Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 19 de enero de 2017

Aspiraciòn


¿Y YO QUÉ?




               
¿Y  yo qué? Mi alma casta, pura, diáfana
como un cielo azul,
ondea en mil vueltas para evitar,
la mentira,
la envidia,
la traición,
los celos.
La amistad es lo mas grande, sublime
y como bálsamo ilumina mi alma,
me haces reir,
Llorar, suspirar,
en momentos inolvidables.
¿Y yo qué?
                Sigo siendo un corazón vacío de amor
                Pero pleno de esperanzas de encontrar algún dia,
                Lejano, en otro horizonte,
                Ese amor digno,
                verdadero y único que estoy esperando.
                En este poema vuelco toda mi vida
                ¿Y yo qué?
                Existo para escribir poesías de amor
                Que se van en paginas inquietas, blancas,
                Que inundas corazones anhelantes de amor.
                El poema como sustancia viva,
                arde en canto, entre vientos que avivan la misma llama
Que hoy es pura ceniza.
¿Y yo qué?
Mi alma se inundó de nostalgias y penas,
cuando viene la noche hasta la orilla de la vida.
Debo reír, cantar, llorar,
con toda el alma enamorada de ese amor imposible,
distante y más lejano que nunca.
¿Y yo qué?
Me hice invisible entre las nieblas de un corazón que sufre
esperando lo que no llegará nunca.
No soy nadie, ni nada,
me voy a horizontes lejanos
para que el olvido me encuentre.

                                                                              “El amor, como
                                                                              un espejo roto
                                                                              en mil cristales acrisolados
                                                                              lo necesitamos como el aire
                   para respirar”

Torrente de amor





Torrente de amor
mis besos te buscan si cesar
y mi cuerpo anhela tus caricias, tus abrazos
te amo sin saber quién eres
y cuando te acerques
rodará en mi rostro
la enternecida claridad que sueñas.

Por mirarte, amado,
en mis ojos hay público de estrellas.
Cuando sea tuya
y me tomes, trémulo,
habrá lirios naciendo en mi tierra.
Y el amor al sentirlo
besa, abraza si término,
buscado tras otro cielo en su cielo.

Torrente de amor.
Soy feliz en el aire,
buscando tus brazos,
volar donde ellos vuelan a sus rumbos,
sin clave, mejores que mis pasos.
Me ciñes a la distancia,
me arrebatas desde el más allá,
sin sentir que casi no estas a mi lado,
porque el aire lleva al colmo
las ternuras del tacto.

Torrente de amor.
Es que acaso no sietes huestes de besos,
de bandadas de porvenir en las manos,
de arrebatos y de calmas.
Te espero, necesito tus besos,
gozos y miradas,
esperados, esperado.

Nuestras almas, como ávidas gaviotas
se tenderán al viento de la entrega
y yo, fuete de olas,
te haré cósmico…
¡Hay tanto mar nadando en mis estrellas!
En cada alba, cuando estemos juntos
este poema exaltando la espera,
detendrá de emoción al mundo,
al regalo nupcial de auroras nuestras.
¡Qué caricia larga de acción me sube por las venas
anchas de recorrerme pensando en ti!

Torrente de amor.
me despierto cubierta por tus caricias lejanas
y siento que por mi cuerpo corren tus abrazos.
Estremecida y tenue, sigo pesando en tu imagen.
¡Fue tan hondo de instintos mi sencillo reclamo!

Torrente de amor
que recorre mi vida, mi voluntad, mis anhelos,
ya no sé de edades ni reflexiones yertas.
¡Yo soy tu vida amor lejano!
Torrente de amor, de luz,
no puedo dejar de pensar en ti ni un instante
¡te deseo tanto!




Angustia


Angustia
se me remueve el alma,
destruyendo mi corazón en mil pedazos.
Sufrimiento, opresión,
Y el llanto aflora como un mar salado
Entrecortado, a veces reprimido otras.

Angustia
Porque me ha herido, lastimado,
no el cuerpo si no el alma
con críticas severas o indiferencias absolutas.
Bajo mi piel,
¡qué viento enloquecido por valles de la sangre
y sus colinas, me estremecen un rosal de más espinas
que de fragantes rosas florecido.
El amor que parecía verdadero
Era tan solo un aparente resquicio de afecto.

Angustia
ante las sonrisas vagas que ofrecen
un espejo al revés de lo que es diáfano y verdadero.
Amor al prójimo.
Recorro mis sentidos sin orillas,
dudas entrelazadas  entre   hiedras de desprecio,
de separación, del no querer estar conmigo.
Mi piel tiembla y la tormenta se vuelca en mi cuerpo.
Hay minutos en que parece que el firmamento cruje,
se desquicia y el camino se cubre de tinieblas.

Angustia,
nuestra alma mustia clama por amor
que me conduzca al sedero de la fe y la esperanza.
Si alguna vez la detracción me muerde
con rampantes odios de culebra,
en mi desprecio su ponzoña pierde su furia,
gasta y sus colmillos se quiebran.

Quien me hirió agote el arsenal de la impostura
y multiplique sus proyectos ruines,
Mientras las nubes vuelan en la altura,
Y se visten de fiesta los jardines.
Todo asciende.
Soñando con las flores,
despiértese la sabia milagrosa
y sonríe en la gracia de la rosa.

Y a fuerza de soñar la angustia se desvanece,
El amor con fuerza y poderío se adentra en mi alma
y soy feliz al tenerlo conteniendo mis dolores
y mis decepciones que cobardes
y falsas quisieron destruirme
pero no pudieron
te quiero siempre a mi lado mi amor,
te necesito, no te alejes mas de mí.