Mi Verso es un Canto

Mi verso es un canto, se desliza en mis hojas en blanco como un cisne en aguas de un lago, despacio, con ternura y paz.

La tarde pura de mi verso me da gozo al corazón y calma a mi alma.

Mi verso son lentas escrituras como el humo gris de las fogatas que lleva el viento sur por las noches hacia las estrellas.

Mi verso es un canto de campanas al vuelo, que trepidan el aire con su música de plata.

Solas las palabras con suspiros en suave tiempo imaginario rumorea una cadena de flores en transparencia de sueños.

Mi verso es un canto, nace de un corazón de agua y miel en una cascada de sonrisas y vaga llegando a las hojas que lo espera con música del alma.

La inspiración mana sin saber por qué y las palabras fluyen con acordes melodiosos recorriendo la corriente de mi mente como voces que parecían enmudecidas de los tiempos inmemoriales y que de pronto, como por milagro, recorriendo un largo camino aparecieron dando señales de existencia en pedazos de hojas desteñidas por el tiempo.

De mis ríos interiores, bien oculto estaba el verso durmiendo la esencia de su ser, despertó en una luz que estaba retenido en pimpollo en mi alma que al infinito ahora se alarga.

Mi verso es un canto, como hilos que conectan las estrellas y el mundo, como niebla que se fuga a las nubes más allá del horizonte.

Mi verso es un canto, como veladas voces cuyo velo aparto para que purificadas y transfiguradas se van en el aire meciendo su esencia y llegan desde lo hondo con delicadeza y alegría, como gotas de agua, despacio y de a una, al papel donde bailan una danza sin fin.




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martes, 21 de febrero de 2012

Eres mi música


Eres mi música, mi numen, mi inspiración, mis poemas nacen al compás de tu sentir, al latir de tu corazón.
El pentagrama de tu amor, con notas claras, redondas, tibias, despacio se van a su destino, para encontrarse más tarde en mi cuerpo, siguiendo el curso largo de una huella imborrable.
Eres mi música, toda de espuma blanca que me besa con sabor a los zumos del mundo.
¡Qué gusto denso y aromático a tierra, a sol, a mar!
Son sonidos dulces que me llegan, no sé si de las estrellas o de las auroras de cielos nuevos con un asombro infinito y mientras no vengas tú yo me quedaré en la orilla de tus notas, de tus vuelos, de tus sueños, de las estelas, inmóvil, esperándote y escuchándote expectante.
Eres mi música, sé que sólo quiero estar contigo, canturreando, susurrando tus sones únicos e inolvidables.
Ni en el mirar, ni en el besar aprendí lo que tu música me quería hacer llegar y entonces sin que tú supieras un gran sollozo estalló en mi ser para que tú me besaras y me estrecharas en tus brazos, lágrimas que tú secarías besándolas gota a gota entre música de agua clara.
Eres mi música, cuando tú me elegiste, el amor eligió, salí del gran anónimo de todos, de la nada, recibí tus compases de amor que llegaron al fondo de mi alma, hasta las profundidades más hondas y mi tristeza fue toda alegría, gozosa de que tú me encontraras y me hicieras rodar, prendida a tu ser, en tu pulso, en tu corazón.
Eres mi música, no te vallas nunca porque si lo haces retornaré a ese mundo imperfecto en que vivía sin diferencias en el agua, en la gota, en la nube y en mi boca quedará tan sólo tu nombre perdiendo yo el mío.
Eres mi música, tus compases caminarán conmigo y mientras yo te sienta mi ilusión, mis anhelos brillarán intensamente con luces parpadeantes buscando el horizonte tuyo y mío.
Siento que tu sueño es mi deseo, siento que tu mirada es mí descanso y que la música de tu alma me colma de paz infinita…

Yo aquí, tú ahí...



