Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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lunes, 12 de enero de 2015

A través del cristal


En las alas de tu cielo


En las alas de tu cielo,
como una flor no lejos de la noche,
mi cuerpo mudo
se abre a la urgencia del rocío.

Me has hecho volver
a la memoria de mi cuerpo,
a comprender lo que dice mi voz,
a que flores amarillas
constelen por doquier
mi círculo de tierra azul
y que el agua tiemble
 llena de enredaderas marchitas.

En las alas de tu cielo,
vuelo hacia ti, buscándote
y toda mi alma siente su curso
como las estrellas que vivieron
 en valles floridos de la tierra
y besaron tus labios amados.

En las alas de tu cielo,
en la inmensidad,
aún bajo la luna triste y taciturna,
vago en pálida soledad
como vagabunda del cielo y de la tierra,
con la perenne inquietud de encontrarte
 y encerrarme en tus cálidos brazos.

En las alas de tu cielo,
no me dejes en el profundo vacío
donde languidece de sed
el alma mía,
esperando saciar
mis ansias dormidas.

Ahora, sintiéndote mío,
la noche se astilla de estrellas
y mi alma se inunda de música celestial.

Eres el sustento de mis alas
y yo para ti, las alas de tu vuelo,
sé que sin ti,
caería en un abismo hondo y sin retorno.

En las alas de tu cielo,
 la luz nos separa
y alargando nuestras manos
no se alcanza el cuerpo de la dicha,
sólo se palpan soledades nuevas,
ofertas de la luz.

Y la distancia en vuelo
es distancia, son leguas, años,
cielos, es la luz lejana.
Y vuelo hacia ti, pisando horas y horas
para que nuestro encuentro gane,
al fin del día, la orilla oscura
en que cesan las pruebas de estar sola.

En las alas de tu vuelo
 el querer se anida en la tiniebla
 y pienso que con decir un te quiero
 la felicidad contestaría
con amor y luz
en nuestras almas.

Tú eres las alas de mi fantasía,
has retornado a tu cielo
y apenas te has marchado,
 yo ya te espero.

Todos tus movimientos,
pasos, latidos, ansias, quietud
aunque arrastrar te quieran
 hacia una soledad celestial o terrestre,
no te saben llevar lo que estás queriendo,
te vas pero en pleno vuelo te acercas,
pronto, más tarde, luego.

Ahora tus alas
 te llevan a tu cielo
pero tu corazón late
en todas las vagas sombras, tenues
que en la alta noche
estrellan el azul del silencio,
todas suenan a ecos.

Mi alma te espera,
tú lo sabes y vienes solo hacia mí,
en ese largo rodeo de vuelos
que das para volver.

Diálogo de miradas


Nuestras miradas se encuentran,
se buscan,
hurgando nuestras almas
hasta lo profundo,
buscando sin casi rozarnos
el amor que nos envuelve.

Nuestras miradas juegan
en una expresión de júbilo,
de alegría, de compartir,
de reír en una felicidad plena
de fantasía entre lágrimas
detenidas en el instante justo.

Diálogo de miradas
entre ensueños de sonrisas
como preámbulo de lo que va a llegar,
de lo que está por venir,
en abrazos emocionados
con versos que nos cobijan en esta vida.

Diálogo de miradas
que nos dan alivio,
respuestas, soluciones,
emociones intensas,
sugerencias de silencios,
embrujos, sortilegios,
magias que te rodean
y te envuelven en un capullo de amor.

Diálogo de miradas
que nos hacen sentir
como realmente estamos,
flotando en un espacio tiempo misterioso…
pero también mágico y amoroso
entre nostalgias de gozos.

Miradas que como luces de la noche,
chisporrotean sus colores de pestañas,
entre la llovizna de poemas,
la luna, las estrellas
en un lenguaje secreto e íntimo.

Diálogo de miradas,
intenso, excepcional
que nos lleva a una inmensidad de vida
única e invalorable
dándonos el amor que tenemos
guardado muy hondo.

Nuestro diálogo de miradas
nos lleva a una sintonía con lo Eterno,
en el plano real,
lejos del ideal e imaginario.

Diálogo de miradas,
fluidas, sin reservas,
se teje con hilos infinitos,
que como gotas de lluvia,
transparentes y limpias
nos llevan a una visión nueva
y clara de la vida.

Diálogo de miradas
que en el darse el espíritu
se engrandece
y en el recibir se alegra.

Iremos juntos como el viento,
nómades que transitan
por la expansión del universo todo.

Mis senderos


Mis senderos me conducen a ti,
la distancia es como el viento,
porque agiganta los grandes amores.

Caminé por la vida
por senderos desconocidos
y nunca pude decir
¡Este amor es sólo mío!

Mi vida entera la colmaban mis prosas
y mis versos que me recorrían por dentro,
pasando lentamente,
escribiéndole al Universo

Y llegaste tú suave,
tierno, subyugante,
dándome ese amor embriagante,
abrazando mi corazón
con tu cálida ternura.

Llevándome a tu mundo
entre dulces locuras,
diciéndome con dulzura,
porque te conozco te amo,
te veo a ti
a través de tu poesía
que me seduce y subyuga,
nunca te olvido,
¡vives en mí!

Mis senderos,
los de antes, pedregosos,
peligrosos, insalvables,
ya no existen,
marchaba sobre ellos
erguida como quien vence
pero con un morral de sueños fracasados.
Tropecé en mi afán por encontrarte
y me di de bruces,
muchas veces fueron.

Hoy,
ya no busco otros senderos,
en tu amor mis ojos hoy se posan,
siento tus manos en mis hombros
como alas para llevarme a tu lado.

Escribo un poema a mi tierno amor distante,
una oda a su voz,
de ésta,
su mujer amante.
Afinidad de sentimientos
en la vida y en el amor.

Mis senderos me llevan a ti,
para estar contigo,
darte el amor que siento,
unir las fronteras,
cruzar los cielos y mares para amarte,
ahí en tus bellos lugares.
Sendero tan cercano,
que unirá dos corazones,
para entregarse su amor,
sus besos e ilusiones.

Tapizarán con su sentir
el manto tisú de la noche
y la luna será celosa,
al hacer del amor derroche.

¡En la distancia tú y yo
vamos tejiendo mil fantasías
sobre ese sendero
que unirá nuestras almas y lejanías!