Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




Haz click para ver los videos de mis prosas poéticas.


lunes, 11 de marzo de 2013

Quisiera que estés presente


Reencuentro con mi vida


Reencuentro con mi vida, poco a poco te vas acercando a mí y mi vida renace, una y otra vez.
En mis noches oscuras de silencio, deseo tenerte junto a mí, para sentir, aunque sea de lejos, el dulce néctar que tienen tus besos con sabor a miel.
Te quiero junto a mi, no rompas el volumen de tus besos en la puerta del viento en su armonía.
Reencuentro con mi vida, al sentir el sabor a ti y ahí estás, rezagando mi camino, ancla de oro y cadena de mis anhelos, piel que adorna el pulso de mis ojos, cruz que agrieta en trozos acrisolados las nubes contra el cielo.
Reencuentro con mi vida como agua lenta, sí pausada, sí cantada, se allega por tus manos a mi pecho.
¡Oh río sin espumas, tan bravío que moja las veredas de mi cielo!
Mientras las estrellas ríen y guiñan, mis suspiros se vuelven entrecortados y estremecidos desde el fondo de mi alma, cuando tú, deliciosamente me acaricias y no me dejas ir de tu lado.
Reencuentro con mi vida, esta mujer poeta, en la noche y en tu hora, rodeada por las tinieblas del ocaso, vibra y tiembla pensando en ti.
Escribiendo prosas poéticas colmadas de amor y al extinguirse el último, sagrado, son de la campana, levántanse desde el fondo del alma las visiones de ayeres olvidados, poblados de sombras en el ambiente pasado.
Reencuentro con mi vida, hoy pensando en ti, en el verdadero amor duermo más profundamente sin que el sueño de la mentira me consuma.
Reencuentro con mi vida, te tengo a mi lado como mi guía, mi protección, mi cayado, mi amante ideal y después de tanto andar, atisbando entre las nieblas vespertinas, no perderé el camino por la ilusión de dejar de verte.
¡En verde valle umbrío aún estamos juntos!
¡Qué collados nos amparan y ocultan!
¡Qué ramas sumergidas en niebla y cielo nos protegen y cubren nuestro nido!
Reencuentro con mi vida, cuando la tarde apaga sus colores y los astros encienden sus lumbreras y se duermen las aves y las flores, estoy contigo, amado mío y resurgen los sentimientos en grupos de ternuras, delicias, besos, caricias.
¡Cuánta esperanza! irradia aún desde las sombras el reencontrarnos otra vez y caminar juntos, manos entrelazadas, pies juntos y desnudos por la senda de ésta, la vida nuestra siguiendo unidos el ideal que en breves instantes tan sólo se alcanza.
Reencuentro con mi vida, hoy ya juntos se apartan temerosas como evitando el borde de un abismo las promesas no cumplidas, teniendo ambos la ilusión como guía.
Eres mi santa inspiración, yo tan sólo tu mujer poeta pero juntos hallamos la fuente bullidora del Amor que desciendo por diáfanas escalas en un lenguaje sonoro en el silencio azul de las etéreas alas.