Yo aquí, sola esperándote, tu ahí queriendo estar a mi lado pero las trabas de los imposibles han hecho un tejido fuerte y entrelazado y los no saber por qué nos separan cada día más.
¡Ay, ensueños inagotables sintonizados en frecuencias virtuosas!. Las que no nos dejan unirnos, las que se cobran en dolores y pesares y recaban al sonido de la vida sus aportes…
Pido la calma por no estar contigo, como alma que quiere resplandecer, ¡dar luz!.. De que ama, dar la buena nueva de ser tu amante… dispuesta a vivir a tu lado.
Tú ahí… yo aquí, nostalgias me invaden y no quiero sentir el dolor de que estés lejos de mí, ¿Qué es lo misterioso que nos impide estar juntos? ¿Cuándo y cómo llegarás a mí?
¿Acaso el destino no quiere que estemos juntos?
Quiero que vivamos  amándonos en la danza incomparable de un ensueño que sueño despierta, en vigilia permanente para encontrarnos de improviso.
Tú ahí… yo aquí, cuidemos nuestro amor porque es un tesoro único aún desde la lejanía.
Me he dado cuenta de que amarte me lleva a lo inmenso que me conduce a tus amantes brazos.
Tú ahí… yo aquí y aunque distantes mi amor está libre, suelto, con tu sombra misteriosa y puedo vivir en ti sin temor a lo que más deseo, a tu beso, a tus abrazos que me llegan sin rozarme, tu solo cuerpo posible, tu dulce cuerpo pensado.
Y acaso tú algún día leerás estos versos, saberlo yo me colma de paz y yo aquí, recordándote a la orilla del mar.
Existe un amor tranquilo que dura hasta la eternidad y un amor tempestuoso, apasionado y loco que es el que sembré en el alma para quererte a ti que durará por siempre.
Tú ahí… yo aquí, el rumor de mi sangre va cantando tu nombre y el viento de la noche lo repite al pasar.
Tú ahí… yo aquí, pero siempre juntos los dos aguardando, esperando, susurrando, a vivir la vida, a que se la sienta…

Soñando te amo



Soñando te amo, ¡cómo suena en mi alma la imagen de una noche completa en tus brazos, diluyéndome toda en caricias tiernas y dulces, mientras tú te brindas a mí extasiado!
Soñando te amo, ¡qué incesante el temblor de miradas que vendrá en la emoción del abrazo y qué intenso el coloquio de besos que tendré estremecida en tus labios!
Soñando te amo, ¡cómo sueño las largas horas azules que me esperan recostada feliz a tu lado, sin más luz que la luz de tus ojos, sin más lecho que aquel de tu brazo!
¡Cómo siento mi amor encenderse en la mística voz de tus cantares, notas tristes, alegres y profundas que unirán mi emoción a tu amparo!
Soñando te amo, la noche regada de estrellas que enviará desde todos sus astros la más pura armonía de brillantes luces a mi lecho de amor contigo a mi lado.
Soñando te amo, lo saben nuestras almas más allá del horizonte y más allá del sol y tus sueño y mi sueño se unieron en cadenas de flores de lirios y azahares.
Soñando te amo, asomada en mí misma contemplo los momentos que juntos vivimos y me vuelve a la vida en tu destello mis crepúsculos que sueñan bañarse en tus luces…
Soñando te amo se fueron las tinieblas de mis pupilas desde que hallé tu corazón que alumbraba al mío en penumbras.
Sí, mi amor es así, como un torrente, como un río crecido en plena tempestad, como una azalea prendiendo raíces en el viento, como una lluvia íntima, sin nubes y sin mar…
Soñando  te amo, cabalgo horizontes cruzando rosales quitándole espinas que puedan herirnos, anhelando la paz, la hora sin ruido, cuando nada turbe los momentos de ensueños apasionados.
¡Oh mágica noche de sueños de versos que me alumbran y dan amor a mi alma! 

