Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 17 de junio de 2013

Levitación increíble


Tormenta de amor

Tormenta de amor, llega una noche sin astros y entre las sombras la lluvia avanza, rodeada de misteriosos nubarrones.
De pronto el viento silba más agudo y todo se llena de visiones misteriosas.
Tú y yo estamos viviendo una tormenta de amor y yo busco un salvador escudo que me permita acurrucarme en tus brazos.
Ya los truenos errantes retumban con salvajes estampidos, en tropel se suceden los relámpagos a cuyo parpadeo te busco y te abrazo y así me siento protegida, amparada, contemplando a hurtadillas el elástico jadeo de fiera de las nubes que nos rondan como buscándonos.
Tormenta de amor, nos protegemos en nuestro nido cálido, la tormenta arrecia, chocan los truenos entre si y estallan y nos amamos con gozo y placer unido por besos húmedos, profundos y apasionados.
Hay minutos de horror en que parece que el firmamento cruje, se desquicia y en bloques gigantescos se desploma pero nosotros en nuestra barrera de amor nos protegemos amándonos intensamente.
Tormenta de amor, la tempestad en sus furores crece, es más viva la lumbre del relámpago y es el tronar más bronco y más nutrido pero no sentimos temores ni dudas, nuestro amor es más fuerte que la tormenta.
Tormenta de amor que con su rugir hace que las campanas repiquen por todo el horizonte conmovidas y en sus voces publican la dicha, el placer, el gozo que inundan nuestros cuerpos y almas.
Cuando se apaga la lumbre de un relámpago, se puebla la noche de una sombra tan oscura que se pega a nuestros ojos la tiniebla y nuestras manos, nuestros brazos, se buscan y se acarician.
Una onda de fuego arde en mi espíritu, es el amor que por ti siento.
Mi corazón se agita, siente la tormenta de amor en sus espacios ocultos llenando los espacios infinitos de mi alma sedienta de ti.
Tormenta de amor, se desata la lluvia, bajo el soplo de un viento huracanado que sacude los árboles, diluvia y sordamente crujen bajo el agua los truenos y los vientos, nos cobijamos bajo nuestro manto, cálido de amor, temblorosos y apasionados.
De nuevo el rayo entre las nubes vibra, su fiera luz, los truenos corren de nuevo y en tumulto braman y tú y yo ocultos en nuestro nido celebramos el amor que reina en nuestros corazones.
¡Por fin, desde la altura, de un cielo profundo, las estrellas con compasión y ternura, dejan caer sus luces sobre el mundo!

Tormenta de amor, ¡qué felicidad inolvidable vivimos tú y yo, juntos, muy juntos!

Aquí estoy

Aquí estoy bajo la desgarradora soledad de tu recuerdo consumiendo mis temblores, devorándome mis gritos bajo tu piel fantasmal y traicionera que me ahoga desde esta distancia tan presente.
Te siento, estás en mí como una mariposa de fuego y de tormenta.
Me ahogas, me arrancas el alma en cada abrazo, me desarmas el corazón en cada beso.
Ya no sé definir en la distancia si estás presente en este Hoy o en la lejanía en tu ausencia.
O si es en tu ausencia tan fuerte, tan poderosa, tan sentida y arrogante que vives presente siempre en mis formas afiebradas.
Aquí estoy, te busqué en el horizonte, en el cielo, en el mar, que activo como la ola, la ola desnuda y sola que estalla en cada cabriola y se desangra al llegar y no te encontré.
Aquí estoy, un hondo estremecimiento se aquerenció en mi interior y destelló en rededor, creí que estabas conmigo y un símil de paraíso, un horizonte plomizo, desembaló la mañana y claveteó en mi ventana un cielo gris y oscuro, tú no estabas.
Aquí estoy, el pájaro que crecía dentro de mí, desangróse, rastro quedó de su goce en mis manos desoladas, entristecidas y moradas, donde la piel impaciente, incuba un día siguiente que acaso no ha de tomar.
Aquí estoy, esperándote, mi memoria se pierde, mi cuerpo pesa apenas y hasta la sangre en las venas más que andar, se detiene.
Un mundo como de sueño del mundo que se volvió sueño desde el confín de la playa.
Aquí estoy, aguardo con desespero, con angustia, atónita mi voz calla.
No ha de escalar lo indecible y cuestionar lo visible, excede mi entendimiento.
¿Por qué no vuelves?
Todo parece un paseo por un cuento y ¡fue duro el despertar!
Escribiré al borde de mis heridas, escribiré cada vez que mi cabeza recuerde que como piedras rueda por las calles estas lágrimas que ya no tengo, ahora que las tardes duermen y las noches van de madrugada al instante húmedo de mi único deseo.

Aquí estoy, me iré a mi jardín convidador me llama, cuando en rosas, jazmines, geranios, estalla o verdea, dándome paz a mi alma para que cante bajito, sin ahondar las pisadas, con un dejo de gozo y otro dejo de lástima me olvido de ti, me alejo, ya no te espero, no eres más mi desespero, eres tan sólo un fantasma más.   

Estar juntos

 ¿Cómo será estar juntos? Cuando hallamos lo igual de ti y de mí, descansa el amor de su lucha, sobre triunfos floridos que en el beso se cumplen.
Dices que te miras en mis ojos, que vives enamorado de ellos, que te roban la ternura más profunda y son dueños de todas tus pasiones.
Eres el fino aliento de la aurora y un abrazo de sentimientos mansos.
Estar juntos, necesito tenerte cerca y es prohibido lograrlo, por eso no quiero saber si te amo.
Nos entendemos como la arena con la arena, el agua con el agua, la luz con la luz, solamente nos separan latiendo y nos llaman, ávidas las victorias futuras esperando.
Estar juntos, manos ruborosas, plenas de caricias y de calor, cuerpo de mármol y perfume, brazo de estatua esculpido por la pasión fresca de mis formas tuyas.
Estar juntos, hoy la lluvia ya cesó, por mi ventana el sol ilumina mi cara, los rayos anidan en mi alma, mi pasión fluye al recordarte, te tengo prendido a mi corazón.
Ámame para que sea mi piel de abeja tibia, palpitación entre tus dedos de sal y prendida en mi corazón al tenerte a mi lado una catarata de pasión fluye desde mis entrañas.
¿Por qué siento que mi mundo está apartado entre soledad de soledades entre mil y una noches sin luna?
En mi alma herida eres el remedio que la cura. Te siento. Eres en mí como una mariposa de fuego y de tormenta, me arrancas el corazón en cada abrazo, me desarmas el alma en cada beso.
Estar juntos, en esta noche de pasión te siento mío.
La lluvia desgrana el gris de tu mirada, mi angustia se prende de cada gota que me regala el recuerdo de tus ojos plomizos y aleteantes.
Eres en mis días de tormenta la placidez del agua que en mi piel resbala y acaricia.

Estar juntos, toda mi sangre te llama y te siente mío para siempre.