Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 27 de noviembre de 2015

El beso


Pérfido corazón


Pérfido corazón,
con hábiles maniobras
y lastimando mis sentimientos
tu ingratitud me invadió
hasta lo más profundo.

Me heriste con tus maliciosos juicios,
ignoraste u olvidaste
todos mis esfuerzos
para darte lo mejor en tu vida.

Fuiste un baluarte para mí
cuyos muros cayeron por tu incomprensión
y tus desalmados sentimientos.

Pero aunque todo sea un gran todo,
trataré de que parezca una nada.

No quiero recordar tus perversos esfuerzos
para herirme y lastimarme.

Rompiste mi corazón con tu hábil indiferencia
pero cruzaste la línea con ladina porfía
y supiste hacerme sufrir
hasta que un manto de lágrimas
cubrió mi pecho.

Ahora ya no quiero
saber más nada de ti.

No eres nadie en mi vida,
fuiste el todo,
mi ternura,
mi amor,
mi protección,
mis cuidados,
todo eso ya ha desaparecido
en el espacio infinito de la nada.

Todo tiene un principio y un final,
lo que sentí por ti se terminó ahora busco un sino,
un sendero,
una luz,
donde refugiarme a curar mis heridas
las que tú causaste y no me verás más,
para ti desde hoy no existo, soy invisible.

Comprendo que nunca comprenderás
el daño que me hiciste
y en algún momento de tu vida
cuando yo ya no esté pensarás en tu actuación cruel
y mezquina hacia mí pero ya no tendrá solución,
lo pasado ya fue.

Empezaré a vagar sola encontrándome conmigo misma,
buscando donde está la verdad,
cuál fue mi error,
en qué camino de errores me sumergí
para no volver a cometerlos
y en el hondo silencio de la noche
encontraré las respuestas aún dudosas
de por qué recibí estas heridas
sin haberlas creo provocado.

La memoria del corazón
elimina los malos recuerdos
y magnifica los buenos
y así podré sobrellevar lo que sucedió esa noche,
a quien quise tanto y por celos,
envidias,
rencores,
me destrató y surgió su furia
queriéndome hacer pedazos.

Ese hombre nació de mis entrañas,
un fruto hermoso que colmó mi vida,
fue lo más querido,
lo más preciado pero hasta hace poco
se transformó por los pasos de la vida
en otro ser deshumanizado
y sin sentimientos buenos.

Ya la vida lo llevará por otros caminos,
donde su corazón cerrado
se abra al espacio sin fin del amor.

Yo no lo veré ni lo sentiré,
pero son mis deseos los que lo lograrán
y podrá encontrar el camino de la verdad.

Cuando la razón indica decepción
hay que darle paso a la razón
para que no sufra el corazón.

Desde hoy mi tarea es llevar mi vida en alto,
jugar con ella,
lanzarla como una voz a las nubes
a que recoja las luces que se me habían ido lejos.

Ese es mí sino:
vivir plenamente entre risas,
alegrías,
olvidos y amores renovándome cada día
para encontrar la luz de la plenitud
llenándome de gozos con alas por el aire
como las mariposas o las nubes flotantes.

Contigo soy feliz


Contigo soy feliz
(sueño día y noche con estar a tu lado
y en mi duermevela busco tu alma clara y abierta
por caminos anchos y altos muros para guardarlo,
escondida sólo para mí).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(siempre me pregunto dónde estás,
si tú no estás ausente te siento conmigo,
veo tu cuerpo alto
que se termina voz como en humo la llama,
en el aire impalpable).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(me inspiras tropeles de versos
que abren las alas y vuelan
levantando un tembloroso remolino
de cadencias que nacen de mi amor por ti,
son frases nobles,
cláusulas marmóreas,
blancas que lentas pasan al pensar en ti).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(el silencio nos une,
el hondo que nos hace llegar
a lo profundo en nuestras almas
quebrando surtidores delicados,
en la tierra de lluvia recién mojada
llamándonos con su húmeda voz
desde un mundo muy remoto a otro mundo
muy lejano siempre unidos).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(cada amanecer flores acaban en rimas,
versos que empezaron tallos
hasta el jardín más quedo va floreciendo
por el amor insólito que acomete
por los altos riscos azules del aire).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(te siento tan cierto y mío,
seguro que hoy,
que aquí,
que tu evidencia
es el filo con que me hiere tu abrazo,
se gastarán tus caricias en días y noches blandas
y poco a poco te voy queriendo más,
amor,
no quiero que te vuelvas recuerdo,
sombra esquiva entre mis brazos).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(en nuestro lenguaje sutil
cuando los cristales duplican
el blanco disco de marfil de la luna,
nos unimos y nuestras voces tiemblan
plenas de ansiedad y muchas veces,
misteriosas frases de amor vuelan
como visiones que se ocultan al llegar la aurora).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(sin querer,
te quiero,
el estar juntos…
tiene saber a poco,
siempre que estoy a tu lado
cada día quiero más de ti,
eres mi silencio azul en las etéreas alas
que descienden por diáfanas escalas
a las aguas turbulentas y profundas
que inundan nuestras almas).

