Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 15 de octubre de 2012

Tal vez



Tal vez no me ames más, te has ido de mi vida y mi alma inundada de pena clama por ti.
¿Adónde se fue tu amor? ¿Por qué me has llevado a tu olvido? Me has dejado sola, en mi desesperación y pesares pensando sólo  en ti.
Tal vez ya desapareciste tras el telón de mi vida, ya no te veré ni te sentiré más, tus palabras se las está llevando el viento silente y frío, en copos de nieve en el espacio sin voz.
Tal vez, si, yo te siga amando hasta el fin de mis días y mi corazón herido palpita dulcemente porque tú ya no estás.
Sola yo y tú quien sabe donde, tu recuerdo me llena el pensamiento y te traigo en el tiempo.
Tal vez, en algunos momentos recorro los caminos de la memoria y solos los dos otra vez, junto al mar, riendo bajo la lluvia o en una noche con un cielo calmo poblado de estrellas.
Sola yo… soy trueno y relámpago por no tenerte, y me vuelvo viento, brisa y agua fresca y retrocedo en el tiempo cuando nos amábamos.
Tal vez mis días están poblados de tu presencia, el pasado abre sus puertas. Hoy  es ayer y tú estás conmigo, lo que es real ahora es tan solo un sueño.
¡Qué vacío tan grande! lleno de silencios, yo sé que no estás, ya sé que te has ido.
En mí llora un lamento, gime cual nota de un arpa, de un amor que me devora y se halla oculto en mi alma, mi llanto cae como un manto, mi tristeza es un tul impregnado de amor, mi amor es mi corazón herido que palpita sin cesar buscándote en mis recuerdos lejanos.
Te extraño y en mi nada ¡tú eres todo!
Tal vez, queda solo la sed, el silencio, ningún encuentro.
Tú has dejado en mi alma perfume de lilas y cuando me mirabas mis ojos eran llaves para abrir el muro de nuestros secretos y mi temor eran palabras, poemas, que te llevaban lejos.
Sólo tú, tal vez, hiciste de mi memoria una viajera fascinada, un fuego incesante.
Tal vez, siempre tu serás mi amado espacio de revelaciones infinitas.

Secuestro furtivo



Secuestro furtivo, ¿te acuerdas tú de aquella noche que a escondidas y con misteriosos impulsos me llevaste a aquel umbrío lugar desierto donde a solas nos amamos?
La brisa nos acunó y el mar nos arrulló con sus ondas livianas como una melodía de lejanas orquestas.
Secuestro furtivo, me retuviste entre tus brazos tibios y yo me deshojé lentamente como flor de azahar pura y virgen y con dulzura me dejé raptar.
Me quedaría en el encierro de tu cerco, en todo lo que estoy, donde estamos tú y yo juntos, quietos como el agua quieta, retenidos en el amor sin sol.
Secuestro furtivo, disimulado, sigiloso, ¡qué ansia de repetirse esto que está siendo! ¡qué afán de que mañana sea nada más que llenar otra vez al tenderte ese hueco que deja, hoy exacto en la arena, tu cuerpo!
Secuestro furtivo, cauteloso, para que no se sepa ni se entere el mundo que estamos viviendo entre apretados y estrechos cercos cuerpo, alma y mar.
Nada promete el orbe, ya nos lo da, lo tenemos todo ya, nunca más nos separaremos ni por el viento, ni por las nubes, juntos cantando siempre.
Secuestro furtivo, retención deseada que despacio, sin prisa, sin siquiera escuchar tus pasos, sin ver tu sombra en la fronda me envolviste con tu mirada dulce y tu voz pausada y lenta.
Tu risa me secuestró y le dio colores a la noche y yo disuelta en alma y espíritu me entregué a ti hasta unos cielos lejanos en una gloria abstracta del alfabeto.
Y danzamos juntos, apretados entre frenesíes de pasión, rodeados de flores del jacarandá, azaleas, azucenas.
Secuestro furtivo,  quemante hasta lo indecible, hasta horizontes lejanos donde nos podemos tocar, palpar, en nuestros reflejos sin casi tocarnos, en nuestras formas reales donde se nos escapan suspiros hasta la muerte.
Nadie nos ve, nadie nos dice nada, estamos en nuestro mundo propio, sin altares de llamas pero sí de deseos y pasiones.
Secuestro sigiloso, nos dan formas de una geometría sin angustia entre delicias hijas del agua, cálidas caricias en los fríos inviernos entre amores verticales, cristalinos y auténticos.
Mi pecho se agranda, se agita, siente la presencia de tu amor en este secuestro furtivo, nuestros corazones se unen y en silencio nuestras manos se entrecruzan en el aire, en voluptuosa danza entre sombras sin paisajes.
Y todo cambia en nuestro existir, los besos son únicos, son nuestros y como cómplices del delicioso amar los dos, atónitos, vivimos el hoy, el ayer y el mañana en un encanto y esdrújulo sueño elegido en ondas del viento.
Arropados y somnolientos nos elevamos al más allá, solos con nuestras voces y sonidos, seguros de amarnos por siempre.

