Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 26 de septiembre de 2011

Herida de amor



Escuchemos juntos una dulce melodía, armoniosa que nos permita danzar juntos con ansias de seguir viviendo el hoy hacia un futuro pleno de promesas.
Herida de amor, mis pasos te seguirán buscando como visiones de sones acompasados y correré a regiones ignotas en un pentagrama vacío que busca y no encuentra sus notas que en lejanías se esconden y se guarecen en frondas de tupidos follajes.
No lo entiendo, no logro entender como se puede herir de esta manera, ¿por qué después del sol radiante, la fría noche se hizo eterna? y él, en quien creí, estalló como una copa de fino cristal en mil pedazos que impregnaron el aire en un vacío irrecuperable.
Ciertamente prefiero lo que parece ser amor y dejarme cegar con tu infinita luz que me consume.
Herida de amor, cuando escucho tu voz y mi corazón lleno de lamentos comienza a golpear aceleradamente mi pecho.
Quisiera tener alas para volar y estar a tu lado para acompañarte y apoyarte. Cuantas más piedras te arrojen más alto haré mi pedestal de gloria para ti. Lo importante es levantarse ¡fuerza!
¿Por qué siento que mi mundo está apartado entre soledad de soledades entre mil noches sin lunas?
Herida de amor, la lluvia desgrana el gris de tu mirada, mi angustia se prende en cada gota agonizante.
Herida de amor, tú me regalas el recuerdo de tus ojos, plomizos y aleteantes. Eres el fino aliento de la aurora y un abrazo de sentimientos mansos.
Herida de amor, eres en mis días de tormenta, claridad que perfora nubes.
Herida de amor, eres la placidez del agua que en mi piel revolotea y mi sangre te llama y te siento mío para siempre.
Corazón con alas de ciudad. Voz de horizonte y de queja solitaria. Ojos de jacarandá madurados en la nostalgia.
Herida de amor, no quiero que el sol me despierte, quiero seguir soñando contigo, tu recuerdo y tu figura las tengo en mis ojos, clavadas como dos luceros, te tengo a ti en mi alma y prendido en mi corazón

¿Cómo será?



¿Será esto, amor, lo que siento? Dímelo tú, mi amado.
¿Será o sólo es cuestión de tiempo?
Quererte tanto sin saber si te quiero ¡vivir! ¡morir! en un momento.
Como si nada más existiera, sólo tú y yo en este eterno tormento de supuesta felicidad mezclada con la soledad que no me deja en paz.
La necesidad de no sentir tu vacío. ¿Será esto, amor, lo que siento? o sólo un instante fugaz que desaparecerá cuando caigas tú, mi dulce amor, en el tiempo.
¿Cómo será mi vida sin que tú llenes mi universo de brillantes estrellas? estrellas que nublan mi razón y de cometas que caen a veces de golpe y me devuelven a la realidad.
Pero, ¿qué es la vida si tú no estás?
¿Será esto amor lo que siento cuando te extraño y estás lejos y siento como si fuera a morir si no te tengo?
¿Cómo será vivir sin ti?
¿Será esto, amor, lo que siento? O más una tortura, un sufrimiento, un espejismo, obra del destino este sentimiento tan intenso, a veces frágil, incierto, que me hace dudar y pensar si será esto lo que siento.
¿Cómo será separarnos? Lo distinto se alza, nos pone en pie, nos llama otra vez a vencernos por las minas oscuras.
¿Cómo serán las tempestades amantes igual que las celestes, desembocando en fúlgidas sorpresas, en más luz, en la cándida novedad de lo mismo?
¿Cómo será cuando nuestras almas dedicadas, ardientes, se buscan como por un camino que no tiene despedidas?
¿Cómo será el verso que inunda mi espíritu en noches solitarias, misteriosas, en tinieblas?
¿Cómo serán las estrofas inspiradas por ti, mi amado, mi corazón se asombra de cómo llevan todas mis ilusiones, volando como insectos de luz en sus canciones?
Quiero a mis poemas por ingenuos, piensan que vuelas, sólo porque mi frente roza tus alas de jilguero.
Los quiero por audaces, yo sé que en sus anhelos hay horizontes para los mundos y los cielos.
¿Y cómo será, amor, cuando no pueda volcar en mi papel, en versos todo el amor que por ti siento ya que siempre tendrán en mi laúd cantares y en el rosal de mi cariño, flores brillando en el fondo de mis noches las alas de mi númen.

Bien lejos



Bien lejos, desde la distancia imprevisible, te invoco, a ti, señor de mis amores y entre sílabas deslumbrantes quizás te diga: ¡Ven a mí! ¡Acércate!.
Bien lejos, por el aire, sin volar, sin tocar tierra, mi vida está suspendida sin tiempos puros, equidistante de los dos crepúsculos, solamente por buscarte a ti.
Tiempos de gozos ya idos, horas limpias, esperando nuevos alfabetos que se hacen y deshacen en rapidísimas palabras como versos tendidos en el cielo.
Bien lejos, los caminos pueden recorrerse, sin dar más que un paso, un paso que se convierte en el deseo, en la necesidad de estar con el ser amado.
Amor lejano, lejos como una estrella, tú mi amado te encuentras de mí.
Y aunque no pueda verte por la distancia mi amor se expande por toda la tierra y toda ansia se calma tan sólo en escribir versos para ti.
Bien lejos, distingo los destellos de tus besos apasionados, son relumbres, claridades, alejándose, acercándose y en delirantes titubeos los siento cerca, cerca de mí, a la sangre de mis venas que van en busca de su centro, mi corazón enamorado.
Bien lejos, vienes y vas y tu canto vive dentro de mí, alma arriba, alma abajo, cantando y recantando.
En la lejanía, cuando se va tu sol cantas estrellas, se va estrellando el alma, con los ojos cerrados, de luceros, en tu cantar nocturno, me brisas y él me entrega desde la distancia al mismo río de tu eterno cántico.
Vienes y vas desde bien lejos, desde el humo a la nada, a través de los poemas.
¡Cuántas más luces hay, más dudas tiemblan y vibran de pena mi alma toda!
Delicadas, ardientes, nuestras almas se buscan por nuestro diferir, como por un camino donde no hay despedidas.
Y al final, el hallazgo, el contacto del uno con el otro, la nueva separación vencida, la unión pura, brotando de la lejanía.
Y mirándonos en el triunfo como de un agua quieta, tú y yo, otra vez sólo veremos un rostro.
La noche no es más solitaria, ni serenamente triste, sin manto de tinieblas, nos encontramos desde lejos, bien lejos, para encender la pasión que no estaba dormida.