Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 10 de noviembre de 2012

Regálame tus secretos


Déjame a solas


Déjame a solas, no quiero más tu amor frío y silencioso, es húmedo río subterráneo en los tejidos de mi ser.
Déjame a solas, que no paralices mis sentidos, no deseo recordarte ni un instante más.
Déjame a solas, ¡márchate ya! bramando en torbellino ciego, llévate tu tempestad, volteando tu raudo mundo, déjame curar éste dolor profundo que inunda mi alma de lágrimas como cataratas que la dejan vacía y sin esperanzas.
Déjame a solas, nunca más quiero sentir que sabías a silencio y a sueños y a tactos de deseos, sabías a mi mundo, a todo lo que anhelaba, sabías a amor, a mi amor.
Quiero reír sin tristezas, llorar con sonrisas, ¡vete ya de mi vida! ¡déjame a solas con mi nostalgia de tus besos y poder escuchar tu melodía aún cuando estés lejos, aún cuando ya no estés!
No necesito tus ojos para ver ni tus labios para sentir, ni tu alma para vivir, ni tu existencia en mi vida para sonreír ni te necesito para saber amar.
Déjame a solas, no quiero lágrimas con emociones llenas de ti y de mi llenando surcos de pasión, aclarando tristezas, llenando melancolías, lágrimas que eran tan sólo para quererte y guardadas con sentimiento.
Déjame a solas, soñándote en cada anochecer, sin colores, sin esperanzas, sin anhelos, sin nada que me recuerde a ti, ni tus suaves palabras en mis sueños que ilusionaron mares, que significaron tu presencia, secretos ya idos de amores a voces.
El tiempo de amarnos entre tú y yo ya no existe, déjame a solas soñar con el amor, caricias y besos verdaderos y plenos.
Alma sombría, no llegues más a mí, no mereces castigo ni reproches, no te veré en el pliego más negro de la noche, ahora sin ti brillarán más las lejanas estrellas.
Eres ya luz entre sombras que no me alcanza, eres flores entre ruinas sin color ni aroma, eres falso clamor entre dulces caricias nunca más encontradas.
 Déjame a solas, olvidarte casi en el borde del fracaso, en el final que asombra.
Ahora, sola al fin, una luz que el sol no sabe ilumina mi alma con sus rayos de amor, límpido y brillante. Vivo en una claridad, en una transparencia de paz en el gran milagro de un cenital esplendor por no estar más a tu lado.

Mientras espero


Mientras espero inunda mi alma el perfume lejano de tu ausencia que acaricia mi piel y me abraza tu silencio.
Mientras espero me rodea un silencio de voces y ojos cenicientos de cristal y te amo en la espera en un letargo impreciso que arrastra en sus alas minutos y tormentas para acercar a mis caricias el fuego de tu piel.
Mientras espero borro el sueño de tu lejanía, mi delirio, mi ilusión, mi incertidumbre.
Mientras espero, te quiero en mi presente, en este hoy de cantos de cigarras, de trinos enjaulados, de flores indefensas y de cielo lleno de brotes blancos.
Y al sentirte, de mi alma se abren palabras nuevas, encendidas de amor, sílabas largas, versos áureos que acarician tu ser.
Mientras espero te siento como la sombra que me acompaña.
Te busco y te pienso, eres el que alimenta mi espíritu y calmas mi sed.
¡Ámame! Seré la sal de tu camino y el verde de tu sombra acogedora.
Mientras espero, lentamente me sumerjo en la nostalgia de tu ausencia.
Respiro desde lo hondo de mi ser esa presencia esquiva, plena de misterio que me niega tus manos y tus ojos.
¡Qué difícil es encontrarnos! Te encontraré mientras espero, a través del misterio nunca bastante claro y estaré contigo en el remanso de agua mansa, bajo la verde cabellera de un sauce.
Mientras espero, pensativa y triste oculto mi pena muy dentro y mi corazón palpita sin engaños, buscando la paz y la ventura, reviviendo lo que pudo ser y no fue.
Las preguntas me acosan, ¿por qué para poder tenerte en mí, no debo tenerte para mí? ¿Toda mía es la culpa de tu ausencia? ¿Será mi culpa? ¿Y tu miedo a amarme y ser amado?
Mientras espero, más te amo cada día porque estás en mí y la paz serena del amor que siento sacude mi soledad y me hace sentir que acaricio el pétalo de tu sombra y que sigo viva, existo, gracias a ti. 