Lo que soy y lo que fuí



Soy un alma peregrina iluminada por el amor, entre arrullos y cantos, entre claridades de luna y brisas de jardín con el corazón infinito en el cáliz naciente.
Boca que busca el nuevo verbo de besar.
Fui un mundo en sombras, sin fuentes para beber ni refugio de dulzura en el vago adormecer.
Lo que soy y lo que fui, ser transformado con el cuerpo llevando el alma, siempre vanamente a pensar en ti y te vuelvo a olvidar.
Hoy soy aire que me llena de espacio y equilibrio con calma voy al cóncavo delirio con mi mirada ininterrumpida en el vasto universo.
Lo que soy y lo que fui, cuerpo íntegro, alma no más adolorida en el mañana iré a lugares lejanos sin querer ni un resquicio de sombra, apresando siempre el resplandor supremo de un verso.
Fui en el ayer, ayer de ayeres, los cantos del dolor entre sollozos roncos, el amor me había abandonado y mi corazón sufriente, casi temblando se hundía en el mar de llantos entre gritos y clamores en la cavidad negra de las olas y en el abismo del viento donde va lo que muere.
Lo ví descender al pozo de las tormentas, abrirse como un loto en las aguas tranquilas, bailando en las olas, rebotando en las crestas.
Soy ahora en este Hoy un alma inagotable que mana de una fuente refulgente: amor.
Amo la vida, abro los brazos, me regocijo y me yergo embelesada ante el milagro del existir.
Antes, mi espíritu vagaba por la extensión de la nada, insensible a las señales del viento melodioso, ahora río, canto, danzo y los versos, las ideas, las palabras de amor, revolotean a mi alrededor, girando bailes sin traspiés, volando en el viento hasta las hojas amarillentas que las esperaban con inquietud.
Mi mundo interior ni se disuelve ni vacila, se desatan por dentro los miedos sin morir y como el canto de un violonchelo se evade y se extiende en el aire amortiguado y se derrama entre olas de caricias y ternuras frescas.
Lo que soy y lo que fui, antes no tenía el caudal del amor que como río desbordante inunda tierras y campos, ahora tengo un corazón pleno de esperanzas y de deseos de paz y de felicidad, yendo al claro manantial donde la sed termina y comienza mi mundo de azul dulzura resplandeciendo en la transparencia de un nuevo amanecer.

