Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 23 de agosto de 2019

No debo


Perturbación


Tus palabras perturban mi alma,
me estremecen toda
como si un intenso temblor
de la Tierra,
me sumerja hasta el último todo.
Cuando escribes,
no eres una mujer,
eres un paisaje para ser admirado,
mi imaginación se trastoca
y voy
casi sin darme cuenta,
hacia ti,
amado amante.

Enredo mis sentimientos,
en tu boca,
porque no pude darte el beso,
que trémulo
e inquieto
jugaba en mis labios.

Perturbación total
mi corazón, aún en la distancia
late muy aprisa
pensando en ti,
confundiendo
mis sentimientos
de no enamorada
en sinceros anhelos de encontrar
fuegos en mis versos
y en los tuyos.

Me confundes
cuando al susurrarme
musa floreciente,
afirmas que nuestras almas
se fusionaron
con esa fuerza estruendosa
que es el amor.
En mis ojos, sí,
encontrarás el destello de luz
de una mujer apasionada
que la proyecta en una sola mirada.

Perturbación,
sí, perturbación
de que alguien,
sin siquiera tocarme,
piense en mí
al leer mis poesías
sensuales y románticas.
Sí, es cierto,
soy un manantial de ternura,
de amores profundos,
inolvidables,
que sabe que
en alguna parte de este planeta
alguien piensa en mí.

Escribo,
perturbada mis poesías
cargadas de pasión y sensualidad
como una mujer
luminosa y transparente
como un sol,
como tú me veías.
Soy una musa distante
para alguien que como poeta
escribe al amor
por estar enamorado de la vida
y como yo,
siente que el verbo de la vida es amar.

Me perturba tu pasión lejana,
floreciendo mi alma
en estruendosas flores
del campo del amor.
Pienso que algún día,
hoy,
mañana,
en otra vida,
nos despediremos con el beso
que sigue jugando en el aire.

Sed de ti


Sed de ti,
de tus besos dulces
y de tus caricias aterciopeladas,
de tus abrazos abiertos y afectivos.

Cuando pienso en ti,
mi rostro recupera perfil y mirada
y mi alma encendida y liviana
vuela con lazos azules
saltando árboles
en una rápida salva de pájaros.

Sed de ti,
de tu cuerpo desnudo junto al mío
entre rumores de palabras de amor.

Y en el filo de la madrugada,
mi sed se acrecienta
con partituras distintas
que emplazan casi siempre,
renovando el diseño.
la textura,
el color de la trama de mi sed por ti,
ahora que te nombro y te reclamo.

Sed de ti,
cuando el cielo se afina,
al conjunto de un sutil cosquilleo de flautas
la última estrella remisa,
abandona su puesto de guardia,
me gusta perderme en ti,
en todo tu cuerpo,
en tus ojos,
en tus brazos,
en tus dedos entrelazados.

Sed de ti,
me gusta sentir tu sabor,
tu aroma,
tu olor a bosque umbrío,
tu mirada intensa
que me traspasa el alma.

Tu eres mi hombre,
o el espejo y tu rostro,
donde se refleja la historia,
el aledaño del amor,
sin sombras furtivas y rumorosas
que crucen como un galopa antiguo
el umbral de mi cuerpo esperándote.

Sed de ti,
grito,
clamo,
sostengo mi mirada entre fulgores de ira
por no tenerte.

Sed de ti,
mi boca te busca
con un ansia certera e increíble.

Entre tú y mil mares


Entre tú y mil mares
se alza en el aire
nuestro reencuentro irreal,
mágico,
como un interminable túnel de amor.

¿Cómo me vas a explicar
la dicha de pensar que estamos juntos?,
si no sabemos
cuándo ni cómo,
dónde,
nos veremos alguna vez
en un instante mágico.
La distancia nos idealiza,
nos desdibuja,
nos enaltece,
nos une.

En nuestros ojos,
visiones,
visiones
y no miradas
nos separan mil mares,
distancias sin datos,
ni signos.

No percibíamos lugares,
colores,
tamaños,
sólo percibíamos nuestra unión,
fusionada con esa fuerza
estruendosa
que es el amor.

Tan sorprendida
y anhelante,
estaba yo,
sintiendo,
que mi mirada
en el aire,
al vuelo,
te soñaba
y me soñaba la tuya.

Palabras sueltas,
palabras,
deleite en incoherencias,
no eran nada más
que signos de cosas,
voces puras,
voces para no ser olvidadas.

Entre tú y mil mares,
naciste al son de mis deseos,
te necesito aún en la lejanía,
e inquieta la vigilia de mis ojos
van en busca de tu imagen
entre los mil mares
que nos separan.

Naciste al son de mis deseos,
entre la cima de los cielos
con la tierra
y el llamado de tu mente,
se alzaba,
de mi sangre
en este poema.

Entre tú y mil mares,
las estrellas brillan
para nosotros
y entre temblores de ansias
nuestros incorpóreos cuerpos
se abrazan entre hálitos
de amor
completo y total.

Te siento llegar
en mis solares,
entre nubes altas y calmas,
te conozco por tu aroma,
tu leve presencia,
y te proclamo
mi único y verdadero amor.

Entre tú y mil mares,
estoy más unida a tí
que si estuviéramos juntos.
Vive mi mirada en tus ojos,
mi inquietud primera,
recién amanecida
en tus pestañas cerradas
y poco a poco
se asoman a mi pecho,
tus sentidos,
y tiembla mi cuerpo
aunque mil mares nos separen
porque el secreto de nombrarte
en silencio,
me da amor y vida.