Diálogo interno



Diálogo interno, palabras volátiles, sutiles a veces, buscando la verdad interior, otras veces bruscas, violentas, entrecruzando voces con silencios olvidados y secretos.
Diálogo interno ¿a dónde me conduce? ¿Qué busca en mi alma taciturna y triste y en mi corazón vacío de amor? 
Nadie fue capaz de reemplazar el amor que tú me dabas y el que tú mismo me inspirabas, hay silencios que no son silencios cuando se ama, son ecos profundos, suspiros que arrebatan el cuerpo y el alma y que surgen cuando hemos sido cautivados de manera total y profunda como lo has hecho tú conmigo.
Diálogo secreto, mundo mudo de palabras que vuelan en mi interior y balbucean, murmuran, se hunden en las noches lúgubres hasta que finalmente se encuentran en el nivel de las raíces donde se confunden todos los sentimientos.
Diálogo interno que vive en esta mujer poeta y mi espíritu como casa abierta, no tiene llaves en sus puertas e invitados salen y entran sin casi darnos cuenta.
Diálogo interno de palabras aladas, sagradas,  plenos de sentimientos, a veces antagónicos, otras veces coincidentes en búsqueda  de la cordura, la verdad, la armonía, la fidelidad de sí mismo.
Diálogo interno, lucha entre palabras que conllevan a la búsqueda de las fuentes del pensar a buscar la esenciabilidad del existir.
Son vahos de misterios, espejos de nácar, de lágrimas húmedas, que me llevan a existir a través de la vida, a existir a través del tiempo.
Diálogo interno que conlleva a entrecruzar todos los pensamientos, del ayer, del hoy, del siempre, marchen por otro rumbo para no conocer el dolor, el miedo ni la tristeza sin limitaciones, sin entredichos.
Me siento vulnerable, desnuda, pero habita en mí, en el fondo de mi alma, un camino que pide a gritos, que clama… por ser recorrido.
Diálogo interno, retumban las preguntas, los ecos contestan, buscando la entrega total del signo que ilumine el camino que nos lleva, en su trémula espera,  al gran amor a través de nieblas, nunca bastante claro pero sí seguro y total.
Hallazgo al fin de coherencias de palabras unidas, enlazadas, colmadas de luces en el arco de los cielos, bajando de  tiempos del ayer hasta el hoy.

Mi verso es un gemido


Presagios no esperados


Presagios no esperados, en un soplo del tiempo la verdad afloró en mi mente y surgieron en mi mente sin querer aceptar que estaba envuelta en falsas verdades  en palabras sin  amor crueles y despiadadas que creí eran ciertas y me enamoré de lo alcanzado.
Presagios no esperados, tu voz rodeó mi corazón y se hundió en mi alma , en lo profundo, en lo escondido, para tenerte siempre allí y me equivoqué tu querer no era cierto, yo era simplemente nadie con quien te sentías importante frente a mis poemas frases, versos de amor, inspirados en tu seudo amor que en mí era verdadero y único.
Hoy digo ¡ basta ¡ ,¡ ya no más ¡ me alejo de ti para siempre, me despido de tus viles arrumacos sin sentido, de tus ¡te quieros! , usándome como un fantoche a quien con hilos invisibles, lo usabas en tus momentos de soledad. ¡Vete! , no quiero sentir los miedos típicos de situaciones que sólo nos conducen al borde de un abismo sin fin.
Presagios no esperados, iré desde este instante rompiendo todo y volviendo ya al anónimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo , y te digo… Ya no te quiero más, ahora soy yo la verdadera , la pura y límpida de alma vacante disparada del arco más casual contra el cielo y el suelo.
Asustada, ciega, veloz, me alejo de ti, sin mirar hacia atrás, sin ver nada y queriendo lo que veo.
Presagios no esperados, me desprendí ahora del te quiero, del deseo de estar entre tus brazos y ebria toda en tu esencia ya no sentida, no pido nada, aplasto bajo mis pies ligeros la paciencia y tu mundo y lo lleno de ruinas, órdenes, tiempo, penas en una abolición triunfal, total,de todo y me voy en búsqueda de la felicidad de estar conmigo misma, empinada, mi frente erguida.
Presagios no esperados, no quiero caer , ni doblarme como una heroína sobre su hazaña inútil, solo pretendo no pensar en ti, en no depender del minuto sagrado que era escuchar tu voz que me decía…¡eres un ser tan querible!
No dejaré aún muriendo de pena, humo ni memoria de haber sido tuya y nadie lo sabrá, ni tú mismo.
E iré al encuentro de júbilos monosílabos, de frases dulces, de versos de amor que un sí contestará a otro sí y repetiré diálogos que se oirán por encima del mar llevando mis palabras que se leerán por el aire como relámpagos de plumas que como nieve caerán copo a copo, cubriendo la tierra de un áureo amor esperado por todos.
Presagios no esperados, pidiendo a gritos lo que creí imposible, tantas veces pedido, callado  tanto tiempo y que hoy, nada más que hoy, de que esos te quiero falsos, aparentes, cortezas de cenizas me dejen con la gran delicia de esperar lo que llegará con un gran suspiro a mi espíritu en calma para darme Amor, el anhelado.