Noche larga


Amándote en silencio


Amándote en silencio, vida mía, primavera dulce que me llena de una tenue fragancia de tus rosas, en este otoño dorado de mis días.
Así van pasando las noches olvidándome del ayer y del tiempo.
Ven amor, mis brazos te esperan para envolverte en sentimientos profundos y plenos, siente la caricia de mis besos.
La distancia nos aleja, pero de noche la distancia parece sólo oscuridad y niebla, que nos separa si no por lo ojos.
Amándote en silencio, el mundo se ha apagado, pasajera avería del gozo del mirarte, pero todo lo que se quiere cerca está al alcance del querer, cerquísima, como está el ser amado cuando siento su respirar, el ritmo de su cuerpo, al lado de nosotros aunque sin verte.
Llegarás hasta mi alma y no sabrás que llegaste, sentiré el desafío de retenerte en silencio, murmurando en tu pecho, palabras de amor.
Y tendré tu sonrisa desplegada en el viento, como un estandarte de amor.
Amándote en silencio, viviré con el sueño de sentirte muy mío y mirando tus ojos callará la ilusión.
Viviré sin tus labios contenidamente aunque tú nunca sepas de mi gran amor.
Fingiré mi tristeza contrastando la pena sin besos en mi alma.
Amándote en silencio, ¡qué difícil es!, vivo por este bien de quererte en un ardor de ilusión.
Sueño en la esperanza del silencio profundo que a la luz primera, nuestros labios, nuestros ojos, nuestras voces, se encuentren y amanezcamos juntos sin que la luz nos separe, alargando las manos para alcanzar el cuerpo de la dicha que en la noche tendido se sentía junto al mío, sin prisas ni sobresaltos para entrar en el paraíso de dos donde solos se palpan soledades nuevas, ofertas de la luz.
Amándote en silencio y las distancias son nada, son leguas, años, cielos, es la luz de la distancia.
Y hay que andarla para acercarnos y poder yo entregarte este amor mío que se desgrana como perlas en el cielo entre luz, horas y horas y así nuestro pasos ganen la orilla oscura en que se acaban las pruebas de estar solos, abriéndose nuestras almas al mar con júbilos de besos.

Ya no te quiero


Ya no te quiero, ya no necesito el beso vital de tus labios y tus cálidos abrazos.
Se escaparon los misterios y el encanto.
Ya no te quiero, es cierto, no añoro tu letargo, renuncié a la utopía y a los sueños en vano, ya no late en mis venas la ilusión del pasado.
Ya no te quiero, es cierto, ni cerca ni lejano.
Quiero que lo sepas, no te amo en pasado, no te amo en presente, ni te amo en futuro, es un amor que no existió, sin distancias ni tiempo.
Ya te olvidé, te dejé a la vera de mi camino aunque nada fue en vano porque ahora voy a un tiempo de paz, de ventura, de gozo, en búsqueda de la eterna fantasía que, al soñar el palpitar se desvanece y realizar espero todavía.
¡Mujer poeta, llegará tu día en que serás amada y amarás por siempre!
Acudo presurosa aunque llegue triste y fatigada a encontrar la fuerza y la alegría que tú me habías quitado.
Todo mi dolor se va con palideces de plata y se alza un himno cadencioso de frías notas calladas en los rayos de la luna, reflejando un ¡ya no te quiero más!
Al fin te fuiste de mi vida entre el ramaje dormido, en voz baja, sin rumores, sólo en silencio como un misterio escondido sin una palabra cortada.
Tan solo se oyen gemidos cuando los rayos son idos y la luna más palidece.
Hoy deseo volar alto, dichosa, viva y feliz, ya no estás más en mi vida, ni en sueños te quiero ver.
Ya no te quiero, es cierto, el sueño de amor no existe más, no quiero perder la paz, no volverme otra vez triste.
Muere el sol en el ocaso y llorando mis amores se desangra en resplandores, el silencio paso a paso limpia mi alma de resquemores.
Hoy sólo aspiro al aroma de un ramo con flores, de risueñas margaritas y pensativos tréboles que me inunden en sus matices cálidos pulidos por el sol y por la lluvia.
Ya no te quiero, es cierto, no deseo el viento del jardín de los recuerdos nuestros.
Desde el fondo, soplad, trayéndome las flores deshojadas ¡que las quiero olvidar!, escóndanme lejos, cerca del arroyo de tristes armonías y tu recuerdo desaparecerá.
Ya no te quiero, es cierto, no quiero más nuestras noches con sus astros, de tenue claridad, de aquellas noches llenas de poesía, música y canto porque ya hace frío al irse el amor con su intensa lobreguez.
Ya no te quiero, es cierto, aspiro una calma honda para que mi corazón lata sin prisa ni temores, sin hoscos recelos y sueños rotos.
Mi nuevo camino transformará en versos y poemas de amor el nuevo descanso de esta vida nueva, como centinela eterno de este mundo mío.

