Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 22 de septiembre de 2018

Búscame siempre


Aquí estoy


Aquí estoy bajo la desgarradora
soledad de tu recuerdo consumiendo mis temblores,
devorándome mis gritos bajo tu piel
fantasmal y traicionera
que me ahoga desde esta distancia tan presente.

Te siento,
estás en mí
como una mariposa
de fuego y de tormenta.

Me ahogas,
me arrancas el alma en cada abrazo,
me desarmas el corazón en cada beso.
Ya no sé definir en la distancia
si estás presente en este Hoy
o en la lejanía de tu ausencia.

O si es  tu ausencia tan fuerte,
tan poderosa,
tan sentida y arrogante
que vives presente siempre
en mis formas afiebradas.

Aquí estoy,
te busqué en el horizonte,
en el cielo,
en el mar,
que activo como la ola,
la ola desnuda y sola que estalla
en cada cabriola y se desangra
al llegar y no te encontré.

Aquí estoy,
un hondo estremecimiento
se aquerenció en mi interior
y destelló en rededpr,
creí que estabas conmigo y un símil de paraíso,
un horizonte plomizo,
desembaló la mañana y claveteó en mi ventana
un cielo gris y oscuro,
tú no estabas.
Aquí estoy,
el pájaro que crecía dentro de mí,
desangróse,
rastro quedó de su goce en mis manos desoladas,
entristecidas y moradas,
donde la piel impaciente,
incuba un día siguiente
que acaso no ha de tomar.

Aquí estoy,
esperándote,
mi memoria se pierde,
mi cuerpo pesa apenas
y hasta la sangre en las venas
más que andar,
se detiene.
Un mundo como de sueño
del mundo que se volvió
sueño desde el confín de la playa.

Aquí estoy,
aguardo con desespero,
con angustia,
atónita mi voz calla.
No ha de escalar
lo indecible y cuestionar lo visible,
excede mi entendimiento.
¿Por qué no vuelves?

Todo parece un paseo por un cuento y
¡fue duro el despertar!
Escribiré al borde de mis heridas,
escribiré cada vez que mi cabeza
recuerde que como piedras rueda por las calles
estas lágrimas que ya no tengo,
ahora que las tardes duermen
y las noches van de madrugada
al instante húmedo de mi único deseo.

Aquí estoy,
me iré a mi jardín convidador me llama,
cuando en rosas,
jazmines, geranios,
estalla o verdea,
dándome paz a mi alma
para que cante bajito,
sin ahondar las pisadas,
con un dejo de gozo y otro dejo de lástima
me olvido de ti,
me alejo,
ya no te espero,
no eres más mi desespero,
eres tan sólo un fantasma más.

Pesares del ayer


Pesares del ayer
vuelven a mis recuerdos
cual de puerta pesada
cuando gira
sobre goznes de hierro enmohecido.

Anidaban en las grutas del olvido
y ahora pregunto
¿por qué regresan en un sombrío torbellino?
Pesares del ayer renacieron
en una mañana apenas comenzada,
áspera y fría cual musgosa bruta
y ardieron en el cielo de esa aurora
nubes de un rojo intenso
como en un conjuro infernal,
colmado de bramidos cayendo cual torrentes.

Pesares del ayer
como nubes de borrasca
me inundan con un ronco eco
de dolores idos.

Todo aquello pasó
pero aún en mi mente siento remordimientos
por no haber sabido actuar con límites
y dejar pasar al dolor
por mis fronteras que debían protegerme.

Pesares del ayer,
mi afligido pensamiento quiere ahuyentar
las sombras de aquellos ayeres,
de aquellos amores que en vano llegaron a mí.

Pesares del ayer,
recuerdos que deben irse
al lugar secreto donde reina la paz y el silencio
haciendo irse muy lejos a los tormentos imborrables
y a las tristes agonías
como son una mano fría dentro de mi pecho.

Quiero que todo lo pasado que provocó dolor
se hunda en hondos precipicios palpitando
en un viento ardiente
como el que sopla en un gigante incendio.

