Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 12 de marzo de 2013

Te llevaré conmigo


Contigo soy feliz


Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado y en mi duermevela busco tu alma clara y abierta por caminos anchos y altos muros para guardarlo, escondida sólo para mí).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás, si tú no estás ausente te siento conmigo, veo tu cuerpo alto que se termina voz como en humo la llama, en el aire impalpable).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos que abren las alas y vuelan levantando un tembloroso remolino de cadencias que nacen de mi amor por ti, son frases nobles, cláusulas marmóreas, blancas que lentas pasan al pensar en ti).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(el silencio nos une, el hondo que nos hace llegar a lo profundo en nuestras almas quebrando surtidores delicados, en la tierra de lluvia recién mojada llamándonos con su húmeda voz desde un mundo muy remoto a otro mundo muy lejano siempre unidos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(cada amanecer flores acaban en rimas, versos que empezaron tallos hasta el jardín más quedo va floreciendo por el amor insólito que acomete por los altos riscos azules del aire).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío, seguro que hoy, que aquí, que tu evidencia es el filo con que me hiere tu abrazo, se gastarán tus caricias en días y noches blandas y poco a poco te voy queriendo más, amor, no quiero que te vuelvas recuerdo, sombra esquiva entre mis brazos).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil cuando los cristales duplican el blanco disco de marfil de la luna, nos unimos y nuestras voces tiemblan plenas de ansiedad y muchas veces, misteriosas frases de amor vuelan como visiones que se ocultan al llegar la aurora).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(sin querer, te quiero, el estar juntos… tiene saber a poco, siempre que estoy a tu lado cada día quiero más de ti, eres mi silencio azul en las etéreas alas que descienden por diáfanas escalas a las aguas turbulentas y profundas que inundan nuestras almas).
Mi felicidad es estar a tu lado.
Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso nos lleva en plena noche por el campo abierto. Los astros nos observan con tenue empeño y las lomas echadas de bruces nos miran en silencio).
Juntos somos uno, aspiramos la calma que nos une, con perfume a trébol mientras se alborozan todos nuestros recuerdos de nuestra vida juntos y la luz nos ilumina de puntillas, en el alba lanzándonos a las nubes para amarnos siempre como voces.

Siempre


Siempre seré tuya en cuerpo y alma, huyendo de los pesares, dolores, resquemores, me voy contigo por la vida, depositándome toda en ti.
Siempre será horizontal mi silencio que va a llenarse todo porque unos labios, los tuyos se abren suavemente en los míos.
Y fuiste voz al fin, tan hermosa que puede confundirse con miradas.
Voz nunca servidora de lengua alguna, ni de sus palabras, sólo son los teclados donde tocas tu eterna melodía.
Siempre tu voz, queda desnuda porque es para mi inolvidable, ha sido tu primera manera de entrar en mí, tu entrada por mi alma como brisa todopoderosa.
Siempre te amaré, aún flotando en suave y rítmico andar en movimiento bajo el fanal errante de la luna confidente de nuestro mutuo amor, pleno de goces y placeres.
Siempre escribiré prosas, versos, palabras donde el Amor impera, sueño el verso y soy feliz, vertiéndolo en páginas al vuelo, se agitan y rápidos se dispersan, se entrelazan, se entrecruzan como musicales flechas en el firmamento.
Siempre cantaré con estruendo de gloria al amor que me inunda como un mar estallando en mí por doquier de mi cuerpo, vítores y clamores entonando fiestas en dúos de color entre crujidos de notas augurales.
Más gozo en mi alegría, más luz en tu esplendor.
Siempre te recordaré por estar tallado en mi corazón y hacer saltar nubes de fuego y huracanes en mi cuerpo vibrante y deseoso de ti en cada momento que te pienso.
Siempre existirá una primavera en mi alma al estar a tu lado plena de caudales de gozo con los ojos cerrados de luceros con tu cantar nocturno con el que me brizas y me entrego a tu eterno cántico, por gracia tuya, ya no soy silencio.
Siempre al escuchar la lluvia, seré tuya, cuando la tormenta avance rodeada de negros nubarrones y el viento silbe más agudo, entre truenos errantes y tropeles de relámpagos, mi deseo por ti será más fuerte y mi cuerpo palpitará ansioso de tu espera.
Mi corazón te siente llegar, una onda de fuego arde en mi espíritu, llenando los espacios infinitos.
Siempre te amaré, en loca algarabía, aún oponiéndose a la simetría de la versificación, yo te buscaré con mis prosas, mis palabras, mis ideas, como una mariposa que sobre el rosal se posa y proclama en el rosal el triunfo del capullo de la rosa.
Siempre veneraré la poesía como una visión que me traspasa el alma, entre prosas y versos te amaré, seré tuya en cada monosílabo, en cada letra, las quiero por ingenuas, por volátiles, por audaces y cuando se asoman algunas de las estrofas, mi corazón late y palpita más a prisa porque las escribí siguiendo fielmente tu dictado.
Siempre mis versos llevarán todas mis ilusiones volando como insectos de luz en sus canciones.
Yo sé que en sus anhelos estás siempre tu presente, hay horizontes para los mundos y los cielos y sus alas sobre mi sien flotaron, yo sé lo que sintieron, yo sé lo que soñaron, siempre estar junto a ti mi amado.