Tiempos para amar


Tiempos para amar, no hay instantes precisos de la vida para amar con pasión, con sentimientos puros que nos llevan al paraíso.
Amar es sentir el intercambio de dos fantasías y volar al mundo mágico de la energía intercambiada, del compartir todo, momentos vividos con autenticidad y entusiasmo.
Tiempos para amar, son todos el hoy a pleno, con manos que acarician, miradas que descansan, nombres que son canción, besos que envuelven en un tibio manto. Mi espíritu espera el amor, todo mi ser es un compás de espera.
Tiempos para amar, prendidos a los restos del silencio, tú y yo amándonos como por milagro.
¿Será tan sólo una ilusión querida? ¿Ilusión? ¡Imposible!
Vivimos juntos noches llenas de poesía, entre vientos del jardín de los recuerdos donde tú me traes las flores deshojadas que yo beso con dulzura.
Tiempos para amar, eternos, para siempre, sin olvidos, con albas transparentes vestidas de ilusión.
Amándonos, desde lejos, como nómadas del viento que transitan por la expansión del Universo.
Tú y yo juntos, en buena sintonía, las muchas necesidades de uno se compensará con las pocas necesidades del otro.
Tiempos para amar, amándonos, lejanos clarines claman su acento, firme y sereno, en el nocturno ambiente que nosotros creamos entre estrofas de perfume agreste.
Tú me inspiras en todo momento e idealizo todas tus palabras, tus cartas de amor hasta que encuentran un dulce regazo para expresarlas en palabras que conmueven y asombran.
Tiempos para amar, en fluidas luces de la noche que con desparpajo chisporrotean y nos rodean y alumbran en cielos abiertos.
 ¡Amad! ¡Amad siempre! El amor nos conduce a caminos con fervores brillantes a albas llenas de cifras candorosas.
Sonidos de laúd nos transfieren a mundos de pasión plenos de armonía y de tenue claridad y la poesía nos une en el tiempo infinito de amar.

Crónica de un sueño


Paisaje lunar


Paisaje lunar, nos cobija y protege con su luz cenicienta y a veces, brillante que ilumina nuestro amor como alas de ángeles vibrando en el paraíso terrenal.
La felicidad nos acuna y en un marco de crepúsculos entre tus brazos tiemblo viviendo momentos sentidos en el umbral del hoy.
Sentirnos como realmente estamos, flotando en un espacio-tiempo misterioso… pero todavía mágico y cálido.
Paisaje lunar, luna de los mil deseos que el paisaje baña bajo su luz donde se refugian nuestras ilusiones y anhelos apasionados de un amor real con sentimientos sinceros.
Paisaje lunar en el que el viento sopla tu nombre y tu reflejo veo en la luna, sintiéndote mío.
¡Ay luna! que mis sueños alumbras, quizás pueda tu brillo alumbrarme y llevarme a lugares donde como flechas perfumadas escriba mis palabras, en poemas de amor que viajen hasta el alma de mi amado amante.
El sentir divino no admite temores, sustenta amores.
Paisaje lunar, bajo las costas de nuestros sentimientos a tu espíritu llegaron mis versos, mis palabras de amor, mis poemas mágicos que se abrieron como flores para ti.
Luna, que con sus rayos de plata iluminan con su luz infinita cada paso que hemos recorrido andando por tu senda señalada sin tropiezos y sin miedos y contemplada noche a noche por tus grandes ojos fijos deslumbrantes de pasión.
Tú, luna, luna de mis noches que iluminas el horizonte para contemplar las estrellas, abres caminos de luz cuando todo es oscuridad y vacío y me conduces al amor esperado.
Paisaje lunar, entre colores y mil deseos haces palpitar el amor entre temblores, gozos y pasiones, refugiándose las ilusiones entre clamores y besos.
Paisaje lunar, amor de luna, luz de mis amores buscando las sutilezas del que desde lejos me ama.
Iluminas  los océanos de amor para que dándonos cuenta de que amarnos nos lleva a lo inmenso, lo más inmediato de lo inmenso es ese océano vibrante, brillante, pleno de vida.
Paisaje lunar, su influjo nos traspasa el cuerpo haciéndonos sentir el bálsamo de amor que acaricia nuestros corazones en un palpitar de emociones.