En busca del amor



En busca del amor, el que siempre he querido en mi existir a través de la vida, a través del tiempo.
Ese,  el amor que nunca he vivido, que sea  toda pasión, que entre en mi corazón que siempre lo ha anhelado.
¡Ay… Amor de misterio, que entre amores me has puesto! 
¡Ay… Amor de misterio, que suspendida me has dejado! Quisiera encontrarte algún día para ser totalmente feliz y así oiré la melodía de la vida con su ritmo y su compás, estaré en tono, entonada, en sintonía, afinada al estar junto a ti.
¡Magia ¡Magias de amores, son momentos únicos, de belleza, de dicha, sólo buscando el amor.
En el aire camina la esperanza ya que tan sólo voy en búsqueda del amor y en la tierra camino tras de ti y en las noches sueño con el amor, el dulce amor que tejiendo ilusiones y dicha quiero que entre en mi alma que espera callada y plena.
En busca del amor el cual parece que está muy cerca, que no se escapará lo guardaré entre besos apretados y tímidas  caricias.
Llegará fuerte, tan hondo que aunque vuele a buscar otros cambios  no dejaré que se marche.
Por él escribiré sonetos de alfabeto romántico buscando su secreto escondite en los mapas trazados en firmes arenas y los azules del cielo.
¡Qué claro estaría todo si ya te encontrara! En busca del amor, amor que está oculto como valioso tesoro escondido por hadas y por diosas del amor en mundos mágicos e imaginarios donde sólo hay espera ansiosa e impaciente.
Estoy labrando su sombra, estaré detrás de él voy por el camino que se hace más estrecho cuando creo estar más cerca.
En busca del amor, a su encuentro voy, toda trémula, expectante, para vivir en él, sin temor a lo que yo más deseo, sus tiernas declaraciones al estar frente a mí, su ternura y bondad al estrecharme en sus brazos.
En busca del amor, estar ya siempre pensando en los labios, en la voz, en el cuerpo, y en que yo misma te encontré para poder quererte por siempre.  

No mires atrás



No mires atrás, deja que tus huellas se borren en las arenas del olvido, vive el Hoy, no desandes el camino que ya recorriste.
Vivía sin aire, entre lágrimas derramadas, penas agobiantes, amores sin amor, esto fue tan irreal como fuego que no arde.
Ahora sí volveré a emprender mi verdadero camino porque me iré por donde he venido y atrás no miraré.
Ya no esperaré verte desde mí existir, tú el amor que ya fue.
No mires atrás, las olas veloces cambian como la arena en las manos del viento, sin dejar huella.
Estoy confundida en las ondas que tras de mí se cierran como flores sin dejar rastro.
No mires atrás, la vida es como un río, en ciertos momentos cascadas de aguas cristalinas  te brindan, amores, pasiones, dichas y felicidades pero también en otros momentos aguas turbulentas de falsedades, envidias sinsabores  todo lo cual eres incapaz de superar para ir hacia adelante.
Todo cambia, menos yo, que mido las arenas, el tiempo cruel, el mar inmenso, buscando otras playas de paz y amor.
No mires atrás, arranca el misterio a las sedas del alga como flor volandera y bien segura elévate al más allá en las ondas azuladas.
No mires atrás, extiende tu cuerpo hacia fronteras lejanas nadie ya te alcanza, corre, vuela, en la pradera sin medida de las verdes aguas.
Avanza como  arquero del sol, por el bosque de cristales, si mirar hacia atrás.
Siguen mis miradas las huellas leves del pasado vivido cual puñal sufrido y coronas de amores.
Y despierta en la alta sombra que parece andar desnuda por dentro, hacia un mundo perfecto.
No mires atrás, lo vivido cae como ordo en la niebla en un valle triste y agobiado.
El ángel de la luna me cuida y me protege recorriendo el océano de verdes  amapolas  angustiadas.

