
Escuchemos juntos una dulce melodía, armoniosa que nos permita danzar juntos con ansias de seguir viviendo el hoy hacia un futuro pleno de promesas.
Herida de amor, mis pasos te seguirán buscando como visiones de sones acompasados y correré a regiones ignotas en un pentagrama vacío que busca y no encuentra sus notas que en lejanías se esconden y se guarecen en frondas de tupidos follajes.
No lo entiendo, no logro entender como se puede herir de esta manera, ¿por qué después del sol radiante, la fría noche se hizo eterna? y él, en quien creí, estalló como una copa de fino cristal en mil pedazos que impregnaron el aire en un vacío irrecuperable.
Ciertamente prefiero lo que parece ser amor y dejarme cegar con tu infinita luz que me consume.
Herida de amor, cuando escucho tu voz y mi corazón lleno de lamentos comienza a golpear aceleradamente mi pecho.
Quisiera tener alas para volar y estar a tu lado para acompañarte y apoyarte. Cuantas más piedras te arrojen más alto haré mi pedestal de gloria para ti. Lo importante es levantarse ¡fuerza!
¿Por qué siento que mi mundo está apartado entre soledad de soledades entre mil noches sin lunas?
Herida de amor, la lluvia desgrana el gris de tu mirada, mi angustia se prende en cada gota agonizante.
Herida de amor, tú me regalas el recuerdo de tus ojos, plomizos y aleteantes. Eres el fino aliento de la aurora y un abrazo de sentimientos mansos.
Herida de amor, eres en mis días de tormenta, claridad que perfora nubes.
Herida de amor, eres la placidez del agua que en mi piel revolotea y mi sangre te llama y te siento mío para siempre.
Corazón con alas de ciudad. Voz de horizonte y de queja solitaria. Ojos de jacarandá madurados en la nostalgia.
Herida de amor, no quiero que el sol me despierte, quiero seguir soñando contigo, tu recuerdo y tu figura las tengo en mis ojos, clavadas como dos luceros, te tengo a ti en mi alma y prendido en mi corazón