Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 13 de noviembre de 2012

Besos en la noche



Besos en la noche, tu beso, mil besos en la noche… besos, besos que en la noche unen nuestras almas, besos que regalan empatías de amantes furtivos que se encuentran en el silencio de la oscura noche.
Te espero, no estás… tus besos… en la noche ya no los encuentro, tras mis pasos hay derroche de amor…
Besos que descubro, me deleitan y me confunden… Besos, en  noches de amor que colman de pasión los ávidos labios.
Besos, vida que retorna a nuestros sueños, tan ansiados como ciertos…
Besos que despiertan el silencio, y que entorpecen los sentidos, enigmas de la vida sin amor.
Entre tu verdad mas honda y yo me pones siempre tus besos.
La presiento, cerca ya, la espero, no la alcanzo cuando estoy más cerca de ella, me cierras el paso tú, te me ofreces en los labios. Y ya no quiero saber que algún día muy cercano ya no estarás conmigo.
No quiero dejarte ir y te doy mis besos porque se que un día el beso tuyo de tan lejos te va a nacer, lo estarás escondiendo detrás de ti y lo que me negabas, se me entregará, me lo darás sin querer y serás todo mío, seremos dos amándonos hasta el fin porque los labios ceden su forma al otro labio que los viene a besar.
Besos en la noche, cálidos, sinceros, que se dan con la mirada y algunos se dan con la memoria.
Hay besos que dan sólo las almas, hay otros por prohibidos, verdaderos.
Besos en la noche esperados siempre, nobles, enigmáticos, silenciosos, que arrebatan los sentidos, algunos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos.
Besos en la noche, algunos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, besos perfumados, tibios que palpitan en íntimos anhelos dejando huellas en los labios como un campo de sol colmado de blancas azucenas, ingenuos y  puros.
Besos en la noche, como estrellas de pasión, ojos de luna, en poemas de amor viajan hasta tu alma

Reencuentro con mi vida



Reencuentro con mi vida, poco a poco te vas acercando a mí y mi vida renace, una y otra vez.
En mis noches oscuras de silencio, deseo tenerte junto a mí, para sentir, aunque sea de lejos, el dulce néctar que tienen tus besos con sabor a miel.
Te quiero junto a mi, no rompas el volumen de tus besos en la puerta del viento en su armonía.
Reencuentro con mi vida, al sentir el sabor a ti y ahí estás, rezagando mi camino, ancla de oro y cadena de mis anhelos, piel que adorna el pulso de mis ojos, cruz que agrieta en trozos acrisolados las nubes contra el cielo.
Reencuentro con mi vida como agua lenta, sí pausada, sí cantada, se allega por tus manos a mi pecho.
¡Oh río sin espumas, tan bravío que moja las veredas de mi cielo!
Mientras las estrellas ríen y guiñan, mis suspiros se vuelven entrecortados y estremecidos desde el fondo de mi alma, cuando tú, deliciosamente me acaricias y no me dejas ir de tu lado.
Reencuentro con mi vida, esta mujer poeta, en la noche y en tu hora, rodeada por las tinieblas del ocaso, vibra y tiembla pensando en ti.
Escribiendo prosas poéticas colmadas de amor y al extinguirse el último, sagrado, son de la campana, levántanse desde el fondo del alma las visiones de ayeres olvidados, poblados de sombras en el ambiente pasado.
Reencuentro con mi vida, hoy pensando en ti, en el verdadero amor duermo más profundamente sin que el sueño de la mentira me consuma.
Reencuentro con mi vida, te tengo a mi lado como mi guía, mi protección, mi cayado, mi amante ideal y después de tanto andar, atisbando entre las nieblas vespertinas, no perderé el camino por la ilusión de dejar de verte.
¡En verde valle umbrío aún estamos juntos!
¡Qué collados nos amparan y ocultan!
¡Qué ramas sumergidas en niebla y cielo nos protegen y cubren nuestro nido!
Reencuentro con mi vida, cuando la tarde apaga sus colores y los astros encienden sus lumbreras y se duermen las aves y las flores, estoy contigo, amado mío y resurgen los sentimientos en grupos de ternuras, delicias, besos, caricias.
¡Cuánta esperanza irradia aún desde las sombras el reencontrarnos otra vez y caminar juntos, manos entrelazadas, pies juntos y desnudos por la senda de ésta, la vida nuestra siguiendo unidos el ideal que en breves instantes tan sólo se alcanza.
Reencuentro con mi vida, hoy ya juntos se apartan temerosas como evitando el borde de un abismo las promesas no cumplidas, teniendo ambos la ilusión como guía.
Eres mi santa inspiración, yo tan sólo tu mujer poeta pero juntos hallamos la fuente bullidora del Amor que desciendo por diáfanas escalas en un lenguaje sonoro en el silencio azul de las etéreas alas.

