Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 22 de mayo de 2020

La luz en tu mirada


Ensoñación

 

Ensoñación,
me transporta a mundos de amores vividos
en pleno existir del alma.

¿Dónde se esconden los sueños?
¿Están entre los duendes,
las hadas,
los gnomos,
las mariposas transparentes,
las crisálidas de seda,
los brotes de flores de loto?

Ensoñación,
canciones sonoras que flotan en el aire
diáfano de un día especial,
el Hoy,
el día a día pleno de felicidad
y amor a todos mis semejantes.

Sueños locos,
descarriados,
distraídos,
que me conducen sin darme cuenta
a momentos disímiles,
escondidos en el orillar del mar.

Ensoñación,
entre latires y palpitares la sangre vital corre a prisa
por las venas del cuerpo llevando entretejidos
los recuerdos de caricias no olvidadas.

¡Y,
ay,
cómo quisiera ser una alegría entre todas,
una sola, la alegría con que te alegrarás tú!
Ensoñación,
¡cómo desearía ser un amor sólo,
el amor del que tú te enamorases!
Veo declinar la tarde mientras voy caminando lento
entre las sombras de las horas
y la nebulosa de los recuerdos imborrables.

Ensoñación,
¡qué tenues los suspiros de la tarde!
¡Qué dulce es el bramar del océano!
Si parece le hace guiños a la luna
y parece en su coloquio más humano.

Ensueño de un amor ilusionario
que impele en nuestras almas la quimera,
destellos como luces que se encienden
en fulgores de firmamentos lejanos.

Ensoñación que nos conlleva
a la viva caricia de la brisa,
las flores de un color mas encendido,
hay más risas y alegrías en el aire
y se acaban las tristezas en olvido.

Ensoñación,
me haces ascender la vigilia en mis ojos
para recoger tu imagen amada y primigenia,
haces nacer al son de mis deseos viola de amor,
canciones puras,
palabras de amor llevándome
a la cima de los cielos con la tierra.

Ensoñación,
plena de sueños de amor
entre aires estremecidos de ternura
y bajados de altísimas esferas,
perdida me haces sentir por siempre
en tu embeleso sin sentir
el cercado de tus ramas.

Ensoñación,
colmada de verdes esperanzas
que se nutre entre delicias y caricias
naciendo de mi alma los poemas,
las prosas,
como jóvenes olivos recién brotados.

Ensoñación,
secreto que veda tu figura crecida entre pinos
y lloradas mas llena de amor con intención de amar
de mis cantares y así alcanzar la cumbre de tu nombre.

Ensoñación que sacude las bases de mi sangre
y hace aparecer tu nombre contra el cielo,
amor,
que desnudándote caminas sobre el muro
que cerca mi silencio.

Sedúceme


Sedúceme,
conquístame con tu voz profunda y única
y tus palabras colmadas de amor
que llegan a lo profundo de mi alma
dominando mi razón y rasgando mi piel.

Aún en tus silencios tu voz me acaricia,
me subyuga,
me estremece en un letargo impreciso
que el tiempo desgrana.

Sedúceme,
sin siquiera tocarme,
haz que mi deseo tiemble entre delirios,
ilusiones,
incertidumbres.

Necesito vivir en un rincón de tu presente
y que mi imagen la guardes
atiborrada de recuerdos.

Sedúceme tan sólo con tu voz
en un aire silencioso
que como bálsamo errabundo
me busca en la oscura lejanía.

Te siento pero no te tengo,
mi cuerpo mudo de cariño
necesito ser pasión en polvo de cenizas
para que me armes con tus besos redentores.

Sedúceme,
tendrás que hacerme hoy y fuego,
vivir presente en mis formas afiebradas.
Necesito reír contigo,
escuchar con tu voz de horizonte tibias
de palpitación tus palabras de amor.

Enséñale a mi boca a que te busque
en la intimidad del silencio,
en la compañía del pensamiento.

Sedúceme poco a poco,
despierta todo lo que en ti provoco
que me hace pensar que necesito tu risa y alegría
cada vez que me llamas.

