Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 15 de marzo de 2020

Caminos de ilusión


Dime quién eres


Dime quién eres,
tú, el desconocido, el misterioso,
que susurra a mi oído
palabras muy intensas,
poesías sentidas

¿Existes realmente?
o eres sólo mi imaginación
que me hace pensar
en ese momento instantáneo y mágico

Dime quién eres
tú, el seductor que juega
con las palabras,
las enlaza, las estrecha, las completa
con emociones fuertes
que hacen vibrar el alma
de esta mujer poeta
en esos instantes breves, únicos
tiernos, necesitados.

Dime quién eres,
tú, el que inspira la creencia de que en verdad
tus palabras susurrantes fueron ciertas
que existieron en el aire tibio
de una tarde única 
cuando el mundo se iluminó al escucharlas.

Dime quién eres,
tú, el que escribió breves palabras de amor
porque al leerlas las creí verdaderas
pero que para ti eran simples palabras
escritas sin otro fin que demostrar
que tú eras, en verdad, el hombre que yo esperaba.

Dime tú, el que desapareció en la nada,
en lo ignoto de lo desconocido,
en un mundo irreal para mi,
dejando una estela detrás de tí,
una estela de añoranzas, de esperanzas vanas,
de tristeza con calor sin sol.
Te has ido y no sé si para siempre,
dejándome entre emociones truncas
e inquietudes profundas que hacen que mi vida
no vuelva a ser la misma,
la de ayer, la de los ayeres del pasado
hasta el minuto en que nos miramos a los ojos.

Desconozco tu mundo real,
sólo pienso en nuestro encuentro breve,
leve, irrepetible, sin tocarnos,
solo mirándonos con todo nuestro ser sensible
en esa única mirada.

Dime quién eres,
¿qué sucedió entre nosotros
en esos minutos mágicos ?
¿Por qué la vida entre sus redes,
tejió con brillantes ovillos de nada,
nuestro encuentro en un día que no
esperábamos que sucediera?

Dime tú, quién eres
que buscas, tan solo seducir
para transformarte en el numen,
la inspiración de poemas de amor
que nacen de tan sólo pensarte,
de imaginar que todo fue verdad
y que algún día todo lo sucedido
volverá a surgir en nuestro existir
 sin amor.

Murmullos en la noche

 

Murmullos en la noche,
colmada de cálidas palabras
encendiendo velas donde el viento
sacude negra soledad.

Ayer en la noche,
entre los silbidos del viento
acaricié el pétalo de tu sombra.
¡Qué extraño fue!

Murmullos en la noche,
los dos quietos,
abrazados en un solo cuerpo,
sentimos en oleadas
de viento y agua
que la esperanza viene a nosotros.

Murmullos en la noche,
somos dos,
sólo dos,
con miedo a ser uno.

Miedo a amar y a dejarse amar
miedo a pasión desbocada,
 miedos a besos furtivos y deseados,
miedo a vivir entrelazados
bajo las ramas confundidas y anhelantes
de los ligustros.
Miedo de ser naturaleza,
viva,
en la naturaleza.

Murmullos en la noche,
delirios alucinantes
de saborear la paz
serena de tu amor
y cada mañana tu aliento
de cigarra anida
mis ojos abiertos
en la penumbra quieta.

Murmullos en la noche,
que mi alma juglaresca escucha
como fondo apabullado,
son murmullos que
como arrullos de horas muertas
nos nombran,
para unirnos con mil ojos
confundidos de caricias
en un viento indiferente
que juguetea con nuestros cuerpos
plenos de amor.

Murmullos en la noche,
quiero que tú
 con tus palabras y gemidos de amor
aturdas todos mis sentidos.

Comúlgate conmigo,
apagan los murmullos que deliran
desboca los temores indefensos
y sólo
¡ámame!
y será, entonces, el mundo nuestro.

¡Ámame!
Seré la sal de tu camino
y el verde de tu sombra acogedora,
seré tu cuerpo de perfumes
y aromas dulces,
brazos de estatuas,
esculpidas por la pasión fresca
de mis formas tuyas.

No sé quién eres


No sé quién eres,
ser anónimo,
desconocido,
que quiere entrar por resquicios
 de mi entreabierta vida
 para escudriñar mi alma
que como alba nube se eleva hacia el infinito.

En los duros biseles del silencio,
 inmóvil como águila señera
no permitiré que hurgues mis deseos
 ni roces el llamado de mi voz.

No sé quién eres,
 te desconozco,
 tu voz es extraña para mí,
te desconozco en mis miradas,
desnuda o disfrazada.

Eres el desconocido
por estas tierras de mi hoy
 y de mi mañana.

No quiero tener cerca el aire
que te cerca la garganta ni despertar
 en tus pupilas por no apoyar mis ojos en el aire.

Tus llamadas son nada para mí,
 tú no estás en el verde levantado del árbol
donde pierdo mi albedrío
 y en el viento caliente del estío,
 ni en la orilla del mar enamorado.

No sé quién eres,
tú estás contra un muro hablando
y mis sentidos crecen a tu espalda,
 flamígero cipreses en hilera
y por los aires un círculo amarillo
 huye demudando mi casta y pura alma.

Quieres hurgar la raíz de mis sentidos
 vedando con tu figura con un cerco de jóvenes olmos
 mis poemas de amor que se esconden de ti,
el desconocido.

No sé quién eres,
muda su verdura el monte nuevo
 con un temblor tocado de rocío
 y tú el anónimo como un árbol doncel
quieres irrumpir en mi vida
con un viento por vientos perseguidos.

Crece en mí una hiedra pálida
de dudas ahogando en desazón al pensamiento
 y buscas de tener las horas de la espera
en la ramazón elástica del viento.
No sé quién eres,
sólo sé que estás rezagando mi camino
como cruz que aprieta las nubes
contra el cielo.

Es inútil que me busques me persigas con tu voz,
 tú pisas otro suelo y lo ignoro cuál es tu anhelo,
 yo soy vagabunda del cielo,
 tú un vagabundo de la tierra.

No sé quién eres,
no me busques,
no me podrás hallar,
la luna es una nota errante
que se extravió de su cantar
y con su luz agonizante me esconde
 y entre secretos me cobija
para que tú no me encuentres jamás.

No sé quién eres
y prefiero no saberlo.