Volver a ti

Siempre



Siempre seré tuya en cuerpo y alma, huyendo de los pesares, dolores, resquemores, me voy contigo por la vida, depositándome toda en ti.
Siempre será horizontal mi silencio que va a llenarse todo porque unos labios, los tuyos se abren suavemente en los míos.
Y fuiste voz al fin, tan hermosa que puede confundirse con miradas.
Voz nunca servidora de lengua alguna, ni de sus palabras, sólo son los teclados donde tocas tu eterna melodía.
Siempre tu voz, queda desnuda porque es para mi inolvidable, ha sido tu primera manera de entrar en mí, tu entrada por mi alma como brisa todopoderosa.
Siempre te amaré, aún flotando en suave y rítmico andar en movimiento bajo el fanal errante de la luna confidente de nuestro mutuo amor, pleno de goces y placeres.
Siempre escribiré prosas, versos, palabras donde el Amor impera, sueño el verso y soy feliz, vertiéndolo en páginas al vuelo, se agitan y rápidos se dispersan, se entrelazan, se entrecruzan como musicales flechas en el firmamento.
Siempre cantaré con estruendo de gloria al amor que me inunda como un mar estallando en mí por doquier de mi cuerpo, vítores y clamores entonando fiestas en dúos de color entre crujidos de notas augurales.
Más gozo en mi alegría, más luz en tu esplendor.
Siempre te recordaré por estar tallado en mi corazón y hacer saltar nubes de fuego y huracanes en mi cuerpo vibrante y deseoso de ti en cada momento que te pienso.
Siempre existirá una primavera en mi alma al estar a tu lado plena de caudales de gozo con los ojos cerrados de luceros con tu cantar nocturno con el que me brizas y me entrego a tu eterno cántico, por gracia tuya, ya no soy silencio.
Siempre al escuchar la lluvia, seré tuya, cuando la tormenta avance rodeada de negros nubarrones y el viento silbe más agudo, entre truenos errantes y tropeles de relámpagos, mi deseo por ti será más fuerte y mi cuerpo palpitará ansioso de tu espera.
Mi corazón te siente llegar, una onda de fuego arde en mi espíritu, llenando los espacios infinitos.
Siempre te amaré, en loca algarabía, aún oponiéndose a la simetría de la versificación, yo te buscaré con mis prosas, mis palabras, mis ideas, como una mariposa que sobre el rosal se posa y proclama en el rosal el triunfo del capullo de la rosa.
Siempre veneraré la poesía como una visión que me traspasa el alma, entre prosas y versos te amaré, seré tuya en cada monosílabo, en cada letra, las quiero por ingenuas, por volátiles, por audaces y cuando se asoman algunas de las estrofas, mi corazón late y palpita más a prisa porque las escribí siguiendo fielmente tu dictado.
Siempre mis versos llevarán todas mis ilusiones volando como insectos de luz en sus canciones.
Yo sé que en sus anhelos estás siempre tu presente, hay horizontes para los mundos y los cielos y sus alas sobre mi sien flotaron, yo sé lo que sintieron, yo sé lo que soñaron, siempre estar junto a ti mi amado.

