Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


jueves, 2 de agosto de 2012

Vehemente amor


Vehemente amor, apasionado, te amo intensamente, me debía bastar con lo que ya me has dado y pido más y más, cada beso tuyo me pide otro para cumplirse a sí mismo ya que tú nunca podrás dar otra cosa de tí más perfecta. Se cierran mis ojos esperándote, límpida, impetuosa como la voz primera porque tu entrega es reconquista de ti, vuelves a mí en cada momento entusiasta, fogoso, buscando mis más íntimos secretos.
Vehemente amor, efusivo, totalmente entregado a este querer de dos, por eso no te expliques tu amor, ni me lo expliques, obedecerlo basta.
Me hundo en tu querer, llenándolo de síes de gozos, de pasiones, de deseos sin fin.
La forma de querer tú es dejarme que te quiera.
El sí con que te me rindes en el silencio.
Tus besos son ofrecerme los labios para que los bese yo.
Vehemente amor, estoy abrazada a tí sin preguntarte nada, de miedo a que no sea verdad que tú vives y quieres.
Estoy abrazada a ti, sin mirar y sin tocarte, no vaya a ser que descubra con preguntas, con caricias, ese soledad inmensa de quererte sólo yo.
Vehemente amor, el firmamento resplandece cuando me acunas en tus brazos y me llevas las manos a tu pecho, amor, que desnudándote caminas sobre el muro que cerca mi silencio.
Mi piel se enciende con rubores de deseo y floto sobre el agua que mana mis recónditos adentros.
Sacúdanse las bases de mi sangre para que aparezca tu nombre contra el cielo.
Vehemente amor, te necesito a mi lado, cerca muy cerca, mi cuerpo enredado en el tuyo en un aire estremecido de ternura y bajado de altísimas esferas.
Tú eres para mí viola de amor que toca con sus notas cada fibra de mi cuerpo todo cincelado en nácar verde y perfil modelado en blanda cera.
Apoyada en el calor de tus hombros, enlazo las cimas de lo cielos en la tierra.
Creces hacia dentro de mis dedos y al roce y al llamado de tus ojos se alza de mi sangre un efusivo abrazo que te cobija muy dentro mío.
Vehemente amor, no quiero que te vuelvas recuerdo, sombra esquiva entre mis brazos, quiero tu ardiente cuerpo que me entregas entre tus brazos.
Eres mi felicidad, mi dicha toda, dentro de mi te llevo porque digo tu nombre.
¡Ven y tú llegas despacio y quedo!
¡Ven a mis brazos abiertos!
¡Ven con tu amor que me ata y me desata en cada lujuria de tu mirada errante con tu alas que me envuelven toda, con tus labios de amantes ardorosos y tiernos!
Seré tu pasión, tendrás que amarme con tu brazos redentores.
Vehemente amor, ¡cómo decirte que te quiero mío y me quiero tuya por toda la eternidad!

Enredadera de amor


Enredadera de amor, me envuelves en tu capullo entre hojas verdes y flores perfumadas, me siento atrapada entre tus brazos como una hiedra estremecida asciende mi vida sobre tu cuerpo y en mis manos tiemblan las estrellas.
Enredadera de amor, tiene forma de besos, de brazos, hacia mí, nos vamos juntos temblando de futuro, a sentirla de prisa, segundos, siglos, siempres.
Enredadera de amor, gozo, delicia lenta de gozar, de amar, de promesas vibrantes y tensas.
Suya me siento antes de su llegada, siempre lo espero con mis ojos cerrados ya que franqueará su paso abriendo la enredadera que nos cubre, su esperada llegada a lo imposible.
Te espero entre verdes follajes y campanillas azules que como nido de amor cálido y tierno nos cobijará y te siento venir por tus sonidos tan tuyos, viniendo de tu ausencia con ese largo rodeo que das para venir.
Enredadera de amor, abrázame con tus lazos, déjame sentir tus hojas verdes acariciadas por la brisa tenue en todas las madrugadas de nuestras vidas.
Enredadera de amor, no te enredes en el temor, que tus tallos no se sequen y sin flor no dejes que lazos del dolor quiebren tus raíces tiernas ahogándolas.
No permitas que tu vida se retuerza y caiga al vacío, no dejes que enredaderas del fracaso agarren fuerte tu destino.
Deja que lazos de perdón nazcan y broten en tu interior, sólo así podrás treparte como enredadera de amor. 
¡Vamos enredadera de amor, buscando siempre más alto!
¡Préndete con firmeza para florecer en el cielo ante sublime belleza!
No te rindas nunca llévame contigo siempre abrazada a mi amor, quiero estar en tus ojos como llama de crepúsculo y que tus hojas caigan en el agua de tu alma.
Apegada a tus brazos como una enredadera, las hojas secas de otoño giran en tu alma, recogen tu voz lenta y en calma.
Hoguera de estupor que en mi seno arde, dulce jacinto azul durmiendo sobre mi espíritu todo.
Enredadera de amor, eres mi existencia entera, mi eterna pasión, eres mi libertad, mi quimera, mi confusión, mi nota, mi guía, mi gran obsesión.
Descubrir tu voz de enredadera, anudarse a mis ojos vueltos hacia la noche y sentir el rastro de tu boca, sombra que se detiene en el misterio de mi cuerpo desnudo entretejido de hojas verdes.
Mi corazón tiembla como canto de nadie, soy tuya hasta tus raíces, soy sangre sin hambre, dolor sin dolor.
Gajito de enredadera, déjame estar entre tus ramas y llegar a la cúspide de tu amor enredada entre tus brazos.