también a veces descubro tu resplandor que me llama con armonía al mundo nuevo de dos.

Ancla


Soy como el ancla, inamovible, fondeada en el tesoro del amor postrimero, que hizo llamear su luz, la cegadora luz que me rodea.
Soy el ancla, sin fondo de arena, que dibuja frases, rimas, letras, como trazando huellas en el mar.
Tú, mi amante, tienes las llaves y el timón de mi vida, el ancla de todo mi destino.
Tú, mi luz, eres tripulación total de mis espigas, tesoro de mi vida que por tí es un ancla inamovible, entre puertas de llegar y de partir.
Y me hallaste con tus manos, buscándome a tientas, con tus palabras llamándome, con tu boca que el vacío besaba y en un prodigioso pacto, ésta, tu ancla se convirtió en tu refugio, victoria gozosa de los dos.
Yo estaba detenida, inmóvil, aferrada al borde de la vida en el grave concierto del otoño, escuchando cómo los violines agitaban las olas en el mar y tú llegaste y me llevaste contigo a tu mundo, disipando para siempre las neblinas que me envolvían como en un áncora de bronce y cristal.
Ancla inamovible fui, ya que ahora en el rojo silencio de mis ríos interiores, duerme la esencia de tu ser.
El amor retenido, cercado de tinieblas, al infinito se alarga porque tú, mi amado, lo hiciste surgir, como una luz que se encuentra con otra luz, quedando iluminado el mundo como por un milagro que no puede ser recuerdo porque el recuerdo es la pena de sí mismo.
Sólo vale vivir queriéndose, buscándose en este tiempo, en toda una eternidad.