Mi felicidad es estar a tu lado.

Contigo soy feliz
(nuestro paso armonioso nos lleva en plena noche
por el campo abierto.
Los astros nos observan con tenue empeño
y las lomas echadas de bruces nos miran en silencio).

Juntos somos uno,
aspiramos la calma que nos une,
con perfume a trébol mientras se alborozan
todos nuestros recuerdos de nuestra vida juntos
y la luz nos ilumina de puntillas,
en el alba lanzándonos a las nubes
para amarnos siempre como voces.

Crónicas de amores vividos


Crónicas de amores vividos,
dormidos en el dulce rincón
de los recuerdos guardados.
¿Por qué volvéis aquellos,
tristes y olvidados
a la memoria de placeres perdidos?

Amores vividos en ayeres de ayeres,
en el hoy,
en el ahora,
los quiero porque sus alas sobre mi sien,
flotaron, yo sé lo que me hicieron sentir,
yo sé lo que me hicieron soñar,
todas las vibraciones
y latires que sentí en cada segundo
en mi laúd con sus cantares.
Crónicas de amores vividos,
historias inolvidables,
imborrables de mi existir.

Mi mente se abre
para que los relatos me salven
de una soledad infinita
que se despliega en un abanico romántico.
Las prosas poéticas de amor
que me inspiraron en mi vida esos amores,
las que dejaron huella,
las que me marcaron
con sólo nombrarme en mis labios,
se hundieron entre las ruinas
de algún idioma inmerso en la Tierra.

Crónicas de amores vividos
que me hacen cantar ebria de dicha
y de emoción cuando pronuncio nombres,
fechas, lugares,
minutos, segundos,
vividos cada uno con total intensidad.

Mi espíritu todo se envuelve de luz
como una aurora y su resplandor rosado,
mis amores vividos,
se hacen realidad,
plenos de místicos aromas
acallando toda pena,
mitigando todo afán.

Crónicas de amores vividos
que por haber vivido
encienden el sol
como lámparas de cegador rubí
y en mi paraíso de cristal
y agua mil besos me buscan,
acarician mi piel,
descubriéndome toda,
lentamente,
sin temores ni dudas porque mi cuerpo impar,
tenso y desnudo
ya no se hará visible más
que para el único amor verdadero.

Y creo que me aman,
alguien ya sabe que existo,
que puede estrecharme entre sus brazos
y que por eso lo amo.
Crónicas de amores vividos,
así la vida pasa feliz entre las flores,
los cantos y fulgores de intensos amaneceres
sin que se enturbien los sentimientos
en su diáfana transparencia,
el no tener mañana
como no se tuvo ayer.

De las fugaces dichas las palabras,
las ideas,
las prosas como emblemas
van a las hojas de cada flor,
se van a su perfume,
se dispersan en cantos,
buscándote a ti,
el que hizo palpitar y vibrar
mi corazón con todo su ardor.

Y entre un gran humo de pájaros cantantes,
el relato de mis amores,
entre las brisas se alza y asalta
su magnífica vastedad.
Siguen el reflejo del agua en playas virginales,
sin reposo,
porque el mar se resiste,
ola tras ola a que se escondan
las huellas de los cuerpos.

Crónicas de amores vividos,
quien va a dudar de las historias que dejaron signos,
deslizándose entre las leyes más antiguas
que los dioses abrieron en la tierra,
los gozos,
las dichas,
los placeres.

¿Quién va a dudar de esa verdad tan clara
en las antologías en todos los idiomas
que el amor tejido
entre coronas en noches invernales
es lo más perfecto y deseado del mundo?