Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 19 de noviembre de 2015

Liberación


Alma vagabunda


Alma vagabunda,
levantaste vuelo hacia horizontes infinitos,
áureas nubes que te hacían danzar
entre silbidos de vientos suaves
como gemidos de un amor lejano.

Alma vagabunda,
perfumes, luces, formas y sonidos
desentrañados de su cautiverio,
azuzan y apaciguan los sentidos
en un riesgoso y repetido juego.

Detrás, la espesa niebla del misterio
y más allá un Dios mudo, sordo y ciego.

Alma vagabunda,
vagabunda que el aire hace
que hienda en pos
de las campanas,
averigua el río de los cristales,
la dulce redondez de la manzana,
la cruenta hostilidad de los cardales.

Alma vagabunda,
¿cuál es el motivo que no te deja detener
en ningún lugar?,
¿qué buscas?,
¿qué signos y enigmas
vas señalando como cada minuto el reloj
desgrana con sus pinzas prolijas y puntuales?

Mi entendimiento se afana
por descifrar esa búsqueda inútil
de recalar tu alma vagabunda.

Alma vagabunda,
en tiempo diferido,
en una odisea sin fin
no puedo dejar de pensar
por qué abandonaste la mansión de tu ser.

¿Fue por desconsuelo de amor?
Te dejaron sola e incomprendida
y emprendiste el vuelo eterno.

Alma vagabunda,
pura, virgen, desamparada,
te mueve sí el pensamiento
lo más sublime e inefable energía universal
creando palabras, poesías de amor,
volátiles e inacabadas
para que nadie las descubra,
son para ti, sólo para ti
amado amante.

Alma vagabunda,
no vueles tan alto
que no puedas apreciar
la hermosura de la senda
que te conducirá hacia él,
tu enamorado de siempre,
caminando en puntas de tiempo.

Ya no te amo


Ya no te amo,
te dejé de amar
hace tiempo,
pero no me había dado cuenta
 de que realmente era así.

Ya no te amo,
la vida es como un sueño;
uno vive sin saber 
a dónde está el sendero 
que nos conducirá a la verdadera 
felicidad del existir.

Escribo poemas 
que me dan todo lo que necesito,
esa calma,
esa paz,
ese amor,
que me brindan además
calidez humana.

No siento frialdad ni desasosiego
cuando estoy en paz,
escribo para tí,
mi amado ausente,
al que ya no amo más.

Escribo para todos
porque los poemas son para todos,
al estar enamorada de la vida.

Ellos me conducen a otro mundo,
a ese mundo que no es real,
es la irrealidad de horizonte sin fin,
de cielos azules,
de nubes lejanas
y esa eternidad,
 mis poemas me conducen a la vida plena,
sin ellos ya no querría vivir más.

Moriré sin poemas 
porque es lo único que me conduce
a vivir en paz,
porque la muerte
 me rondará muy cerca, 
muy cerca,
buscándome,
para llevarme.

Ya no te amo,
necesito el amor 
de alguien que me comprenda,
que sienta mi ternura,
mi sensibilidad,
mi cariño,
mi inocencia,
mi credulidad.

Todo lo que soy
para los demás es aparente,
aparento que soy una mujer fuerte,
la guerrera, 
me dicen los poetas del mundo.

Pero soy una mujer débil,
que en este mundo
necesita a alguien verdadero
para no caer 
en el abismo de la desesperación
y los que me sostienen 
son mis poemas,
 porque a ti ya no te amo.

Quiero un final con luz,
encontrando la claridad
sin buscar a ciegas
el hallazgo de sentirme
inundada de goce y placer
entre monosílabos,
frases, 
poemas.

No quiero preguntas
que solo ecos respondan,
necesito la entrega total,
a la búsqueda del signo
que la flor ni la piedra
me quieren entregar.

Llegar a tensión de ser completa
entre poemas de amor.

Ausencias de amor


Ausencias de amor
Que oprimen y fustigan
 el corazón
haciendo que la sangre
corra más aprisa
entre venas entrelazadas
como tejidos
con formas delicadas
y posibles
 entre espacios sin soledades.

Ausencias de amor.
Que como explosiva fuerza liberadora
nos lleva
a la realidad de querer
que el anhelo de amar
nos arrastre a ese mundo alado,
 invisible
en el que hay que abrirse
con el alma y las manos.

Ausencias de amor.
¿Dónde se esconden?
¿En qué espacios del más allá
como espadas de aire
nos somete en nuestro pecho de aire?

Ausencias de amor.
Denme a beber la poesía
en el raudal de inspiración
 del fragor de lucha
 en el día y en la noche
 meditación duradera.

Ausencias de amor.
Que como rayos
 siempre fulguran llorando
un llanto de tempestad,
 pon en mis versos el tesoro
 de las alboradas de plata,
 de los mediodías de oro
 y de las tardes de escarlata.

Ausencias de amor.
Inspiren mis versos
 de los rumores de los ríos
 y del zumbido del camoatí
 y de las tradiciones
que narra el viento al ombú secular.

Ausencias de amor.
Guardados en mi alma
entre pedazos refulgentes
 con mi pasión total
 para sentirlos de a poco vibrar
 en mi cuerpo,
 esperándote llegar.

Ausencias de amor.
Silencio azul,
asi oscura noche,
en las etéreas alas
que descienden por diáfanas escalas
hasta fuentes con ritmos sin fin
donde el amor
 nos inspira la llama sin heridas,
 aliviada de dolores
y resquemores.

Ausencias de amor.
Te necesito a mi lado
en la soledad de mis días
para reconfortarme
y dejar libres
mis necesidades
de tenerte junto a mí.

Ausencias de amor.
No quiero
que la ausencia de tu amor perdido
 adormezca mis pasiones
y mis anhelos
y el recogimiento
me lleve
 a que la voz de mi campana
con lentitud
las notas del ángelus desgrane.

Ausencias de amor.
No quiero sombras
que aneguen mi espíritu,
 sino risas,
 cantos,
amor,
 despertando de la nada
 entre vibrantes notas altisonantes,
besándome mi cuerpo todo
 entre sueños alados
que en mis versos gira.

Ausencias de amor.
Surgen en luminoso arrobamiento,
 son caricias deseadas,
 besos suaves
como miel recién probada,
abrazos temblorosos
que todo mi cuerpo ansía,
es la felicidad inminente,
de posesión lenta,
 al fin del paraíso.