Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 7 de diciembre de 2012

Enredadera de amor


Albores de esperanza


Albores de esperanza contiene este amor que entre tenue ruido de alas, arrulla dos almas que se encontraron en el instante preciso de mirarse, entre dos miradas en los tiempos del alma.
Noche a noche, gestamos el lenguaje nuestro, sólo nuestro, inaudible, que sólo se escucha en el pájaro, en la nube, en el mar, en una serie sin fin de secuencias sonoras.
Albores de esperanza, empezar a amar en este presente, punto de intersección entre
lo sucedido y lo por suceder, llama entre la madera y la ceniza.
Estamos juntos atravesando las páginas del amor entre luces y perfumes de lilas, anclando un paso en la memoria en el perfil del poniente.
Albores de esperanza que al despuntar las mañanas nos llevan al paraíso del vivir juntos los tiempos del alma y el cielo se vuelve todo alado de sueños.
Albores de esperanzas, dulce sinfonía que despiertan en mi mente fragmentos de palabras no pronunciadas ni escritas.
Cual suave rocío estelar, tú el que vino a mí, hidratas la sed de mi alma, me das fe y templanza.
Albores de esperanza, en la más oscura noche, llegas como una sombra tenue y una promesa de ilusiones para besarme dulcemente dejando el querer junto a mí, dejándome el deseo de verter mi alma en versos a salvo del olvido para que queden guardados en el arcón de los recuerdos.
Albores de esperanzas que nos conducen a abrazos tiernos a cada día y a cada hora, llevando a mi corazón música que aquieta el fragor y la desdicha ya no más desconsuelo de ausencias.
Reclamo de palabras que vienen por senderos lejanos buscando versos en el corazón de esta poetisa, tejiendo, rápida e inconsistentes hilos invisibles, acercándote con caricias pacientes para que la red del amor nos envuelva.
Albores de esperanza, me llevan a buscar el latir de tu vivencia, tu mirada en las nubes esparcidas, porque tu existencia siempre fue por mis ansias presentida, para unir este amor con que existimos.
Gocemos estos sueños confiados y pacientes y mirarnos expresando todo lo que callamos en este amor libre, sin ataduras, sin decepciones, pleno de esperanzas e ilusiones.

Ya no tengo soledad


Ya no tengo soledad, soñar contigo es quererte entre luces y sombras por la tierra y por el cielo, entre los cánticos de las voces de nubes y alas.
Nos encontramos entre trémulas cimas de bosques muy altos, entre las piedras que el mar viste de grises y azules, entre pájaros y flores.
En mi mente, mágicos momentos, surcan mi ser entre pasiones ocultas, ilusiones y remembranzas de nuestro querer.
Ya no tengo soledad, nuestras almas flotan liberadas por los anchos espacios de todos los crepúsculos como si fueran nubes o pájaros, hacia caminos ciertos y horizontes cercanos en una música de vacío.
Ya no tengo soledad, desde lejos mi amor como saeta al viento te busca y cae sobre tu pecho desde las honduras de los cielos y ya parece que estamos juntos, que el amor es nuestro y dulces son los besos que guardados estaban .
Es mucho mejor haber amado y perdido que nunca haber amado y perdido, por eso la distancia no es ausencia, los besos en los labios del aire de la noche, desde el lecho de tréboles y techo de luceros te llegan guiados de manera misteriosa, para que puedas sentirme tuya.
Ya no tengo soledad, siempre están en nosotros, en nuestras memorias encerrados en arcones y atrapados en redes, nuestros recuerdos que van enteros entre tú y yo para no abandonarnos nunca y aunque no nos veamos estamos juntos unidos por lazos invisibles.
Nuestro amor viene de no sabemos qué profundidades lejanas, sí de honduras de cielos y lo guardamos, parece que está siempre aquí, guardado entre besos y caricias.
Ya no tengo soledad, mi alma está con tu alma en un momento que llamamos infinito y todas las aguas, el aire, los pájaros improvisan nocturnos, tocan su música melodiosa de alfabeto romántico.
Ya no tengo soledad, las auroras brillan más, borran noches, las estrellas se leen con miradas lejanas y claras y las tierras más remotas nos unen en un callado sentir.
El tiempo borra al tiempo dejando una gran hoja en blanco para que los códigos, las letras, los alfabetos dejen en versos, los guiones de vida que estamos viviendo en este gran mar de amor donde no hay soledad, sólo dos seres amándose a la luz de oírse y musitarse en ese mundo de ellos dos.

