Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 25 de febrero de 2020

El desafío


Despedida en silencio


Despedida en silencio,
te digo adiós para siempre
quizás, queriéndote todavía.
Enséñale a mi boca a que
no te nombre más,
no dejes que mis manos acaricien tu pecho
ni que camines sobre el muro
que cerca mi silencio.

Despedida en silencio
tu piel se me enciende
en mi cuerpo deseoso de ti
pero no debo permitir
ni   tan solo  pensarlo.

Balanceo en tu frente,
una corona
es el aire que se escapa de mis dedos,
 no saben mis labios
la palabra que une tus oídos
a mis versos.

Despedida en silencio
te digo adiós
en este silencio mío,
con el dolor en el alma impregnado.

Me marcho de tu lado,
mi amor para ti es prohibido.
Fue un regalo en el desierto
que la vida, a su capricho,
me había ofrecido.

Te amo y te seguiré amando,
desde muy lejos.
Te amo aún con derroche de ternura
y te grabé en mi piel
con sólo una caricia tuya.

Estoy sentada en silencio
pensándote a gritos.
¡Cuánto dolor, dudas, tristezas y amarguras,
produce el adiós a la persona
que más amamos!.

¡Qué difícil entender y aceptar una separación!
¡Qué difícil entender que se fue
sin un merecido adiós!
Cuando entregamos la vida entera
pensando que ahí, estará siempre,
llenando nuestro corazón de amor.

Despedida en silencio,
silencio entre los dos,
sin adioses, sin palabras,
nos separamos en una dura realidad.
¡Qué difícil recuperar
el honor que una vez perdí
anhelando tenerte en mis brazos!
Ya el muro se alzó entre los dos,
infranqueable,
nunca más nos miraremos,
nunca más seré tuya.

Deseos reprimidos


Deseos reprimidos, escondidos, misteriosos,
 ocultos en lugares secretos del alma,
 todo en ellos son canjes, 
ola y nube, horizonte y orilla.

Deseos reprimidos, 
de escapismos y desapariciones, 
vuelos a otros mundos 
donde la lucha no existe 
y donde está velando 
en puro juego 
ese ardoroso buscar 
en la plenitud del acierto.

Tratar de encontrar el universo 
cuando se aclare
 la razón final del movimiento, 
del no moverse, 
del esperar un mediodía sin tarde, 
la luz en paz, 
renuncia del tiempo al tiempo.

Deseos reprimidos 
que buscan en mi interior
 la plena consumación del amor pasional, 
sensual, del amor,
 igual, igual, 
que de tanto ardor 
me conduce al sosiego 
mientras mi lira sin cesar lo aclama.

Deseos reprimidos, 
son el eco que resuena en mis entrañas, 
como los versos en mi alma 
que cantan a lo grande 
porque van conmigo 
con un corazón que las alturas ama 
en un ideal cuyos fulgores persigo.

Aspiro a que se insinúen 
en el real mundo en que vivo.
¿Qué buscan? 
¿Qué esconden? 
¿Amares tumultuosos, espontáneos, vibrantes, 
sin doblegarse a un doble juego?

Deseos reprimidos, 
quiero alcanzarlos, una vez, mil veces,
 con decisión inequívoca, 
con prisa desatada, 
con mis ilusiones volando 
hacia altos templos de vestales iniciales.

Deseos reprimidos,
 los quiero por audaces, 
los quiero por ingenuos, 
yo sé que en sus anhelos hay horizontes 
para los mundos y los cielos.
Placeres, quereres, poderes,
 entran sin desearlos
 a la porosidad lumínica 
de todo mi ser.

Deseos reprimidos, 
los ansío dentro de mí, 
por doquier aparecen
 en cualquier lugar, 
en momentos imprevistos, 
sin tener un ápice de necesidad, 
de poder, de poseer, 
de intentar aprisionar al amor
 entre barreras semiabiertas 
para sentirme más libre, 
dispuesta a intentarlo todo, 
a descubrir lo más obvio,
 a lograr el descubrimiento 
del deseo realizado.

Deseos reprimidos, íntimos, 
que intuyen los aromas del amor, 
que dan vitalidad, 
fuerza, ternura y placer
para que la vida transcurra sin tregua, 
con pausas moduladas, 
sin insistentes sobresaltos, 
como queriendo volar.

Deseos reprimidos, 
tejedores de urgencias, de reclamos,
 de esperas, sin prisas ni bravatas, 
pero con insistencia terca 
para poder llegar a recoger 
el aroma del mundo 
y sentirse dentro de él… 
profundo y con total fuerza
 ilimitada y necesitada.

Desde el fondo de mi alma


Desde el fondo de mi alma
escribo para ti,
 mi amado amante,
siento fluir mis versos,
mis frases, mis estrofas
al pensar en ti,
es un canto que perfuma
y ese perfume canta
 todo el amor de mis sueños.

Cada estrofa es una nube
y para flotar en ella
hay que tener luz de estrellas
y corazón de querube.

Desde el fondo de mi alma
tu sensualidad que me llega sin tocarme
 me despierta
 como gotas de rocío al amanecer.
La inspiración más pura,
fluye para escribir ideas,
 frases, palabras,
dando vuelo a mi todo.

Algunas estrofas
que aparecen en esas hojas en blanco
hacen que mi corazón se asombre,
las quiero por audaces
porque sé que en mis anhelos
hay horizontes
para los mundos y los cielos.

Desde el fondo de mi alma
surgen los versos fugaces,
cubiertos de diseños
en las puntas de las olas
alumbrando mis intentos
entre curvas, más curvas,
se inician dibujando mis anhelantes ideas.

Desde el fondo de mi alma,
 los monosílabos van diciendo
en la arena sin huella,
 más, más, más, más
y el propósito se dibuja
en prosas poéticas.

Los deseos
de hacerte llegar mis versos
convocan desde las honduras,
 descienden del firmamento,
 luces, sombras, brisas, vientos, cristales
que son espumas
surtidoras de amores y de palabras.

Como fugitivas centellas
rebotando en sus reflejos,
van cayendo de a poco
en hojas sin estrenar,
hojas de la orilla
que se acercan
con el seno de las olas, tiernas,
llegan tibias al papel
al gran taller del gozo, feliz,
de hacértelos llegar a ti,
mi amado amante.

Desde el fondo de mi alma,
tan blanco como la espuma
trabaja mi pensamiento,
 bosquejando entre haces de luces,
entre resplandecientes afanes,
los versos de amor
que velando están en puro juego
en un ardoroso buscar
la plenitud del acierto.

Desde el fondo de mi alma,
 te busco a ti,
mi inspiración.
¿Dónde vives, solitaria misteriosa?
Por hallarte mi alma no reposa,
vuela y vuela bajo el cielo
y sobre el mar.
Y tan solo como un sueño
que se esfuma,
 ve un revuelo de tu clámide
en la espuma,
ve en los astros
tu dulcísimo mirar.

Pálidamente y en secreto
los versos responden y aparecen
desde lejanías o de frondas
 donde se habían guarecido
y en las estrofas
van los sones brotando
 como pasos de visiones
que conmigo
 los estuvieron buscando.