Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 21 de junio de 2016

El espejo


Tarde de lluvia


Tarde de lluvia,
la tarde está llorando
y es por ti.

La lluvia
se desliza por el vidrio de mi ventana
y a lo lejos vislumbro tu figura
tierna y apasionada,
imposible acercarme para tocarla.

Tarde de lluvia,
te necesito a mi lado,
sentirte cerca,
abrazarte y estar oyendo el viento
que apenas puede llevar al mar
las nubes con su carga.

Hay silencio,
nada responde y todo mi ayer
se junta en este instante.

Cuando llueve te mezclas con la lluvia,
cuando llueve en la calma de la tarde
te siento conmigo,
te siento en mi sangre,
cuando llueve te tengo,
nada puede sacarte de mi lado y me duele…

¡Cómo duele la quimera del tiempo!
escucho el eco del olvido
pero nada hay que no te recuerdo
mientras en la tarde llueve.

La lluvia cae,
moja mi alma,
¡cómo quisiera que aquí estuvieras!
me dieras calma,
esa calma que el amor sólo sabe dar…
y no mira nada para entregar.

La lluvia golpea
con sus caricias húmedas las aceras quietas,
silenciosas,
tus pasos están en otras veredas,
mis pasos van en sombras a otros destinos…

EL viento doblega los árboles,
sus hojas se sacuden
y mis manos te dibujan en la oscuridad
donde te sueño.

La tarde se colma de lluvia
y cierro mis ojos,
te veo, te palpo,
te siento,
eres parte de las sombras
que me envuelve.

Escuchemos juntos
con la imaginación el ritmo de la lluvia
y así seremos esta tarde,
los dos,
un mundo aislado por el viento y la lluvia
entre la cuenca tibia
de nuestros abrazos.

Lluvia que penetra
en la bruma oscura,
grisácea,
arribas a los campos del alma,
levantas aquel grito de vida y esperanza,
ven a renacer en gotas de agua lo seco,
lo dormido,
yaciente en la calma.

Lluvia,
que en torrentes de cálida agua,
aviva el corazón,
el amor,
la llama,
vuélveme a la vida junto con mi amado,
empápame mi razón,
dale el color que extraña,
trae luces nuevas a esta tarde larga,
ilusiones,
sueños a la espera
del renacer del amor.

Me buscas


Me buscas sin alas,
silencioso por los aires,
me buscas recorriendo distancias,
emocionado con versos
que se dan a la vida como un milagro.

Me buscas con tu ritmo cadencioso,
revoloteando entre caricias y suspiros
en nuestros encuentros entre rosas,
albores, celajes,
donde el tiempo se pierde
en un ir y venir infinito.

Me buscas con flechas perfumadas
que lanzaste a mis palabras
en un poema de amor
que viajó hasta tu alma,
dulce estrella de la pasión,
ojos de luna,
corazón suave y tierno
de mi esperanzada espera.

Me buscas pero de ti conozco
tan solo tu alma venida desde lejos,
alma que con pálido encanto
es fuente sonora,
esencia del canto
¡es un reír de aurora!

Sé que me querrás,
lo creo y lo veo.
Lo dicen tus ojos
cuando me miro en ellos
y si así no fuera,
sólo tu recuerdo llenaría mi vida
de amor no olvidado por siempre.

Necesito un poco de aire,
vestido de color,
para que suavice mi alma
con un soplo de amor.

Me buscas  pero prefiero ser libre
en mi espacio abierto,
sin trabas ni cerrojos,
eso es todo un reto
pero por amor lo acepto.

Me buscas y son mis versos
los que se agitan y rápidos
vuelan al papel que los está esperando,
ansiosos de recibir amores al vuelo
con melodías de amor.

Me buscas  y mis ojos te miran
y van más allá,
no creen en ti,
otean el horizonte
buscando otro amor
que sea verdadero.

Me buscas y no brillas aunque brilles…
no besa tu beso…
¡Quién te amó sólo amaba cenizas!
Pondré en mis versos
el tesoro de las noches raudas de inspiración.

Me buscas,
dame a beber la poesía
que tú inspiras para darme
el valor de seguir luchando
y amando siempre.

Me buscas  y así,
si hemos de caer,
en pleno vuelo,
caerán nuestros corazones
unidos iluminando la amplitud del cielo,
plenos de luz  como una estrella errante.

Euforia


Euforia,
se siente en el ambiente turbulento
y por ello mi alma tiembla,
se hace borrosa la visión
al caer del lagrimal el dulce despertar
de mi exaltación al pensar en ti.

Euforia,
siento,
euforia optimista al entender a la lluvia
que cae y la tierra abraza.
El bienestar me inunda,
es el amor que hiciste nacer en mí.

¿Qué voy a hacer?
si a cada momento,
pensando en tus ojos,
me viene el recuerdo
de que soy tuya para siempre…
y siento una euforia en todo mi cuerpo…

Es la sensación del entusiasmo
que nace del pensar en ti,
¡estoy eufórica!
¿Sabes lo que es eso?
es éxtasis,
arrobamiento,
delicia de optimismo cierto.

Euforia,
ardor, pasión,
¡quiero ser feliz!
Espero el momento que está por llegar,
de amoroso encuentro.

Euforia,
los versos que en mí,
estaban guardados,
abren las alas y vuelan por ti y para ti,
levantando un tembloroso remolino de cadencias.

Euforia,
vuelen,
vuelen mis versos hacia todas partes,
buscándote a ti,
unos van a los jardines
y unidos a las abejas
oyen y aprenden el dúo
que en la flor recién abierta,
el perfume y el color,
misteriosamente elevan.

Otros,
en plena euforia,
se rompen las alas
en la transparente esfera
de la gota de rocío
en la que absortos contemplan
la imagen del cielo unida
a la forma de la tierra.

Versos que vuelan hacia ti,
mi amado,
en su euforia de entusiasmo,
cruzando el éter,
bebiendo luz en las estrellas,
dormitando en el silencio
blanco de la luna llena.

Otros,
cabalgan en los cometas,
son los versos más audaces,
los que me llevan a gozar
pasiones imprecisas.

Otros,
pensativos te buscan en tu corazón
y como en ecos silentes te dicen
¡te amo!.

Euforia,
exaltación de vida,
voy hacia ti
ansiosa de que tú digas y gritas
¡estoy buscándote a ti!
y que en todo el universo
esas palabras conmuevan
con voz de música y brisas de primaveras
al númen que llega
y se queda enmudecido en mi interior
habitándolo en el ideal del poeta.

Y las frases se evaporan
o se consumen en las cuerdas de la lira,
el amor las envolvió y las escondió
en un ensueño lejano y cada estrofa
llevó en una nube,
flotando en ella,
con luz de estrella
¡Versos!
¡Versos para ti,
ascended hacia él y en las estrellas
verted el amor que me inspiró