Hoy te vi


Hoy te vi, no pude evitar que de mi pecho escapara un hondo suspiro al verte y recordar todos los momentos que juntos vivimos.
Hoy te vi y sentí las locas ganas de correr hacia ti, perderme en la profundidad de tu alma, envuelta en tus brazos que tantas veces fueron remanso para mi, de mi vida agitada y de mi soledad interior.
Hoy te vi y no pude ignorar las tantas veces que juntos, en momentos interminables nos comprendíamos y complementábamos hablando con suspicacia de secretos y experiencias vividas por los dos.
Hoy te vi, me pregunté y aún me pregunto ¿por qué es tan difícil siempre, llegar a más? ¿Qué es lo que se rompe? ¿Lo que se termina, lo que no funciona?
Cuando dos personas se hacen tanto bien, se alimentan el cuerpo, la mente, el espíritu de uno al otro ¿qué nos faltó? ¿O qué nos sobró? ¿Qué misterioso duende revoloteo a nuestro lado, que nos rompió el encanto, nos quitó la magia y nos llevó nuevamente al abismo de la soledad y a la necesidad de ya no ser pero queriendo haber sido?
Siempre me hago miles de preguntas, no encuentro las repuestas.
Pero… hoy te vi, también sentí la necesidad de decirte mil cosas pero sólo me nace pedirte perdón, perdón, sí, al separarme de ti te cause daño, te hice mal y causé heridas en tu corazón, te pido perdón porque sé que me amaste y quizás aún me amas, perdón aunque yo también te ame a mi manera alocada, apasionada y de prisa.
Siempre estarás en mi corazón porque a tu lado viví cosas distintas, nuevas y únicas, ¡fui feliz!
Tú me diste alas como de águila, volé alto y pude tocar el cielo, mas se que cuando lo esperabas, me quedé sin alas.
Hoy te vi, te vuelvo a pedir perdón por tu decepción, sin saber cómo ni cuándo un sendero con otro se juntó, más mi camino se ha separado, no se cómo ni donde quedó. He perdido el mundo en un efímero momento para que juntos aprendamos del error y no de la culpa. Aceptemos que seguramente el error nos fortalecerá, pero aceptemos vivir, caminar hacia otros rumbos en busca de nuevas esperanzas.

Mi escondite


Mi escondite, está frente al mar, en la noche estrellada, en las cálidas arenas, en el viento envolvente.
Estoy en un rincón del mundo donde nadie y todos no me encuentran.
Escondida conmigo misma en un enjambre de desconocido espacio donde llega un aire nuevo y fresco y donde todo parece nada, ahí me encuentro.
Mi escondite, pleno de ensueños donde nacen los versos, palabras de amor que son motivos de vida. Y desde mi escondite escucharé la melodía del vivir con su ritmo y su compás, estaré entonada, en sintonía, ávida de sabiduría.
Fluída mi vida, contaré mis pasos sin que nadie me mire, desde mi escondite secreto y desconocido.
En mi escondite ha de haber una puerta con herrajes por la que nadie podrá entrar como un ladrón de cielo, buscando la raíz de los quebrantos.
¡Déjenme sola!, aquí en mi escondite para dormir el anticipo del no despertar sin límites, al que me tiendo para limpiarme en el goce perfecto.
En mi escondite el miedo ahuyenta de los ojos las palomas del sueño y a mí llegan los clamores de los que ríen o lloran apurando en la breve búsqueda la inmensidad del tiempo.
En mi escondite, encuentro mi paz, mi sosiego, mi cobijo, dejando lejos las desdichas, los sinsabores y los tristes pesares y anclada en sus recovecos todo mi ser clama por encontrarme a mi misma.
Despierto en la alta sombra, llamada por voces internas y me parece andar desnuda por dentro yendo hacia un lugar perfecto.
En mi escondite el ángel de la luna me protege y me cuida, recorriendo los vastos caminos de mi espíritu contra vientos y lluvias levantados las espadas del miedo y de la duda desaparecen encendiendo la secreta lumbre de mi pecho cansado. ¡Todo el cielo me cubre en mi escondite alumbrándolo con las blancuras del astro y colmando mi alma con libertad y espacio infinito, hacia lo diáfano y dulcemente esperado.
Todo cabe entre sus limpios muros amparadores como ramas de árboles a cuya sombra cantan los mirlos apartándome del ruido y descubriendo en mí secretas  fuentes que el polvo del mundo había secado.