Déjame…



Déjame vivir como yo quiero, libre, en volandas al viento, danzando entre arabescos de colores y sentimientos íntimos.
Quiero una vida plena de armonías de flotantes alas.
¡Ven conmigo a comulgar el Amor único y verdadero!
Déjame amarte en silencio, entre suspiros entrecortados, entre gemires de placer y gozo, entre ecos halagadores de la eterna música de la Tierra Prometida, ritmo sin fin de la sagrada unión de dos seres que se aman.
Déjame soñar con nuevos amaneceres juntos, frente al mar y al horizonte límpido y diáfano entre besos áridos por la sal que florecen desde los rincones del alma.
Los pesares del ayer y los fantasmas de la duda se han escondido, lejos, en el infinito ocaso porque nubes de calma dan fuerza a nuestro amor.
Déjame gozar plenamente y serenamente de una vida plácida a tu lado, no cercenada por pesares ni heridas, sólo, tan sólo, plena en un oasis de júbilos y alegrías como cascadas de aguas estruendosas y brillantes.
Déjame seguir mi manso camino perfumado con el gris de tus ojos que son aromo en flor.
Me siento como un azahar del naranjal en flor, purificada y virgen.
Tus labios son para mí una flor, su perfume es mi dicha, su presencia mi tenaz redención.
Déjame ser una flecha alada que dispara el arco piadoso de la vida, ser Cupido para ti con una espada en cuyo filo duerme el amor.
Déjame llorar con lágrimas de sal, brumosas, calmas que enciendan tu noche procaz con música blanca en plenilunio.
Ser como una madreselva, beso de plata con esmeraldas para ti.
Déjame encender velas de colores donde el viento sacude la negra soledad ya ida e iluminar tu rostro, tu cuerpo que acariciaré como el pétalo de la sombra y sentir caer la lluvia donde los dos vivimos la eternidad del gozo y del placer.
Déjame prevenir el mañana donde no existan culpas ni se acepten dudas, donde no se enferme el silencio y el deseo se encienda sin saber, en tan solo un instante.
Déjame descansar junto a ti, amurallados en un resplandor estático de paz y quietud, sin pasos y sin alas, solos tú y yo, sobre el espacio blanco de los días huyendo de ruidos y sombras.
Déjame estar frente a ti, besar tu boca con mis manos sobre tu pecho, envuelta en la gracia divina de sentir tu calor, negándome a las telas, en nuestra desnudez total.
La dicha está segura ahí, a tu lado, eres el elegido, como el agua más clara, más perfecta, en la mínima esfera de la gota que no en infinitudes de océano.
Déjame ser yo, tu amante, totalmente tuya.

Soñando sueños



Soñando sueños, soy esa agua enamorada del azul de tu cielo. Llegan del río los desvelos, dormir no puedo en lo alto de tu morada porque al mirar el brillo opaco del océano cercano, te sueño dormida y amanece entre mi cuerpo tú mirada y te hago más mío.
He soñado y sueño atrapar en mis manos al viento, retener en su cuenco las arenas del mar y del desierto.
Retenerte con mi voz, con un beso.
He soñado y aún sueño con un mundo perfecto. Utopías que tejo y destejo al voltear la mirada contemplando cómo cada mañana anochece, otro día sin ti.
Soñando sueños en la cálida pasión que se entrega en ese beso que llega y que nos acerca más.
Nunca dejes de soñar, abre tus alas y vuela que los sueños te han de llevar hasta donde tú quieras llegar.
¡Sueña, ama y sueña! Y no dejes de soñar, ¡jamás! No prevengas caer en el olvido, deja que tu mente vuele alto, de sueños se llena la vida manteniendo el sabor de vivir.
Allí está tu sueño, aún velado, allí está, solitario y discreto.
No quieras despertar, quédate quieto, oye sólo la voz del otro lado, si ronda por allí, tú lo has traído.
Mas te irás donde él te haya llevado por el humo de las horas diluido.
Alguien espera allí donde hayas ido.
Te verás como nunca revelado.
Eres tú quien espera, allí, dormido.
¡Cómo dejar de soñar! Es el alimento de mi verbo, es el reposo de mis letras… Es la melodía de mis cantos, son esos sueños de los que hago poesía, en respiros y sueños he compuesto prosas, versos, la cuenta la he perdido, ellos son la vida de mi vida, nunca dejaré de soñar ya que estaría vacía, sin colores, sin amor, caería en un profundo laberinto sin salida.
Soñando sueños, son mis suspiros cuando canto, cuando escribo y disfruto mis sueños cuan imagen de la vida, son luces de esplendor, son colores del arco iris, son amores, tan sublimes e inolvidables que, en un ir y venir la inspiración crece más y me llevan a plasmar mis prosas en el infinito.
Soñando sueños, sueños de luz y de dicha, mis anhelos te llegarán en dulces sosiegos, nunca dejes de soñar porque los sueños son realidades del alma, se sienten y se presienten y muchas veces se hacen realidad.
Nunca dejo de soñar por el amor y la esperanza porque si lo hiciera cual flecha sin blanco nos perderíamos en el oscuro espacio de una noche fría y vacía.
Nunca dejes de soñar, el soñar es ilusión viva, la ilusión mantiene la alegría, la alegría aumenta la visión, la visión fortalece los sentidos, los sentidos se estimulan al soñar.
Soñar… soñar… soñar…
Soñando sueños, te recuerdo siempre, amado mío y te siento dentro de mí en las sombras de mi cuerpo y en las noches del éter.
Y así, contigo a mi lado, te sueño, me elevo en el aire, disipando para siempre las neblinas que envolvían tristemente mi alma.