Luz en las tinieblas


Luz en las tinieblas, se asoma entrecubierta, entre neblinas grises y oscuras, en duras alamedas de cristal donde el aire es triste, me sigue y canta llantos de amor.
Necesito la luz, el cielo amplio, el mar en calma pero las tinieblas como abismos sin fin me hunden en tristezas y llantos, me envuelven sin poder ver ni un resquicio de luz aunque sea opaco y sin brillo.
Luz en las tinieblas, risas y lloros sin flor, sin rumores de alas en mis sueños.
Mis versos, mis poemas, se esconden, cada estrofa es una nube y para flotar en ella hay que tener luz de estrella y corazón de amor.
¡Versos!, entre la luz en las tinieblas con ímpetu alado ascienden al ideal del alma enamorada y en las estrofas vierten el cielo y la tierra cantando entre claros y oscuros su canto de amor.
Luz en las tinieblas, serenamente triste, colmada de suspiros, mi alma entre mantos de nieblas y de misterios se viste en noches solitarias entre versos de angustia y fragosas tempestades que el mundo me ha rodeado.
Luz en las tinieblas, en la hora del recogimiento, mi espíritu duerme en una duermevela sombría y torva, sólo se apacigua cuando ese pequeño rayo de luz se asoma entre los acantilados oscuros.
Las nubes vespertinas se amustian, los bosques tupidos se adormecen, la humedad los torna grises y en las colinas, un vaho torpe y nublado asciende hacia el más allá.
Luz en las tinieblas, entre la azul altura del vasto firmamento creo ver tu figura ágil y amada llegar hasta mí, asomándote entre los astros cuyas luces divinas como miradas pesan sobre mi pensamiento en mi corazón solo y cansado.
Y de sombras mi espíritu se anega y entre las tinieblas una voz se escucha que me dice: ¿Seguir? ¡Si no se llega! Y seguir es luchar, ¡qué inútil lucha! Ya sobre mi arpa, ahogando sus rumores, el tedio pesa y el silencio flota…
Ya no se escuchará el reír de la vibrante nota.
Ya la luz de las tinieblas se extingue, la oscuridad total y absoluta sólo me permite imaginarte a mi lado, ya nunca más te besaré en la frente, el sueño alado no girará en mis versos.
Sólo aspiro a encontrar, evitando el borde del abismo, un noble amor sincero que no me conduzca a una realidad abrumadora. 

La música de mi alma


La música de mi alma trasciende hacia el infinito con sones melódicos y dulces, plenos de sentimientos de amor.
Va a impregnarse a mi corazón haciéndome sentir temblor de balada como voz que nunca se cansa.
La música de mi alma es tu nombre recogido en mi boca, es color en el viento, es tan leve en extensión que sufre el labio al amparar su son en un breve tiempo.
Mueve el viento su lengua sosegada, el monte su verdor sangra en su espesura al oírse la música de mi alma.
La música de mi alma son los signos de tu voz que me reclaman, despiertan mi ternura y mi requiebro.
La música de mi alma se recuesta en el aire alado de los vuelos, sobre el linde sonoro de tu pecho.
¡Oh el blando corazón que yo apetezco que llora y llorando me desvelo!
La música de mi alma mueve tus distancias como alas batientes por detrás de mis mejillas, el color de tu tez, allende el ojo, fatiga el  corazón y mi respiro.
La música de mi alma hace soñar tus manos por mis manos, sol desmayado y musgo despertado y el calor de mis pupilas ahonda la trabazón de tus abrazos.
La música de mi alma va como alas en el aire que ajusta como un arco mis deseos y del puente que tiendes con tus flechas bajan sombras de amor intenso a nuestro suelo.
Ella custodia el hechizo de tu sueño, mis manos, angustiándose en el aire por mi largo alumbrar del movimiento.
La música de mi alma divide en luz el zócalo del viento, el aire se serena al escucharla, nace desde mi corazón estremecido y torna el río aljófar de la mar a los roquedales, dorada abeja en aires de alelíes, la miel de mis labios te buscan y te besan.
La música de mi alma, sube en notas, en número concorde a tu pecho y es mi regalo para ti, amado.
Mira, una viola celeste cruza el cielo y armoniza su son con mi cantar que ya es nuestro, por mi música nos amamos y nuestro amor riza el viento y mueve el follaje.
La música de mi alma te busca siempre desde el amanecer hasta el fresco temblor del rocío y así te la hago llegar para que te sientas perdido para siempre en tu embeleso sin sentir el cercado de mis ramas y que veas mi fuego que en los fuegos arde.
Sacúdanse las notas de mi música para que aparezca tu nombre contra el cielo, amor, que desnudándote, caminas sobre el muro que cerca mi silencio.