Atardecer frente al mar


Atardecer frente al mar, sé que mi corazón alguna que otra tarde recordará estas serenas aguas del mar y este levísimo encantamiento azul del cielo que las sueña.
Sé muy bien que mi corazón recordará este crepúsculo, buscará este frescor, estos reflejos del lento atardecer que ven mis ojos.
Atardecer frente al mar, los pájaros escriben con sus vuelos en la celeste página la belleza y verdad de la cual soy testigo.
Esta visión, esta emoción, viaja ya por el tiempo, hasta este día para dejar temblando su milagro desnudo en las aguas.
Entonces, me acordaré del hoy.
Donde fluye vida, mis ojos brotan como manantial de agua al son de la música al ver el sol esconderse entre nubes en el horizonte.
Cuando agoniza el sol, el agua se le entrega, fraternal, sumisa, envolviéndolo con guirnaldas de flores y collares  ondulantes. Desaparecen estos espléndidos colores de un arcoíris  iridiscente, soñando va la tarde azul y la vida marcha hacia el ocaso.
Entre abanicos de espuma de olas que golpean sin cesar las rocas, el cielo se va tornando de colores rojizos ante la puesta del astro.
El mar por la sal sutil y el iodo sano plateado por los hilos del sol conserva la música de sus ondas en marcha.
Atardecer frente al mar, entre trompetas radiantes del agua el cielo como una flor dormida cierra sus pétalos de colores.
Atardecer frente al mar, entre aromas de mar y sal mi corazón se estremece y mi alma renace en onda paz y me veo reflejada en espléndidas sinfonías que viajan al ritmo sigiloso al encuentro de este atardecer tan esperado
¡Tengo todo el mar en mi pecho!
¡Todo el cielo en mi alma!
Atardecer soñado que frente a mí se cierra y queda plasmado en mis pupilas por siempre.
¡Cuánta  gracia, el cielo y la mar a mi cuerpo entregan!, pájaro de fuego, reflejándose en los sonoros espejos.

Amor desesperado



Amor desesperado, te espero, no encuentro tus pasos tras los mios, te encuentro y tus huellas se funden en las mías.
Necesito tus brazos, tus auroras indecisas porque sin ellas sería cambiar la duda de mi existir como en un mundo a oscuras.
Amor desesperado, si te marcharas de mi lado desfallecería pero no moriría porque siempre serás el dueño de mis pensamientos y el motivo por el cual quiera vivir.
No quiero tus ausencias serían angustias y tormentos de cielos negros sin estrellas ni luces sin atardeceres esplendidos y sin amaneceres  extasiados  y  plenos,  con cantares de pájaros y perfumes de naturaleza que traen las suaves brisas que acarician.
Amor desesperado, abre las puertas de mi corazón solitario ven hacia el umbral en penumbras de mi alma, duerme dentro de mis sueños y seamos en secreto por siempre el uno del otro.
No quiero tu imagen fuera de mi mundo, no deseo olvidarte ni entregarme en las manos del imposible o del nunca jamás.
Amor desesperado, amor ven a mí, devana una a una cada aventura que contigo imaginé tener, extiéndeme tu mano, levanta de mi suelo todas las tristezas, todas las lágrimas, y alguna alegría que dejé caer por si acaso un día vinieras a mi, enhébralas como cuentas en el collar de la vida.
Amor desesperado, amor entra en mí vida, se mi silencio, mi voz, mis ojos,  mi locura, mi pasión, mi calma y mi tormento.
Sea yo para ti lo que eres tú para mí.
A orillas de las aguas claras nos bañaremos en la sal de la espuma con estrellas, sobre la arena nuestros pies desnudos, lejanos y mudos dejan una promesa dibujada entre nuestras voces ensimismadas que dividen el aire y atraviesan lo azul de la naturaleza mientras cruzamos la playa y nos amamos.
Amor desesperado, amor que ante todo y mi razón está, amor que va más allá de la verdad.
Amor que va clavado como flecha ardiente se lleva mis lágrimas y mi dolor dejándome la ilusión dentro de los espejos.
Guiada por tus ojos labro en mi interior resplandores y dichas que la duda empañaba.
Amor desesperado libérame de la tristeza, préstame tus alas para volar a tu mundo y estar junto a ti por siempre! 

