Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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viernes, 7 de febrero de 2020

Las letras duermen


Aflicción


Aflicción, sentimiento que invade mi alma
cuando no estás a mi lado
por tu falta de amor vibrante y único.
No quiero sombras de amor,
 sí la luz entre nosotros
sin que divida el zócalo del viento.

No te quiero rezagado en mi camino,
que en tus suaves manos me eleves
a las nubes altas contra el viento
ya que eres el manantial de la dicha.

Aflicción,
la añoranza me lleva a pensar en tí,
en tu mirada cálida
que me hipnotiza como un picaflor embelesado
que adivina el pulso de mi sangre
que entrega el secreto de mi alma alucinada,
despertando el recuerdo
de nuestros sueños alcanzados.

Aflicción,
 evoco tus palabras
que trastornan y apuran mis sentidos
más profundos
y el deseo de estar en tu isla encallada
ya que hambrienta de amor
soy una llama que tu cuerpo reclama
sediento de ternura.

Aflicción
de estar en nuestro lecho entibiecido
con pena de sentirte lejos,
 extraño en mi mente
y en mi cuerpo la dulzura
y tus gestos que trastornan mis sentidos.

Padece mi corazón un miedo tibio
que pasa lentamente a mis dedos
batiendo el aire que me sigue
 y me lleva hacia tí, amado mío.

Aflicción,
búscame en verdes alamedas de cristales
porque mis versos,
mis palabras de amor,
se anidan entre crisoles
queriendo llegar a un gran espacio blanco
 donde fulguren, brillen y guíen tus pasos
hacía nuevas huellas.

No te detengas nunca,
cuando quieras, búscame,
porque mis brazos forzarán
el hombro de la noche
para que vuelvan tus labios a los míos.

Aflicción,
se mueven tus distancia,
 te acercas con la intención de fuerza
de un amante entre luces y sombras,
de mundo y ser,
de afán y tiempo,
inverosímil tregua con la dicha
de no ser más errante por el tiempo.

Me apaciento en tu valle
y entre lirios y jazmines,
desnudo tu luz en mis pupilas
y un soplo altanero, leve, estremecido,
me entrega tu amor entre goces,
susurros, sonidos
que hacen nacer en mi suelo
hasta tu frente una hiedra de amor estremecida.

¡Ven!
¡Te estoy esperando!
¡No más nostalgias en mi vida!,
quiero despertar contigo a mi lado,
sentir tu piel a mi costado,
recostando mis pupilas en tu contorno ya cierto,
no delineado
mientras recorro un sol enamorado
las largas avenidas de tu cielo.

Aflicción,
no más pena, no más ansias,
ni nombres recogidos de tu boca
porque sólo son color
en la música del viento.

Renacer cada día


Renacer cada día,
en un amor de éxtasis en noches encantadas
sintiendo el mágico sentir de la vida
donde el tiempo se escurre entre mis dedos.

Quiero sentir contigo las tormentas triunfales
incorporándonos hasta los truenos
y columpiándonos en sus hilos dorados.

Renacer cada día, ofreciendo mis más íntimos madrigales de amor
 a ti, mi amado,  llevándote
por los misteriosos laberintos de mis sentimientos.
Mi tiempo de canto versado ha de seguir,
entre mis prosas he guarnecido de auroras mi soledad,
levantando mi voz con cuerdas de resonancia en mis manos.

Renacer cada día, evocando odas
y caminando por líneas de pasión entre mayúsculas de libertad.
Amo la naturaleza junto a ti,
cuando busca su calor la solitaria gota de rocío
en el pétalo de una perfumada flor.

Al fondo de los profundos océanos astrales
buscaré en pos de la potente luz
que exigen nuestros espíritus,
abrigando ilusiones en las noches de euforia,
plasmando los sueños en hojas sueltas,
flotantes, que el viento agita llevándolas a tus manos.

Renacer cada día
 en poemas que envueltos en su crisálida aspirante al vuelo,
en su gozoso existir nos unen entre frases de amor
que van brotando florecidas.
Renacer cada día contigo a mi lado,
tú estás en cada espacio de mi esencia.
Si respiro tus sueños despierto en tus pensamientos.

Soy la que ya no vive si no estás a su lado.
El amor surge en cada amanecer,
esperando renacer cada día,  llenando mi alma de amor.
En cada palabra, en cada frase de amor,
expreso lo que siento en mis horas solitarias
en las que no dejo de pensarte.
Clamo por ti mi amado amante, tú eres la luz de mi esperanza
y tú mirar me enciende y me arrebata.

Renacer cada día, donde evoco tu presencia
y mi alma ansiosa en melodías te envía como mensajes,
 letras de amor,  por todo lo que por ti siento,
brotan entre suspiros nostálgicos
donde se esconden las prosas que tú inspiraste,
mi numen, el único y verdadero en mi vida.

Renacer cada día, sin rendirnos jamás.
En volandas, en un equilibrio estremecido,
me alzo hacia el azul cielo
en un puro silencio de nuestro existir,
en una gran pausa entre vida y muerte
porque así se crea el escenario de un gran amor.

¡Qué mágico milagro de nuestro destino
que nos estremece en este vivir gozoso!

Mi único amor


Tú,
mi único amor
el que me endulza la vida,
 me hace volar
por cielos abiertos,
 entre nubes de algodón
y pájaros perdidos.

Eres el milagro esperado
me envuelves
en mantos entrelazados
 de tules y lentejuelas
 haciéndome sentir vibraciones
y latidos
que estallan cual cristales lejanos
entre estrellas fugaces.

Tú, mi único amor
te busco
entre altos bosques de bambúes
que impiden que tu sombra se refleje
 clara y precisa
en mi mente anhelante
de tu presencia fuerte,
enhiesta,
verdadera.

Eres el milagro esperado
entre campos florecidos
de amapolas de dulce néctar
quiero estar contigo
en ese lecho de amor de flores
para que tus brazos
 estremecidos de placer
 me hagan gozar
momentos
 largamente esperados.

Tú, mi único amor
necesito el clamor de tu voz melodiosa,
seductora,
con matices de un querer apasionado
que se acerca imperceptiblemente,
 encendiendo mi corazón
con deseos vehementes.

Eres el milagro esperado
la luz que se encendió
entre los dos,
de a poco,
despacio,
 haciéndose una llama de amor viva
 que fulgura en el Universo
a través de tinieblas,
vientos huracanados,
 cometas de fuego.

Tú,
 mi único amor
la distancia nos acerca
 aún a través de la lejanía
 uniéndonos en instantes exuberantes
de amor puro,
 límpido,
único,
expectantes los dos
de estar juntos amándonos
 hasta el fin de los fines.

Eres el milagro esperado
lágrimas de alegría
 desbordan mi rostro
mojando mi cuerpo
con gotitas de felicidad
al estar en tus brazos,
 sintiéndome amada
con profundo placer.

Tú, mi único amor
no me abandones nunca,
eres mi numen,
mi inspiración,
mis palabras de amor,
mis poemas,
mis prosas puras
y vírgenes
nacen,
crecen,
se vuelcan en hojas chamuscadas,
 esperándolas con ansias
 para hacértelas llegar
a ti,
 mi único amor.