Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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miércoles, 16 de agosto de 2017

Contigo siempre


Plenitud sublime


Plenitud sublime,
integridad insuperable es vivir amando
como la única razón
y la verdadera expresión
de ser la misma Vida.

Amor tan sublime que nada expresa,
tan inmaculado que brilla por el infinito,
 así es el amor que por ti siento,
 teniendo en mi laúd cantares
y en el rosal de mi cariño, flores.

Plenitud sublime de vivir,
 amor que llena mi ser
con infinita alegría,
pon en mis versos el tesoro
de las alboradas de plata,
de los mediodías de oro
 y de las tardes de escarlata.

Dame a beber la poesía
en el raudal de inspiración
que es fragor de lucha
en el día y en la noche meditación.

Plenitud sublime, plétora excelsa
que como un himno todo lo ennoblece,
 todo se agranda a sus clamores,
el firmamento resplandece,
la tierra se colma de flores.

El amor, el verdadero,
nacido de mi alma sonora
con la armonía de flotantes alas,
desciende por diáfanas escalas
a bañarse en la fuente bullidora.

Plenitud sublime,
que hace que la inspiración
se colme de recuerdos excelsos
de los momentos en los que estuve
 entre tus brazos,
riendo entre vibrantes notas.

Siempre hay estrellas
que brillan en la noche de mi alma
cuando pienso en ti.
El deseo y el amor
en un instante de semblanza
nos conducen al espacio
con las alas de todas nuestras canciones
para llegar hasta altas nubes
plenas de radiantes ilusiones.

Plenitud sublime,
grandiosa en su clamor,
dilata el paisaje y un temblor
de encaje pone en el follaje.
Amor, luz que el cielo envía
como poesía de la noche fría,
luz toda dolor
por ser toda sueño de blanca belleza.

Plenitud sublime, inesperada,
 sorprendente, apasionada,
con instantes de gozo y de pasión,
nuestras almas se buscan
por nuestro diferir
como por un camino
donde no hay despedidas.

Y al final, el hallazgo, el contacto,
la unión pura brotando como río sin cauce
en un agua quieta
y sólo estaremos tú y yo,
uno y uno,
en un solo rostro, amor, que les sonríe.

Plenitud sublime,
en lenta y arrobada calma
 buscamos la unidad, labio con labio,
acunándonos unidos en una paz cierta y plena.

En mi sueño de poeta
me visto de estrellas para brillar para ti
y nos abrazamos unidos
 en carruaje de cristal
donde nos amamos con pasión
en nuestro Universo de amor
en el que el silencio nos une.

Me entrego a ti mi amor


Me entrego a ti mi amor,
te busco y anhelo
tu presencia a mi lado.
Mi piel tiene el sabor de miel
de tus besos y mi cuerpo
clama excitante
que vengas a mí y me amas.

Me entro a ti,
con mi alma deseosa de amor,
ahora, en este instante, ya,
sin esperar en vano al vacío absoluto
sin el encuentro de nuestros cuerpos unidos
como uno solo,
entre besos,
caricias, ternuras,
mimos de ansiedad compartida
de llegar juntos a culminar
como si estuviéramos
en nuestro Paraíso terrenal.

Me entrego a ti,
mi amor,
con toda mi pasión,
mi ardor otoñal,
con mi cuerpo aún deseoso
de ser poseído por ti.

Cuando estamos juntos
volamos hacia la inmensidad del horizonte
bajo la luz de las estrellas
que iluminan cada momento del amor
que nos une, nos estruja,
nos hace explotar con dulzuras,
con besos profundos,
casi sin ruido algunos,
otros melodiosos que piden más,
mucho más.

Me entrego a ti,
mi amor,
avivas mis deseos de ser tuya,
enteramente tuya y mi virginidad
te entrego en cuerpo y alma.
En nuestro lecho de amor,
entre azahares,
rosas, amapolas,
verdes lotos recién nacidos
hicimos el amor con pujanza,
entre impulsos tanto esperados,
con vaivenes de entrelazos,
como con abrazos y suspiros levemente
respirados entre besos
que nos llevan a nuestro mundo,
sólo nuestro.

Me entrego a ti,
somos dos en un cuerpo y dos almas,
entregados al amor con intensidad,
plenitud, alborozo, alegrías y risas sin fin.
Bailo entre tus brazos,
mis caderas sin quererlo se mueven solas,
bailando como si estuvieran
en las mil y una noches.

¡Qué felicidad!
¡Soy toda tuya!,
sólo tuya,
bajo el arco iridiscente
de la bóveda celeste que nos acoge
secretamente en nuestra íntima soledad.
Me entrego a ti con regocijo,
sin pudores, ni tabúes,
con toda mi ternura,
mi amor, mi dulzura,
enamorada de ti como de la vida.

¡Te amo!
Te esperé durante mucho tiempo
pero por fin me encontraste
con todo el arte de tu seducción,
tus palabras fueron sin saber
la caricia al interior de mi mundo
haciendo remover en mi cuerpo lo dormido,
lo que se había detenido en un lapso de la nada.
Vivamos tan sólo el Hoy,
es el que no unirá por siempre.

Lujuria de amor


Lujuria de amor
entre dos seres que viven amándose,
entre dos cuerpos desnudos
en uno sólo,
enlazados por enredaderas del amor.
se buscan,
se inundan de caricias aterciopeladas,
sensuales,
sus bocas como aledaños de amor
no dejan de buscarse.
Lujuria de amor
éxtasis, pasión, gozo, placer,
instantes que se viven
como almas encendidas
y cuerpos en llamas.

Mi sed de tí
me ahoga,
reclamándote a cada instante.

Te necesito
junto a mí.
Nuestra pasión de locura,
nos lleva al frenesí
del placer procaz y ardiente.

Nos enroscamos
entre sábanas sedientas de amor
y tu cuerpo,
viril y fuerte
aprisiona mis muslos
y descubren el suelo
por mi pie desnudo.

La sangre corre veloz por las venas
en una recorrida total
por nuestros cuerpos
donde los orgasmos
se suceden unos tras otros.

Tu lengua inquieta y veloz
va a dejar su aliento
en mi monte puro y virgen
que lo espera ansioso.

Mis pezones se excitan,
mi cuerpo se balancea,
baila al compás del amor sensual,
mis senos son tuyos,
¡ámalos!
como si fueran fuente de placer intenso.

Quiero mi nombre recogido en tu boca
para calmar la sed
de mis labios que ansían tus besos.