Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 1 de julio de 2013

Magia nocturna


Suspiros en silencio

Suspiros que surgen en el silencio desde lo hondo del alma, parecen clamores de murmullos elevándose al viento.
Surgen poemas, frases, ideas, profusos versos con suspiros entrecortados que desgranan mi amor hacia ti.
Yo intento siquiera emitir en silencio la historia en mares sin calma, me despego tan solo en suspiros al viento aunque en esos suspiros se vaya mi alma.
Me detengo un instante en este verso y entro a través del cauce de mis palabras hacia el suspiro oculto en el silencio.
Dibujo tu paisaje al compás de un poema, en él te acaricio y manifiesto, una vez más que el dolor de quererte es el fuego que me quema, sin embargo, te quiero sin querer renunciar.
Ya no tengo lenguaje para escribir poemas, sólo me queda el suspirar en silencio, en él he tratado de esconder el secreto pues grande es el reto por no saber donde estás.
Los suspiros en silencio se extinguen como acontece siempre en cada paso al andar.
En mi amor te distingues porque eres poesía y aunque ya no te encuentre en mis versos estarás y mis suspiros en silencio volarán hacia ti.
Suspiros en silencio, van despacio, leves, como soplos alternos se entregan a ti, al ritmo de tu vivir soñando.
Veo la estrofa de que está hecho tu sueño, la tienes en tu alma tendida esperando, los besos que ya son tuyos son el misterio en el alto silencio de la noche, ya que un soñar mío empieza al borde de tu cuerpo y en él el tuyo siento.
Tú dormido, yo en vela, hacíamos lo mismo, no había que buscar tu sueño, ya que era mi sueño, mis suspiros eran tuyos.
Suspiros en silencio, entrecortados, diáfanos, van hacia el aire entre murmullos de amor, respirando en tus caricias y despertando entre tus recuerdos.
Mi corazón palpita y vibra entre mis suspiros, en silencio y mi alma se va con ellos añorando tu ausencia.
Mis suspiros son de puro amor por ti.
Si los cielos iluminan trasluces de paraíso, islas de color de edén, es que en las horas sin luz, sin suelo, hemos anhelado el estar juntos los dos, sin palabras, dejando como una gran estela de luz, el amor detrás cuando cruza por la noche eterna del mundo.
Suspiros en silencio, me los ha llevado el viento en la dulzura del alba y buscándonos a tientas con las bocas que el vacío besaba en prodigioso pacto nos encontramos siempre.

Raíces profundas

Raíces profundas, sin temblores ni misterios, peregrinas en el tiempo de la vida, en una verdad definitiva. 
Raíces profundas, fecundas que traspasan los límites últimos de nuestro ayer, el de ayeres.
La vida que con tibios presagios sin rumbos, nos lleva sin amores verdaderos a enraizarnos en un correr para nada a un cansancio agotante y asfixiante.
Desde las raíces profundas de mi corazón, siento traspasar como dagas afiladas el dolor de no tenerte ya más a mi lado, te extraño y me hieres sin querer lastimarme.
Es tanta la fuerza que aprieta y ahoga el alma toda pero al final el valor arrecia y se alargan raíces nuevas para crear la felicidad en ti y en mí.
Amor con matices, raíces profundas, crece, camina, corre y nunca se olvida. Cautiverio de emociones verdaderas, soñadoras, amor fortalecido, recordarte sólo me queda ya que te has ido para siempre.
Raíces profundas que como puñales diamantinos se clavan, se hunden en nuestro interior, en el cuerpo, en los ojos, en el más allá, todo por un amor ingrato y falso.
Las resistimos obstinadamente en la prolongación de la felicidad oscura, procuramos encontrar suaves y cálidas raíces profundas que nos tornen a una vida luminosa y creativa.
Raíces profundas que por milagro me hacen asombrar, incrédula de que aquello tan cruento estaba en mi vida y que por fin, como por sorpresa me soltó y de prisa, desesperadamente fui a encontrar abrazos cálidos, besos jubilosos, promesas puras y verdaderas que como raíces, níveas, profundas y hondas me llevan al amor prístino al que presagio era en el existir de antes.

Pesares del ayer

Pesares del ayer vuelven a mis recuerdos cual de puerta pesada cuando gira sobre gonces de hierro enmohecido.
Anidaban en las grutas del olvido y ahora pregunto ¿por qué regresan en un sombrío torbellino?  Pesares del ayer renacieron en una mañana apenas comenzaba, áspera y fría cual musgosa bruta y ardieron en el cielo de esa aurora nubes de un rojo intenso como en un conjuro infernal, colmado de bramidos cayendo cual torrentes.
Pesares del ayer como nubes de borrasca me inundan con un ronco eco de dolores idos.
Todo aquello pasó pero aún en mi mente siento remordimientos por no haber sabido actuar con límites y dejar pasar al dolor por mis fronteras que debían protegerme.
Pesares del ayer, mi afligido pensamiento quiere ahuyentar las sombras de aquellos ayeres, de aquellos amores que en vano llegaron a mí.
Pesares del ayer,  recuerdos que deben irse al lugar secreto donde reina la paz y el silencio haciendo irse muy lejos a los tormentos imborrables y a las tristes agonías como son una mano fría dentro de mi pecho.
Quiero que todo lo pasado que provocó dolor se hunda en hondos precipicios palpitando en un viento ardiente como el que sopla en un gigante incendio.
Pesares del ayer, dejadme vivir desde el Hoy la vida en un continuo palpitar de alegrías, esperanzas, ilusiones sin llantos ni gemidos, plena de amores y deseos calmos.
Y poco a poco nacerán los versos, las frases, las prosas, entre perfumes de flores guarnecidas de pimpollos nuevos. Y entre risas y lloros en flor mis prosas volarán en las alas de mis sueños.
¡Versos! ¡Palabras de amor!, me hacen refugiarme en el mundo del olvido sin pesares del ayer, sólo estrofas entonadas como canción de vida.
Pesares del ayer, unos los hundo en el mar, otros cruzan por el éter para que beban luz en las estrellas y no regresen jamás a mis recuerdos que tan sólo quieren revivir los mejores instantes de felicidad de los ayeres de ayeres y en este Hoy dormitar en el silencio de la luna llena rodeada de luces brillantes de amores nuevos.