Sueños no olvidados


Sueños no olvidados, tanto tiempo sosteniendo recuerdos, viviendo de la memoria en aquellos rincones silenciosos, quietos y calmos.
Mis pensamientos se mezclan con el murmullo del viento, llevándome a sueños no olvidados entre bandadas de visiones de tiempos gozados.
Quiero sentirlos ahora, pensarlos, irme con ellos a sosegados sotos donde podré revivirlos en un ardor de volar a pasados de otras dimensiones. 
Sueños no olvidados, gozados en un temblor de hojas y gotas del cielo que una a una se posan en ellos para no soltarlos y así recordarlos siempre. 
Sueños no olvidados, no efímeros ni fugaces, plenos de rumores, de sones, de músicas y cantos, quedan pintados por pinceles, guiados por mi mano, en mi alma, de donde los poemas y las palabras nacen y se descubren en aquel papel en blanco. 
Sueños no olvidados, envueltos en las frescuras de las mañanas o en noches de luna llena,  con un cielo oscuro, cubierto de estrellas, plenos de amor y sentimientos.
Reflejos de un ayer que no se olvida, sonrisas desdibujadas que de un hoy no los poseen, deseos de que lleguen a un futuro incierto. 
¡Cuánto daría para que estos sueños no olvidados dejen de ser sombra del ayer!.
Son como ráfagas de amor que se deslizan entre mi mundo, convirtiendo mis pensamientos en torbellinos desmedidos de romances vividos que como paisajes de mi vida en su camino son suelos no olvidados ni perdidos en el etéreo pasado.
Sueños no olvidados, confluencia de amores que quedaron aprisionados entre mi ayer y mi mañana.
Sueños no olvidados, están guardados en arcones secretos como hondos y sentidos misterios en los que el tiempo los perfila con un dulzura infinita para que no nos abandonen nunca.
¡Cuántos desvelos y sueños surcan mi alma! ¡Cuántas ilusiones vividas y por vivir! Y estos sueños no olvidados labrarán el gran proyecto de encontrar otros nuevos que nos llamen desde dichas futuras.

Esperar


Ahora mi tiempo ha aprendido a vivir con pausa, a saborear los pequeños espacios y a continuar esperando esos momentos que tú me das.
Esperar hasta encontrarme con mi yo desconocido y aprender que se puede volver a amar intensamente en la madurez de la vida.
Sin límites, sin rubores, sin titubeos, sólo queriendo que suceda lo inesperado.
Esperar a que sea posible, dejarse ver uno mismo tal cual siente y desear que  tú me veas así. Sin ángulos, sencillamente con el corazón abierto y el deseo compartido.
Esperar que el querer exista por sí mismo, sin necesidad de pautas ni promesas, sin esperar nada a cambio, sin recompensas, sólo el deseo de dar.
El Amor… es esperar por ti, idealizando el arte para amar haciendo que los sentimientos que clamo broten por doquier.
Esperar que mis letras de amor para mi hombre amado le lleguen con todos los sentimientos engalanados con mi aroma y mi ser.
Esperar que fluyan de la pluma, las letras, las palabras, las frases, las estrofas , exaltando el valor del amor en forma de bellas inspiraciones.
Ya no hay respuestas que deba esperar ni fantasías que no haga realidad, mi amor ya no tiene un tiempo, es ahora, aquí… para siempre.
Esperar es todo ¡qué absoluto portento!
Esperar el fundirnos uno en el otro, para que el anhelo creciente, la distancia recorrida nos una para aspirar del todo la imperiosa fragancia, proyectándose los cuerpos más allá de la vida. 

Comienzo y final


Murmullos


Voces de la noche  secretas, murmullos silenciosos que nos unen en un todo rodeado de silencios.
Estábamos juntos  pero no nos veíamos, nos percibíamos al contacto íntimo, discreto.
Estábamos juntos pero no te veía.
Con murmullos tejemos la vida entre nuestro diálogo de miradas atentas, sorprendidas, milagrosas, sorpresivas, consuelos y bálsamos de nuestras almas que nos unen en una alianza continua, permanente, constante y sentida.
Murmullos, miradas inefables de amor intenso, nos sentimos desde la Inmensidad amados y por ello la naturaleza de la vida adquiere multidimensiones.
Murmullos que nos unen, nos enlazan, es que somos dos únicos seres que aún en la noche sus miradas se cruzan, en un atisbo intenso de amor.
¡Sensación de ser dos voces en la noche unidas por lazos estrechos y entretejidos de recuerdos!
Murmullos, no quiero palabras mutiladas, sí como rumores de amor en noches de espera, cantando sin tristezas ni penas. Soy la viajera con el corazón pleno de amor y la sombra de tu sombra.
Todo hace el amor con el silencio que puede ser como un fuego o un templo de luces.
Sólo murmullos que hacen de mi memoria una viajera fascinada, un fuego incesante.
Murmullos de esperanza, espero con ansias que llegue el día en que me encuentre entre tus brazos, como increíble recompensa de los cielos y de todos los dioses.
Escucha mis murmullos  y mira las estrofas, tú, mi inspiración y verás de que está hecho mi sueño, de besos y caricias esperados ya sin prisa.

