Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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sábado, 27 de octubre de 2018

Supe que vendrías


Déjame a solas


Déjame a solas
con mi alma triste y taciturna,
buscando en mi interior
la paz y el amor dormido.

Déjame llorar la pena de no verte,
exhalar un suspiro de amargura,
refugiarme en los brazos de la muerte
para no sufrir ya tanta tortura.

Déjame a solas
para acariciar sólo el recuerdo
de los besos que me dabas con pasión,
déjame para ver
si es que me pierdo
en un profundo mar
de oscuras aguas.

Déjame recordar
que una mañana me brindaste
 el rosal de tu ternura
y que bebimos del azul fontana
la excelencia del sol y de la luna.

Déjame enloquecer,
pues eso quiero,
hundirme en el rincón del desconsuelo.

Déjame navegar como velero
que no tiene timón ni timonero.

Déjame a solas
en un desierto,
acompañada tan sólo de mi pena,
para pensar que vives
y que no has muerto,
porque no mueren las personas buenas.

Déjame trasladar a otros lugares,
quiero tomar la senda que cogiste
para ver si te encuentro en otros lares,
y me quieres como antes me quisiste.

Déjame a solas,
más breve flota la esencia de la carne,
más breve el viento devorando el llanto,
nada se agolpa y todo es un rastro
nada es inédito dentro del aire.

Tú debes saber
que mi edad invisible rueda triste,
emergen los recuerdos
de nuestras noches de amor
como el aire que respiro.

Entonces te diré,
como flor sangrando desde mi hoja,
venciendo el papel que voy llenando
Poesía es Soledad,
solamente una palabra contra el mundo.

Déjame a solas
para pensar eternamente en ti,
mi amado ausente,
decir que el vacío sopla la razón
aquí en los huesos donde existo
no habría nada que el alma despierte,
solo tú lo podrías hacer,
solo tú, el amor que hace que las palabras ardan.

Ardientes ensueños


Ardientes ensueños,
entre deseos y ternuras,
juntos en el alma y el cuerpo,
nosotros nos amamos
 bajo la tormenta oscura
de palabras no dichas,
en el misterio de la mirada,
 hasta la ira o la melancolía,
 nos unimos en un nocturno abandono.

Ardientes ensueños,
como dos relámpagos
entre el sueño,
 amanecemos atravesando auroras,
llegando al horizonte azul
donde todo se olvida.
Vivimos tú y yo
una secreta existencia
donde el deseo nunca se extingue.

Ardientes ensueños,
donde el amor impera,
rumorea una bandera de rosas,
suspendiendo mi voz
entre suspiros entrecortados,
dulces, leves y profundos.

La transparencia de tus sueños,
galopa en mi camino de sombras
y me haces prisionera
de tus sonrisas y besos.
Tu nombre llueve en mi piel
como una cadena de flores
y en tu suave tiempo imaginario
 soy tuya hasta la muerte.

Ardientes ensueños,
palpitares únicos, sin límites,
 iluminados por el Amor,
salvándonos
de la mediocridad y del tedio.

Nos amamos en nuestros ensueños,
sin prejuicios ni condiciones,
sin esperas ni reservas,
sin egoísmos ni sombras,
sin cadenas ni sumisiones.

Ardientes ensueños
que nos conducen
a la profundidad del océano
con la claridad del Sol en las montañas,
con la fuerza suprema de vientos huracanados.

Ardientes ensueños
que nos llevan a amarnos
con la blanca llama
de nuestras almas despiertas,
con la alegría de cielos infinitos,
peregrinando juntos
hacia la dicha divina e inmortal.

Te siento cerca de mí,
tu canto me atrae hacia ti,
más no sé de donde,
eres algo que vive
 más allá de sí mismo,
 mis ardientes ensueños
 te envuelven, te acarician
y aunque siempre eres nube
 y horizonte lejano,
sientes mis besos sobre tu alma.

Mi camino
está sembrado con tu nombre,
mi espíritu solitario
 te sueña en todas las cosas,
mi espíritu te busca tras toda emoción.

Ardientes ensueños
que abren las puertas de mi vida,
que me hacen escribir
 imaginando libre
de confusiones y miedos,
 estrofas, versos
que vienen hacia mí
sintiendo renacer en mi mente y alma
amores ya vividos o por vivir.

Con lazos eternos nos hemos unidos,
me arrojo en tus brazos,
en tu alma me imprimo,
te infundo en mi ser.

¡Las almas que se aman
no tienen olvido,
no tienen ausencia,
no tienen adiós!
Ardientes ensueños,
palpitan sus aromas,
tiemblan las brisas,
los besos cantan como chispas
que lanzan astros y flores
en vagas notas
que el arpa lanza
como un gran himno
de esperanzas y ansias.

Amor en vuelo


Amor en vuelo,
extendiste tus alas emplumadas
de seda áurea
y comenzaste tu búsqueda
desde las altas cimas
tratando de encontrar el amor,
el verdadero, el sentido, el profundo.

Avanza por los cielos,
acortas distancias,
viajas con el viento en total silencio,
a veces cantas canciones de ensueño,
 brotan de tu alma poemas
dejando puertas abiertas
para que yo entre en tu corazón
de almizcles y dulces.

Amor en vuelo,
te busco en el horizonte grave,
oteo distancias para encontrarte
y así abrazados
guarecernos en nuestra cueva de amor.

Prometo no esconder mis alas,
con ellas cubriré tu cuerpo amado
haciendo un nido cálido
y pleno de amor.
Nos encontramos
en las cimas del beso
sin dudas y sin mañanas.

En el vértice puro de la alegría alta,
 multiplicando júbilos por júbilos,
 por risas, por placeres.
Apuntando en el aire las cifras fabulosas,
sin peso de tu dicha.
Amor en vuelo, a ti se llega por ti.

Te espero.
Yo sí que sé donde estoy,
mi lugar, mi lar de por vida,
pero no sé donde estuve contigo,
allí me llevaste tú,
eres de otro mundo
y en tu devenir e ir me buscas
con febril ansiedad
y me depositas sin yo mirar nada
ni aprender el camino,
sólo estar contigo,
mi andar es el tuyo
y cuando tú partas otra vez
¿Qué puedo hacer yo
sin tan sólo verte partir?
¡Qué desterrada, qué ausente,
es estar donde uno está sólo!.

No quiero cielos nuevos,
yo quiero estar donde estuve contigo,
volver a tus brazos.
Amor en vuelo
y mientras no vengas tú
en mi búsqueda
yo me quedaré en la orilla de los vuelos,
de los sueños, de las estelas, inmóvil.

Porque sé que donde estuve,
ni alas ni ruedas ni velas, llevan.
Todavía van extraviadas
porque sé que donde estuve,
sólo se va contigo.

Sola en mis noches
escribiré para ti mis versos,
los compilaré quizás
 en un libro que tú nunca leerás
 porque no llegará a tus manos.
Cuando repaso algunas de mis estrofas,
el corazón se asombra
de tanto amor que ofrece,
las quiero por ingenuas,
piensan que vuelan
solo porque mi frente rozan
sus alas de mirlo.

Las quiero por audaces,
vuelan altos,
yo sé que en sus anhelos hay horizontes
para los mundos y los cielos.

¡Llevan todas mis ilusiones,
volando como insecto de luz 
en sus canciones!
Amor en vuelo,
búscame siempre como alma sonora
de armonía de flotantes alas,
tráeme silencio azul
en tus etéreas alas
que descienden hacia mí
por diáfanas escalas
entre ecos halagadores
y música de ritmo sin fin
entre inspiración única y sagrada.