Estás lejos,
lo sé,
pero te siento tan cerca
que me llega tu sabor a gloria de tu alma
y tus coqueteos me hacen estremecer de placer.

Sedúceme con tacto
como si fuera seduciendo al viento
o como desojando una rosa
y dime como enredarías tus dedos entre mis cabellos,
hoy los he peinado con perfume de sándalo.

Dime lo que quieres
con mezcla de ternura y de ansias locas
que penetren en mi alma
que te está esperando.

Sedúceme como distraído,
respira profundo,
acércate a mí con tu voz serena,
con tus palabras que como caricias
hacen vibrar mi cuerpo y sentir ese tu aroma
de flor de azahar sobre mi cara.

Quiero sentir cerca tu aliento cálido y dulce,
que no se apague la débil flama
de este amor febril recién iniciado.

Sedúceme con tu encanto,
átame con tus deseos desde tan lejos,
confiésame tus anhelos y déjame vivir en tus sueños.

Te nombraré en mis suspiros,
te dibujaré en el pensamiento,
te querré con los sentidos
y te entregaré mis sentimientos.

Sedúceme hasta en mis sueños,
que tus dulces palabras de amor repiquen
como ecos en mi alma que te espera ansiosa
con deseos de compartir contigo
todos esos distantes de estar juntos
con gozo y placer.

Los fantasmas del recuerdo


Los fantasmas del recuerdo,
 esos,
 los que pueblan mis sueños,
los que me acosan en instantes imprevistos,
 los que inundan mi alma
 de momentos inolvidables,
los que a su amparo,
en breve tiempo recorren mi vida.

Los fantasmas del recuerdo,
se mantienen a veces
como formas misteriosas
 en las largas avenidas de mi existir
y revivo paso a paso mis alegrías,
mis desilusiones,
mis pérdidas,
mis amores,
mis vivires.

Pasan como un aire raudo
 a través de espejos acrisolados,
rompiéndose a veces en pequeños cristales
que se estrellan entre los pensamientos silenciosos,
encendidos de deseos de amar
que emanan de mis recónditos adentros.

Los fantasmas del recuerdo sacuden
 las bases de mi sangre y aparecen nombres,
 fechas,
 lugares contra el cielo de mi alma
sobre el muro que cerca mi silencio.

Me llevan a la luz
 que derroté en el tiempo del olvido,
el limitado amor que se me ofrendaba.

Los fantasmas del recuerdo
 son mi apoyo de ayeres vividos,
 desaparecen de pronto sin saber
 por qué pero regresan y se funden uno a uno,
uniendo los peldaños de mi vida,
que en este otoño
ya han alcanzado la cumbre del vivir,
escribiendo las palabras ungidas de amor
 para que inunden cielos
 y horizontes por doquier.

Los fantasmas del recuerdo
 son signos que orillan mi hoy,
con un temblor tocado de rocío
en un viento por vientos perseguido
 hurgando la raíz de mis sentidos.

Mis sentidos crecen
al acercárseme los fantasmas del recuerdo
y en flamígeras imágenes por los aires
en círculos amarillos van,
filosos como piedras,
hundiéndome en el frescor
 de la creación primera.

Los fantasmas del recuerdo
hacen renacer vidas pasadas,
me llevan al viento caliente
 de estío vivido con intensidad en las orillas
del mar embravecido.

Quiero,
 tan sólo ir perdida por siempre
en los momentos dulces y tiernos
pasados como ráfagas fulminantes pero eternas.
No quiero ver fuegos que me hicieron arder,
sangrar de dolor mi corazón
y derramarme en mares de llantos.

Los fantasmas del recuerdo me hacen perder,
en pocos instantes,
mi albedrío,
encadenándome a hechos sufridos,
 plenos de deseos malsanos.

¡No quiero que regresen todos,
sólo los que me llevan a envolverme
en capullos de felicidad y de dicha!

Los fantasmas del recuerdo
 arden en mi espíritu
como una onda de fuego
y una racha glaciar me toca levemente,
llenando los espacios infinitos
 de dudas que en mi hondo
 interior aún perduran.