Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 7 de febrero de 2013

Amor sin dueño


Una luz encendida


Una luz encendida, un deseo infinito de encontrar ese amor verdadero y pleno.
Cuando un rumor ambiguo y exigente se me estanca en las venas y mi voz se resquebraja, se reseca como un erial de cuero, acudo al largo camino iluminado y le entrego el impulso circular que pudo ser un verso, un poema, una prosa poética de amor.
Una luz encendida, hacia ti voy, a encontrarme con mi amado amante en los jardines en donde nos acogen y sus duendes nos inventan matices singulares, dejándonos gotas de sueño hasta el más allá, donde el temblor pluvial nos hace falta.
Una luz encendida, íntima, nuestra, que emerge del vegetal periplo con un guiño punzante trasmutando en estrella el cielo circundante.
Alquimia secular de los jardines donde se trueca la sigilosa confidencia en altos aires tallados, esclarecidos.
Una luz encendida entre nuestros cuerpos de mármol y perfume y el amor se desliza en nuestras manos acariciando la piel desnuda ungida hasta nuestros dedos, en brazos de estatua esculpidos por la pasión fresca.
Te siento junto a mí, estás como una mariposa de fuego y de tormenta.
Una luz encendida entre tú y yo, quiero que aturdas todos mis sentidos, quiero sentir un cerco que confunda mi cuerpo con tu carne, mi aliento con tu boca, mi piel con tus ojos ardientes acariciándome toda, casi sin tocarme.
Apaga el viento que delira, desboca los temores indefensos.
Quiero al fin la comunión total, la unión que será lo sumo del amor.
El abrazo de tu piel de nave humedecida, me sacude y me hiere, me desdobla y me lleva.
Mi vida es un cielo trivial de jovialidades que llenas con tu aliento de argonauta errante y taciturno.
Una luz encendida aprieta mis deseos, caliéntame las carnes con tu pasión de viento.
El sol será mañana una fuente de lujurias y tú serás mi boca y mis manos desgajadas de rocío serán tu placer máximo.
Cual hambrientas sensitivas, con suavidad de jazmines, tus manos cuajan mis senos doloridos de deseo que se entregan agitándose a la soledad que se beben.
Una luz encendida, mis formas inanimadas viven, tiemblan, se hace carne, bajo el cincel embebido de tu pasión noble y pura.
¡Qué sensación tan profunda arranca de mi alma!
¡Qué grito de amor desgarras de mis poros y mi sangre!
Una luz encendida nos envuelve como capullo en flor, otra vez mis ojos en el fuego de la tarde y todo perdurará… hasta tu ausencia…

Desdén


Desdén, palabra no pronunciada cuyo significado hace estremecer mi alma, nunca lo sentí en ningún momento de mi vida hacia nadie, pero en este instante surgió en mi mente, ¿cuál es la razón?
Desdén, es lo que conmueve las fibras más íntimas de mi ser, es el desaire que a veces por instantes inunda nuestras almas por el dolor que alguien nos provocó.
Si se acerca el desdén muestro desprecio poniendo a prueba el ingenio con sagaces aforismos que me llegan subrayados con significativas miradas de envidia, celos, menosprecio, a los que respondo con total indiferencia sin inquietarme un ápice, sin juzgar actos y pensamientos malsanos, me inunda una tolerancia objetiva hacia su existencia y por segundos me invade un profundo desagrado.
Frío desdén, mi rostro llevado del desprecio y la diversión esboza una expresión de ira y amargura que dura tan sólo un instante ya que vuelvo a ser yo, la pura mujer poeta que es totalmente ajena al mundo material que me rodea.
Mantendré con aguas descendidas por las fieles veredas de mi pecho todo el amor que me inunda cuando el cielo se afila al conjuro de un sutil cosquilleo de flautas que alejan de mí sentimientos malvados.
La última estrella remisa abandona su puesto de guardia desde donde los ángeles me protegen y cuidan para que mi alma encendida y liviana lleve su amor por doquier.
Desdén, no estás en mí tratando de sacarme de mi vida casta para arrastrame con sed de verme en el silencio del mundo de las sombras miedosas, delgadas, oscuras, para que me interne en el inframundo de lo desconocido.
No lo lograrás, la luz brillante me envuelve en el gran aire vacío de dudas, dolores, penas y soledades, entre azares sin respuestas.
¡Qué gran plenitud vivir en paz y armonía desoyendo las palabras sin color, tan vagas como las sombras!
Entre jazmines, rosas, azucenas, alelíes, están los nombres de los que no mienten ni hacen daño ni te hieren, mientras haya cantos en la oropéndola, la vida es felicidad plena.
El futuro es distancia, no deseo perderme en lo venidero, quiero acercarme a mi presente sin desdenes que me acosen en las largas dulzuras del minuto de tiempo al tiempo, sin torpes atropellos, entre quietudes y calmas, el alma se enaltece en búsqueda de la verdad.

Contra viento y marea


Mi vida se mece entre rencores, falsedades, traiciones, saliendo airosa flotando sobre el mar limpio y puro, derramando con ansias y anhelos, amor por doquier.
Me siento vapuleada, zarandeada, movida a lugares siniestros donde los celos, las envidias, los terribles males de espíritus torvos quieren hundirme en la oscuridad pero contra viento y marea saliendo a la luz de horizontes rojizos, me elevo colmada de amor a mundos lejanos donde la esperanza y la felicidad me esperan. 
Contra viento y marea, vivo deshilachando dolores, furias, desamores. ¿Por qué vivir sembrando amor por doquier, desafiando la sombra de una idea con el alma encendida por anhelos y esperanzas? 
Contra viento y marea, voy hacia ti en volandas de luz, entre las luces brillantes de las luciérnagas que iluminan el sendero donde nos encontraremos para mecernos, acariciarnos, amarnos. 
La pasión y el deseo surgen como llamaradas vivientes con chispazos rojizos que nos unen y vertiginosamente nos conducen a un mundo mágico e irreal, donde el amor imperioso y exuberante, escribe en el cielo azul y abierto: ¡Vivir amando contra viento y marea!
Ya no nos separan distancias ni falsedades, ni envidia, inagotables fuentes que sin poder no nos rozan, sólo nos acechan para desunirnos pero no lo logran.
Contra viento y marea, nuestro amor abre sus alas y se une en el lejano horizonte, allá, muy lejos, en un impactante vuelo de amor que con nuestra imaginación recorre cielos recónditos unidos en un abrazo sin fin.
Contra viento y marea nos mimamos abrazados en un profundo intercambio de energía pura, casta, imprescindible para nuestro existir, nos recorren bailando una danza inesperada, leve, ingrávida que nos deja exhaustos uno en brazos de los otros, como dos seres en uno solo.
Contra viento y marea plenos de vida, recorremos el mundo entre risas, cantos y lágrimas de amor.