Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 14 de diciembre de 2015

Maldita cobardía


Despertar a un nuevo mundo


Despertar a un nuevo mundo
cuando la tarde apaga sus colores
y los astros encienden sus lumbreras
y se duermen las aves
y las flores surgiendo llenas de encanto
las pasiones encontradas.

Surgen en luminosa arrobamiento…
Parece que flotan…
Es tan suave su rítmico
andar que sus pies no son pies,
¡son alas de aves!

Despertar a un nuevo mundo,
entre pasiones y seducciones de amor,
llegan en grupo,
hermoso y una a una,
bajo el fanal errante de la luna,
se esconden y juegan
entre palabras de amor.

¡Cuánto esperanza e ilusión
irradian siguiendo un ideal
que no se alcanza!

Despertar a un nuevo mundo
sin silencios ni tedios que pesen y floten,
sí colmado de inspiración
entre voces de campanas
que con lentitud las notas
del ángelus desgranan
y elevan por los aires,
las frases, las poesías,
perfumando de amores,
de violeta tu boca,
tus manos,
tu frente.

Despertar a un nuevo mundo,
muchas veces,
misteriosos poemas de amor vagan
en visiones de armonía
y se ocultan en el cielo cuando aclara
y no están ni las estrofas.

Los sones que de mi lira
van brotando
son los pasos de las visiones
que conmigo las están buscando.

Despertar a un nuevo mundo,
ya mis versos aroman tus pasos,
los trae el viento,
la flor,
los astros del firmamento para ti,
mi amado amante.

A los poemas,
vida les da el sentimiento,
cielo les da la conciencia
y en búsqueda de lo soñado
hacia todas partes vuelan.

Despertar a un nuevo mundo,
donde las palabras cruzan el éter,
beben luz en las estrellas,
dormitan en el silencio,
blanco de la luna llena
o como en potros de llamas
cabalgan en los cometas.

Otros bajan al abismo
donde la luz no penetra
y donde millones de ojos
los sorprenden y contemplan…
Son los diamantes de letras
que el gnomo amontonó en su caverna.

Otras palabras buscan
el corazón del poeta
y un rojo sol prisionero
en un secreto encuentran.

Despertar a un nuevo mundo,
después de volar por todo el universo
a tus brazos regresan
con las flores inmortales
del pénsil de la belleza.

¡Acércate amor y búscame!
Te espero siempre…

Bien lejos


Bien lejos,
desde la distancia imprevisible,
te invoco, a ti,
señor de mis amores
y entre sílabas deslumbrantes
quizás te diga:
¡Ven a mí!
¡Acércate!.

Bien lejos,
por el aire,
sin volar,
sin tocar tierra,
mi vida está suspendida
sin tiempos puros,
equidistante de los dos crepúsculos,
solamente por buscarte a ti.

Tiempos de gozos ya idos,
horas limpias,
esperando nuevos alfabetos
que se hacen y deshacen
en rapidísimas palabras
como versos tendidos en el cielo.

Bien lejos,
los caminos pueden recorrerse,
sin dar más que un paso,
un paso que se convierte en el deseo,
en la necesidad de estar con el ser amado.

Amor lejano,
lejos como una estrella,
tú mi amado te encuentras de mí.

Y aunque no pueda verte
por la distancia mi amor
se expande por toda la tierra
y toda ansia se calma
tan sólo en escribir versos para ti.

Bien lejos,
distingo los destellos
de tus besos apasionados,
son relumbres,
claridades,
alejándose,
acercándose y en delirantes titubeos
los siento cerca,
cerca de mí,
a la sangre de mis venas
que van en busca de su centro,
mi corazón enamorado.

Bien lejos,
vienes y vas
y tu canto vive dentro de mí,
alma arriba,
alma abajo,
cantando y recantando.

En la lejanía,
cuando se va tu sol cantas estrellas,
se va estrellando el alma,
con los ojos cerrados,
de luceros,
en tu cantar nocturno,
me brisas y él me entrega
desde la distancia al mismo río
de tu eterno cántico.

Vienes y vas desde bien lejos,
desde el humo a la nada,
a través de los poemas.

¡Cuántas más luces hay,
más dudas tiemblan y vibran
de pena mi alma toda!

Delicadas,
ardientes,
nuestras almas se buscan
por nuestro diferir,
como por un camino
donde no hay despedidas.

Y al final,
el hallazgo,
el contacto del uno con el otro,
la nueva separación vencida,
la unión pura,
brotando de la lejanía.

Y mirándonos en el triunfo
como de un agua quieta,
tú y yo,
otra vez sólo veremos un rostro.

La noche no es más solitaria,
ni serenamente triste,
sin manto de tinieblas,
nos encontramos desde lejos,
bien lejos,
para encender la pasión
que no estaba dormida.

Los fantasmas del recuerdo


Los fantasmas del recuerdo,
 esos,
 los que pueblan mis sueños,
los que me acosan en instantes imprevistos,
 los que inundan mi alma
 de momentos inolvidables,
los que a su amparo,
en breve tiempo recorren mi vida.

Los fantasmas del recuerdo,
se mantienen a veces
como formas misteriosas
 en las largas avenidas de mi existir
y revivo paso a paso mis alegrías,
mis desilusiones,
mis pérdidas,
mis amores,
mis vivires.

Pasan como un aire raudo
 a través de espejos acrisolados,
rompiéndose a veces en pequeños cristales
que se estrellan entre los pensamientos silenciosos,
encendidos de deseos de amar
que emanan de mis recónditos adentros.

Los fantasmas del recuerdo sacuden
 las bases de mi sangre y aparecen nombres,
 fechas,
 lugares contra el cielo de mi alma
sobre el muro que cerca mi silencio.

Me llevan a la luz
 que derroté en el tiempo del olvido,
el limitado amor que se me ofrendaba.

Los fantasmas del recuerdo
 son mi apoyo de ayeres vividos,
 desaparecen de pronto sin saber
 por qué pero regresan y se funden uno a uno,
uniendo los peldaños de mi vida,
que en este otoño
ya han alcanzado la cumbre del vivir,
escribiendo las palabras ungidas de amor
 para que inunden cielos
 y horizontes por doquier.

Los fantasmas del recuerdo
 son signos que orillan mi hoy,
con un temblor tocado de rocío
en un viento por vientos perseguido
 hurgando la raíz de mis sentidos.

Mis sentidos crecen
al acercárseme los fantasmas del recuerdo
y en flamígeras imágenes por los aires
en círculos amarillos van,
filosos como piedras,
hundiéndome en el frescor
 de la creación primera.

Los fantasmas del recuerdo
hacen renacer vidas pasadas,
me llevan al viento caliente
 de estío vivido con intensidad en las orillas
del mar embravecido.

Quiero,
 tan sólo ir perdida por siempre
en los momentos dulces y tiernos
pasados como ráfagas fulminantes pero eternas.
No quiero ver fuegos que me hicieron arder,
sangrar de dolor mi corazón
y derramarme en mares de llantos.

Los fantasmas del recuerdo me hacen perder,
en pocos instantes,
mi albedrío,
encadenándome a hechos sufridos,
 plenos de deseos malsanos.

¡No quiero que regresen todos,
sólo los que me llevan a envolverme
en capullos de felicidad y de dicha!

Los fantasmas del recuerdo
 arden en mi espíritu
como una onda de fuego
y una racha glaciar me toca levemente,
llenando los espacios infinitos
 de dudas que en mi hondo
 interior aún perduran.