Pesares del ayer,
dejadme vivir desde el Hoy
la vida en un continuo palpitar de alegrías,
esperanzas,
ilusiones sin llantos ni gemidos,
plena de amores y deseos calmos.

Y poco a poco nacerán los versos,
las frases,
las prosas,
entre perfumes de flores
guarnecidas de pimpollos nuevos.
Y entre risas y lloros en flor
mis prosas volarán en las alas de mis sueños.

¡Versos!
¡Palabras de amor!,
me hacen refugiarme en el mundo del olvido
sin pesares del ayer,
sólo estrofas entonadas como canción de vida.

Pesares del ayer,
unos los hundo en el mar,
otros cruzan por el éter
para que beban luz en las estrellas
y no regresen jamás a mis recuerdos
que tan sólo quieren revivir
los mejores instantes de felicidad
de los ayeres de ayeres y en este Hoy
dormitar en el silencio de la luna llena
rodeada de luces brillantes de amores nuevos.

Pérfido corazón


Pérfido corazón,
con hábiles maniobras
y lastimando mis sentimientos
tu ingratitud me invadió
hasta lo más profundo.

Me heriste con tus maliciosos juicios,
ignoraste u olvidaste
todos mis esfuerzos
para darte lo mejor en tu vida.

Fuiste un baluarte para mí
cuyos muros cayeron por tu incomprensión
y tus desalmados sentimientos.

Pero aunque todo sea un gran todo,
trataré de que parezca una nada.

No quiero recordar tus perversos esfuerzos
para herirme y lastimarme.

Rompiste mi corazón con tu hábil indiferencia
pero cruzaste la línea con ladina porfía
y supiste hacerme sufrir
hasta que un manto de lágrimas
cubrió mi pecho.

Ahora ya no quiero
saber más nada de ti.

No eres nadie en mi vida,
fuiste el todo,
mi ternura,
mi amor,
mi protección,
mis cuidados,
todo eso ya ha desaparecido
en el espacio infinito de la nada.

Todo tiene un principio y un final,
lo que sentí por ti se terminó ahora busco un sino,
un sendero,
una luz,
donde refugiarme a curar mis heridas
las que tú causaste y no me verás más,
para ti desde hoy no existo, soy invisible.

Comprendo que nunca comprenderás
el daño que me hiciste
y en algún momento de tu vida
cuando yo ya no esté pensarás en tu actuación cruel
y mezquina hacia mí pero ya no tendrá solución,
lo pasado ya fue.

Empezaré a vagar sola encontrándome conmigo misma,
buscando donde está la verdad,
cuál fue mi error,
en qué camino de errores me sumergí
para no volver a cometerlos
y en el hondo silencio de la noche
encontraré las respuestas aún dudosas
de por qué recibí estas heridas
sin haberlas creo provocado.

La memoria del corazón
elimina los malos recuerdos
y magnifica los buenos
y así podré sobrellevar lo que sucedió esa noche,
a quien quise tanto y por celos,
envidias,
rencores,
me destrató y surgió su furia
queriéndome hacer pedazos.

Ese hombre nació de mis entrañas,
un fruto hermoso que colmó mi vida,
fue lo más querido,
lo más preciado pero hasta hace poco
se transformó por los pasos de la vida
en otro ser deshumanizado
y sin sentimientos buenos.

Ya la vida lo llevará por otros caminos,
donde su corazón cerrado
se abra al espacio sin fin del amor.

Yo no lo veré ni lo sentiré,
pero son mis deseos los que lo lograrán
y podrá encontrar el camino de la verdad.

Cuando la razón indica decepción
hay que darle paso a la razón
para que no sufra el corazón.

Desde hoy mi tarea es llevar mi vida en alto,
jugar con ella,
lanzarla como una voz a las nubes
a que recoja las luces que se me habían ido lejos.

Ese es mí sino:
vivir plenamente entre risas,
alegrías,
olvidos y amores renovándome cada día
para encontrar la luz de la plenitud
llenándome de gozos con alas por el aire
como las mariposas o las nubes flotantes.