Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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domingo, 25 de noviembre de 2018

Contigo siempre


Siento que estoy sola


Terriblemente sola en un lugar extraño, misterioso,
silencioso y la oscuridad me envuelve poco a poco.
Estoy triste, la tristeza me hace temblar toda, mi cuerpo trémulo y diáfono se va por camino un camino sin fronteras, a la nada.
No soy nadie, estoy sola, me dejó el amor inventado, el amor que no existía, el amor totalmente desconocido.
Siento que estoy sola, sin él no soy nada, ni un pedacito de cuerpo, ni un pedacito de alma.
Desaparecí en la niebla envolvente que me oculto tras un velo de gasa sutil y negro.
Sin él no puedo vivir, era mi alegría, mis tonteras, mis confidencias, mis secretos, ahora no soy nada, me falta todo.
Por favor, te esperare siempre, en algún instante de tu vida te acordaras de mí y pensaras en una mujer poeta, muy pero muy pero muy loca, que te deseaba con tinta el alma y su cuerpo clamaba por ti.
Sí era una de tus enamoradas te dije que no lo era, no era cierto, te amé y te amo con mi cuerpo deseoso de ti y mi alma clama por ti.
¡Ven a mí por un instante tan sólo!
¡Ven, acógeme en tus brazos como a una luciérnaga fugaz que llega y se va!

                                                                                                              “la vida es breve
                                                                                                              el amor lo es más aún
                                                                                                              pero la tristeza perdura
                                                                                                              siempre en todo el existir”

Celos no compartidos


Celos no compartidos, sentimiento para mí extraño,
nunca sentido, el ser humano para ser sensible y humanitario no debe sentirlos.
El amor que inventamos sin tierra ni sin fecha donde posarse ahora,
el gran amor en vilo.
Y que quizás detrás de telones de años, beso bajo cielos que jamás hemos visto,
será, sin que lo sepan esos que creen dárselo, trascendidos a su gloria al cumplirse, por fin, de ese beso impaciente que te veo esperando palpitante en los labios.
Sin celos compartidos, sin sentimientos impuros,
sin ayeres, ni pasados, todo el amor completo en un tan sólo un beso.
¿Será este minuto próximo a mañana o el siglo por venir
o en el borde mismo ya del jamás?
No se pueden sentir celos aun existiendo otros amores vividos o por venir, si el verdadero amor no nos ha tocado,
está muy distante o muy cerca, no se sabe, no se sabrá nunca.
¿Vivos, muertos?
¿Lo sabemos?
¿Con tu carne y la mía, con mi nombre y el tuyo?
¿O ha de ser ya con otros labios, con otros nombres y siglos, esto que está queriendo ser hoy, aquí, desde ahora?
Eso no lo sabemos por esta razón no debemos sentir ni un lacito de celos, los celos déjalos para otras almas que no conocen el verdadero amor.
Los celos son voces heredadas de una savia secreta de aguas en descanso y una luz de amor celosísimo corre sinuoso por el cuerpo mojado de nostalgia.
Y ahora este poema está en el manglar de los espejos, agua clara que corre lenta, que toca y acaricia ramas, luz invernal, incierta, que como el agua toma forma endurecida de la arcilla al ser tocada por los celos enfermizos y eternos.
¡Basta ya!
Los celos son  verdades teñidas de mentiras, de falsos engaños, de cruentas verdades dichas a medias, sin terminar en equívoco.
El amor debe ser libre, ni caos, ni con escalofríos sufrientes, debe ser diáfano,
claro, terno como una lluvia interminable del estío y en esta página vacía la luz de mi alma ha recogido un pentagrama oculto, el de los celos mórbidos y maliciosos, enfermos de un amor inexistente.

                                                                                              “la soledad
enferma de silencio
 goza de salud”

El aroma de tu piel


El aroma de tu piel recorre mi cuerpo en oscilaciones ondulantes dejando en mi cuerpo tu perfume eterno del amor.
En el ayer y en el Hoy siento que me buscas con una luz de canto suave y melodioso en una
escala de penumbras con una música en el aire, un murmullo apenas que sonroja mi alma.
El aroma de tu piel me ha impregnado toda, siento el latir de tu ausencia, tu voz sin sílabas
de otra voz lejana.
Te quiero cerca de mío,
mis puertas están abiertas para ti,
quiero tu rostro vuelto hacia mí,
en una escena más de nuestra vida.
Es mi sueño tenerte entre mis brazos tejiendo la trama de lo íntimo con una aguja de cristal.
No quiero que el tiempo, araña voraz, 
desteje con saña lo por mí que he bordado en ti con una
aguja de coral, ni que el sueño, inasible colibrí, se me vuele de las manos alejándome de tí.
El aroma de tu piel ya no se diluirá más en la distancia, por el contrario, me envuelve más y más, como remolino, donde confluyen todos mis raudales, unos arrastran tiernos recentales,
otros se encrespan con furor felino.
Madrigales de amor nutren el confundido torbellino.
Incuba el pecho una avidez de trino, se alzan hondos relinchos genitales.
Vendrás hacia mí buscándome infatigablemente desde el fondo de mi espejo claro
donde mi eterno catalejo  te pierde,  te encuentre, te construye, te reitera.
Quiero contigo vivir mi libre albedrío, no ser tu prisionera ni tu esclava,
sí quiero ser tu amante en instantes inolvidables y eternos.
El aroma de tu piel como respuesta a mi mudo ruego de mi ansiedad,
 de esplendorosa inquieta escala, el parapeto altivo de mi cuerpo y tu sudor viril y tu sosiego,
hacen despuntar , inédito, el temblor del fuego que enciendes en cada latido de mi piel desnuda y cálida.
Necesito el dibujo de tus labios prietos en una madura respuesta a mi mudo ruego de ansiedad de tenerte conmigo

                                                                                                              “El gozo de ser amado
                                                                                                              Es la impoluta confidencia
                                                                                                              de dos almas que han hallado
la voz silenciosa del encuentro”