Déjame


Déjame vivir como yo quiero, libre, en volandas al viento, danzando entre arabescos de colores y sentimientos íntimos.
Quiero una vida plena de armonías de flotantes alas.
¡Ven conmigo a comulgar el Amor único y verdadero!
Déjame amarte en silencio, entre suspiros entrecortados, entre gemires de placer y gozo, entre ecos halagadores de la eterna música de la Tierra Prometida, ritmo sin fin de la sagrada unión de dos seres que se aman.
Déjame soñar con nuevos amaneceres juntos, frente al mar y al horizonte límpido y diáfano entre besos áridos por la sal que florecen desde los rincones del alma.
Los pesares del ayer y los fantasmas de la duda se han escondido, lejos, en el infinito ocaso porque nubes de calma dan fuerza a nuestro amor.
Déjame gozar plenamente y serenamente de una vida plácida a tu lado, no cercenada por pesares ni heridas, sólo, tan sólo, plena en un oasis de júbilos y alegrías como cascadas de aguas estruendosas y brillantes.
Déjame seguir mi manso camino perfumado con el gris de tus ojos que son aromo en flor.
Me siento como un azahar del naranjal en flor, purificada y virgen.
Tus labios son para mí una flor, su perfume es mi dicha, su presencia mi tenaz redención.
Déjame ser una flecha alada que dispara el arco piadoso de la vida, ser Cupido para ti con una espada en cuyo filo duerme el amor.
Déjame llorar con lágrimas de sal, brumosas, calmas que enciendan tu noche procaz con música blanca en plenilunio.
Ser como una madreselva, beso de plata con esmeraldas para ti.
Déjame encender velas de colores donde el viento sacude la negra soledad ya ida e iluminar tu rostro, tu cuerpo que acariciaré como el pétalo de la sombra y sentir caer la lluvia donde los dos vivimos la eternidad del gozo y del placer.
Déjame prevenir el mañana donde no existan culpas ni se acepten dudas, donde no se enferme el silencio y el deseo se encienda sin saber, en tan solo un instante.
Déjame descansar junto a ti, amurallados en un resplandor estático de paz y quietud, sin pasos y sin alas, solos tú y yo, sobre el espacio blanco de los días huyendo de ruidos y sombras.
Déjame estar frente a ti, besar tu boca con mis manos sobre tu pecho, envuelta en la gracia divina de sentir tu calor, negándome a las telas, en nuestra desnudez total.
La dicha está segura ahí, a tu lado, eres el elegido, como el agua más clara, más perfecta, en la mínima esfera de la gota que no en infinitudes de océano.
Déjame ser yo, tu amante, totalmente tuya.