Mis ansias de amar


Mis ansias de amar me llevan en la imaginación al lugar que siempre soñé y nunca encontré, en mi afán por querer llegar me hacen recorrer el mundo mágico de la ilusión.
En mis sueños aparece tu figura esbelta, obra de huida suave y acariciada con mi aliento.
Sigo de amores arrebolada, de aquellas esperanzas de apasionados amores.
Fui sed, mis ansias límite, mi camino indeciso necesita tus palabras de amor, tus caricias, tus sonrisas.
Somos una luz que se encontró con otra luz, mis ansias de amar iluminan el mundo dentro del alma como mi alma del alma pervive el prodigioso saber
que nos hallamos.
Ha sido tan hermoso que no sufre memoria, como sufren las fechas, los recuerdos dolorosos, las líneas sin disculpas, sólo  con nombres y reproches.
Mis ansias de amar, nada en este milagro podría ser recuerdo, es parte de la eternidad, sólo vale vivir hacia ese dónde, queriéndolo, buscándolo.
Mis ansias de amar buscan tu alma y las siento llegar como espejuelos minúsculos que desde lejos se van acercando en puntas de pie, reflejados en aguas  temblorosas.
¿Acompañas las ansias? Son como la música que junto a ti se acerca? ¿Están lejos?
Creo que ese inmenso querer de estar contigo se llama amor y es profundo y desesperado de besar sin tocarse.
Mis ansias de amar, no más ojos arrasados de llanto,
sólo risas y cantos porque tú estás cerca y yo como una aurora virgen te espera con gozos  primeros y nuevos como en un paraíso de los tiempos del alma y te percibo nítido y a mi lado.
Toda alada de olvido y en mis sueños llegas, pasajero de labios cuando desde mi alma siente la tuya estar a mi lado y ser ya dos.

Ser


Ser para ti lo anhelado, lo esperado, el amparo en tus momentos de tristezas, la paz en el umbral de tu vida.
Ser fiel reflejo en la claridad del alto espejo donde nos miremos juntos, llenando tus ojos con el cielo infinito del sentir el mutuo amor que siembra en nuestros corazones llamas de rosas entregadas al viento.
Ser tuya, toda tuya, entregarme en tus brazos cálidos, perfumados de espigas y que tus manos me guíen a las cumbres del lucero.
Ser el reflejo de tu sonrisa, flotando en el devenir continuo de la vida, tu paz de intactos cristales liberados de ruidos y de sombras.
¡Ah! ¡Si pudiera ser el manantial de tu dicha, que suavemente mane para sentirme amada y protegida!
Ser tu espera y tu cercanía para que mis palabras te lleven a mi silencio y entre suspiros entrecortados hacerte sentir el amor que me inspiras.
Ser en ti todo sentido, todo un pensar y grabarme en tu mente, estar en tu corazón, en cada latido y convertirme en tu presente.
Quiero ser parte de ti en todo momento, dejando tus espacios libres pero sí podernos fundir en un mismo fuego, ser un solo cuerpo en una misma esencia.
Ser en tu vida algo más que un instante, algo más que una sombra y algo más que un afán, sí ser en ti mismo una huella imborrable, un recuerdo constante y una sola verdad.
Ser en tu vida una pena de ausencia y un dolor de distancia, algo más que una imagen y algo más que el ensueño que venciendo caminos llega, pasa y se va…
Ser en tus labios la risa, ser el fin y principio, la tiniebla y la luz, la tierra y el cielo.