Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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jueves, 1 de enero de 2015

Tiempos para amar


Dolor del Alma


¡Oh!
cuanto tiempo silenciosa el alma,
ni un gemido se escucha,
ni una queja.

El tiempo vuela
con alas de golondrina
cuando debería quedarse quieto
y parece inmóvil
cuando debería volar.

Dolor del alma,
cuando al quererlo
la suerte se mezcla
en nuestras vidas.

De la ausencia,
las penas desconocidas
y envueltas en el misterio
que subyugan,
van con rapidez que asombra,
van llevando ilusiones a la sombra.

Dolor del alma,
con un péndulo inmóvil
que ya no cuenta las horas
que se van,
no siente los minutos
cadenciosos a golpes
del corazón que adora,
aspirando la magia
embriagadora de tu amoroso afán.
¡Abandóname dolor del alma!

Llévame a la intensa voz de ternura,
que vibra en el alma de mi amante,
como entre la noche oscura
una campana distante
nos busca para encontrarnos
entre recuerdos perdidos
de angustias y desengaños.

¡Dolor del alma!
crece como una alta llama,
envuelta en gasas y tules blancos
y me lleva por encima de ocaso
a otros mundos buscando la paz,
el sosiego,
¡no más penas desconocidas!
que se mezclan en nuestras vidas.

¡Sí la luz al alma!
¡Sí que aparezcan
en nuestro mundo interior,
luces, músicas y poemas
de amores eternos!

¡Dolor del alma!
¡Vete pronto!
¡Déjame encontrar
el cariño dulce y tierno
que dé a mi alma
calmas hondas y vívidas ternuras,
besos puros y dichas profundas!

Y así poder seguir
escribiendo mis poemas
a los que entrego mi vida,
los vivo como un anhelo
porque soñadora soy.

¡Dolor del alma,
ya no más!,
pondré música a mis palabras
y así la brisa suave y breve
los llevará hasta ti,
amor esperado por siempre.

Amar sin miedo


¿Qué me ha dado tu amor
que vivo sumergida en él,
sin miedo a perderlo?
Sólo sé que por ti sigo siendo
un ser que pertenece a lo inexistente.
¿Qué me has dado ya que río,
ya no lloro?

Me aíslo contigo en un ensueño
que persiste en la noche,
hasta  en la noche en mi sueño,
cuando vienes me alumbro de alegría
y al irte me ensombrezco de tristeza.

¿Qué me ha dado tu amor
que vivo sin miedo a amar?
Lo siento tierno,
como los brotes de bambú incipientes
que inquietos se asoman al viento.
Si pudiera tu alma responder a la mía
desde esta lejanía,
te diría en secreto qué cosas ansía.

Amar sin miedo,
estamos separados por caminos largos
pero igual puedo tener de tu amor
la certeza y gozar plenamente
como si estuviera entre tus brazos.
Si al caer de la tarde,
nuestras almas se fueran a la orilla del mar
y en un beso se unieran,
el cristal de mis sueños
la realidad partiría en mil trozos risueños
y mi amor cantaría
en nuestras almas vibrando
en unísono canto.

Amar sin miedo,
voy por la vereda de esta nueva historia
y en este pergamino
de momentos intensos,
escribiré poemas para poder estar a tu lado
a través de mis palabras hondas,
sentidas, vibrantes.

Paralizada estoy en tu recuerdo,
mi pensamiento vive
palpitando en mí
y siento que por ti
la paz me inunda el alma.

Amar sin miedo,
voy hacia ti sin temor a nada
ya que tu amor es arte divino.
Junto a ti,
tu pureza fecunda
fue germen de ternura
que se arraiga cada día más
en mi corazón.

No me dejes ir,
ya que tu amor alienta mi vida
y dilata la hondura de mis sentimientos.
Sólo así comprenderás mis versos,
los más vibrantes, los más sentidos,
los refugios incesantes de mi vida
que se acompasan en mi alma
cobijándome e impulsándome
en verdad a continuar
volcándolos en estas hojas en blanco
para ti, mi amor.

Ríos interiores


Ríos interiores
que nos llevan a buscar
el gran camino que no intentamos hallar
pero es aquel que al menor descuido
a nuestro encuentro vendrá.

¡Ríos de vida!
¿No los oyes?,
sobre el mundo eternamente errante
nos llevan con vendavales,
brisas o suspiros al lugar exacto
donde el amor nos está buscando
con angustia,
desolado de no hallarnos.

Ríos interiores llevadme a él,
al único que me hará vibrar,
temblor de ansias de amar
en un único anhelo
¡ser amada!

¡Ríos  interiores!
los espacios vacíos,
el gran aire,
esperan siempre,
por dejar de serlo
y que el amor los inunde,
los ocupe y los lleve al más allá.

¡Ríos interiores!
horizontes que vigilan
avizores con música incorpórea,
ese lugar,
parte del mundo inmenso,
por donde vendrá él,
entre el aire lleno de memorias.

Y yo,
como alma turbia y sola,
sin un lirio en mi margen,
ni una estrella en la ola,
fui a buscarlo a correr las llanuras
y a perderme en los ríos de la vida.

¡Ríos interiores!
se llevaron la pena,
esa la que brota
en las noches oscuras
o de luna llena.
Ahora soy la que grita tu nombre
buscándote en la arena
en la que quedó grabado
y sé que el río de la vida a ti
me llevará.

Ya mi alma no llora,
ni fluyen más mis lágrimas
porque te encontré
y siento que te aproximas
como golondrina buscando su cálido nido.

¡Ríos interiores!
traigan rápido a mi amor
entre corrientes alegres
hechas de pasión y caricias
de fronteras herbosas
y déjenme una rosa,
rosa de agua en mis ensueños.

Quiero que desemboquemos juntos
corriendo entre orillas
que se llaman los días más felices.
¡Cómo nos encontramos los dos
en el mundo de la vida!.

Estábamos esperándonos uno al otro
y ahora nos reconocemos después
de tantas peregrinaciones por nubes,
aires, temblores,
encontrando la verdad
definitiva y jubilosa de nosotros dos
juntos en una unidad radiante de la vida.