Vivir soñando


Vivir es un cayado fuerte donde apoyo la esperanza, mis horas contigo están perladas de alegrías y mi ser es todo canto vibrando de armonía.
Existencia del vivir, embelesado de amor, con el alma soñando entre versos que son la savia de un espíritu que aflora sensitivo en todo su esplendor.
¡Quién pudiera vivir siempre soñando!
Vivir amando perdiéndonos en nuestros silencios y sueños que podrían ser terribles pesadillas o dulces maravillas, desprendiendo tizones y luminosas chispas ardiendo en el delirio del abrazo.
Vivir soñando que volamos juntos hacia lugares remotos, surcando con ansias locas distancias donde dilatamos en cantos fuertes melodías de amor.
Vivir soñando, veo pasar fagaz la centella como un instante fugaz en mi vida e ilumina mi alma, tenerte es para mí tanta ventura, seré para ti un oasis de paz y de ternura, así
es mi amor ¡tómalo!
Vivir soñando, me aíslo contigo en un ensueño y nuestras almas vibran en unísono canto y espero tu caricia etérea que rozará mi todo.
Sueño que de noche estás a mi lado, no quiero tu ausencia porque no deseo sentir que no estás presente.
Sueño estar contigo, mi mano en la tuya, cálida, viva, tierna, palpitando en la mía, siento que inundas mi vida de melodías y apuro el cáliz que me brindas.
¡Sueño! ¡no te vayas! ¡Déjame vivir soñando!, que por la senda de tu alma se desliza la mía, resplandeciendo las dos en el azul vacío del fantástico mundo en el que nos encontramos, buscándonos a tientas, iluminando el orbe con nuestras luces internas como milagro de un sueño de dos.

Desde el fondo de mi alma


Visiones albas


Visiones albas, luminosas como caminos de espejos, y por ellas te vi venir hacia mí.
Traías cantos nocturnos de amor para que los escuchara sólo yo, blancos y puros, inocentes como canto de pájaros.
Visiones albas llegaron a mí y te di la ofrenda de mi cuerpo y de mi voz como un ramo de flores blancas que abandona el viento en el umbral.
Caminamos juntos en senderos de flores albas y juntos recibimos la delicada urgencia del rocío.
Visiones albas que con voces prístinas se van por el espacio cantando para que en las largas esperas de las ansias sean rumores que quiebren las agujas de hielo de los que nos separan.
Visiones albas que nos hacen leer palabras no mutiladas por el tiempo, ni dueñas del silencio, sí son vigías detrás de los poemas.
Amor albo, cual marfil como un lirio florecido iluminas nuestra vida encendida por el rayo de la luz blanca y brillante.
Visiones albas de un amor eterno y febril que nos hacen llegar del sonoro teclado del blanco clavicordio, canciones sonoras, que hacen estremecer nuestros corazones rebosantes de dulces caricias y a nuestros brazos ramilletes de blancas flores que con sus cálices perfumados nos inundan como una canción matinal de amor.
Visiones albas, cual intacta nieve de crestones blancos y cual perlas nítidas escondidas en el mar profundo, nos hacen vibrar al unísono y unirnos más blancos que los blancos vellocinos y más pulidos que el mármol transparente, iluminándonos con la luna blanca que en el espacio riela y nos hace amarnos más allá del todo en un mar albo e infinito.

Consumiéndome el alma


Consumiéndome el alma, el alma toda, es el amor que por ti siento que es como un río transparente y tumultuoso que se vierte entre los vericuetos de mi Yo y me envuelve sin resistencia ninguna.
Me vas llenando de arroyos para que se deslicen por mi interior y sea toda tuya, todos los días, a toda hora.
Consumiéndome el alma, mi amor toca panderetas y flautas en las montañas y valles lejanos para esparcir besos que lleguen a ti desde lejos como cascadas de palabras y caricias.
Te hago llegar cascabeles de sones y músicas para que tranquilices mis pasos para ir buscando en tu mente un espacio prolongado por donde pueda escabullirme y entrar para conducir mi amor todo dentro de ti.
Llévame a volar contigo para no perderme en la ruta de un triste y moribundo pasaje que se durmió ayer.
Consumiéndome el alma, tu amor me convirtió de mujer y musa en poetisa que se despertó junto a ti.
Y como un Fénix que se extingue en las llamas consumiéndome en la pasión inducida fui resurgiendo en las cenizas con mis poemas a flor de piel.
Consumiéndome el alma rompiste mi corazón y no me alejo de tí porque no sé vivir sin
tu ausencia aunque ella se burle de tu presencia .
Yo había llegado a ti, por un inexplorado camino, vestida de lluvia y de recuerdos, rondando con la risa, la vida de ambos, pero tú no sentiste que ponía soles y luces entre
tu piel y la mía y te alejaste en el tiempo, al otro lado de la luna, en lo hondo de la noche azul, llevándote la prolongación de mi sonrisa y dejándome tan sólo la mitad de mi alma en la agonía de la espera eterna.