Besos en la noche



Besos en la noche, tu beso, mil besos en la noche… besos, besos que en la noche unen nuestras almas, besos que regalan empatías de amantes furtivos que se encuentran en el silencio de la oscura noche.
Te espero, no estás… tus besos… en la noche ya no los encuentro, tras mis pasos hay derroche de amor…
Besos que descubro, me deleitan y me confunden… Besos, en  noches de amor que colman de pasión los ávidos labios.
Besos, vida que retorna a nuestros sueños, tan ansiados como ciertos…
Besos que despiertan el silencio, y que entorpecen los sentidos, enigmas de la vida sin amor.
Entre tu verdad mas honda y yo me pones siempre tus besos.
La presiento, cerca ya, la espero, no la alcanzo cuando estoy más cerca de ella, me cierras el paso tú, te me ofreces en los labios. Y ya no quiero saber que algún día muy cercano ya no estarás conmigo.
No quiero dejarte ir y te doy mis besos porque se que un día el beso tuyo de tan lejos te va a nacer, lo estarás escondiendo detrás de ti y lo que me negabas, se me entregará, me lo darás sin querer y serás todo mío, seremos dos amándonos hasta el fin porque los labios ceden su forma al otro labio que los viene a besar.
Besos en la noche, cálidos, sinceros, que se dan con la mirada y algunos se dan con la memoria.
Hay besos que dan sólo las almas, hay otros por prohibidos, verdaderos.
Besos en la noche esperados siempre, nobles, enigmáticos, silenciosos, que arrebatan los sentidos, algunos misteriosos que han dejado mil sueños errantes y perdidos.
Besos en la noche, algunos problemáticos que encierran una clave que nadie ha descifrado, besos perfumados, tibios que palpitan en íntimos anhelos dejando huellas en los labios como un campo de sol colmado de blancas azucenas, ingenuos y  puros.
Besos en la noche, como estrellas de pasión, ojos de luna, en poemas de amor viajan hasta tu alma

Indiferencia



Sentí total indiferencia, me despegué de ti, ya no estoy a tu lado, mi amor se fue como vuelo de golondrinas.
¿No sientes mi resistencia a que tu nombre sea mi canción?
Mi desencanto por ti es como un volcán que surgió en un minuto de adentro, muy adentro, desde el fondo de mi corazón.
Ya nada palpita entre los dos, ni besos, ni miradas, ni gozos esperados y en este expirar del amor, la apatía me inunda y me lleva por caminos curvos entre selvas vírgenes y roquedales altos.
Indiferencia, desamor que se desató como vendaval brisa o suspiro bajo mi submundo, como temblor y calor de tierra en mi angustia desolada.
Indiferencia, mi espacio está vacío de ti, el gran aire que me aleja me aísla de tu lado y sólo avizoro en mi horizonte un nuevo sendero que me conduce a un nuevo amor con el cual seguramente la felicidad me inundará.
La frialdad se adentró en mi alma y la despojó de memorias, de recuerdos vividos plenos de amor, ya no existes en mi vida, siento tan sólo desinterés y desdén por algo que fue maravilloso y único.
Indiferencia, sentimiento de incomprensión por no ser tú parte de mi vida, es una verdad definitiva que traspasa los límites antiguos.
Desencanto tras el hallazgo de la realidad de saber quien realmente eras.
Indiferencia porque todas tus palabras repetitivas y falsas eran presagio de verdades no dichas y tu inventada figura se convirtió en miles de cristales rotos.
Eras tan solo un espejismo en un desierto de oscuridades y silencio.
Indiferencia, cual triste sentimiento en lentas claridades, muy despacio me hace ir hacia las puertas del olvido para encontrar mi paz en otros rumbos.
Indiferencia, testigo cierto de la firmeza de que Hoy ya no significas nada en mi vida, fuiste un fuerte soplo de la suave brisa que golpeó mi alma pero desperté ante la realidad inundada de pesares y herida en mis sentimientos que tan celosamente defendí de injustas vanidades y desoladas sombras, dudas de existencia.

Tus caricias



Tus caricias como aroma de flores de azahares impregnan mi piel y me envuelven en suaves delirios de ensueño haciéndome sentir que a nada en el mundo se parecen.
Tus caricias, leves como la seda, frescas como brisa al amanecer, son promesas de dichas desatadas.
Las quiero en mí a mi alcance, cerquísima, como está el ser amado con el ritmo de su cuerpo al lado mío que aunque sin verse se siente, se sueña.
Tus caricias deshojan mi tristeza en anhelosos huecos de amor, dándole luz a mi alma.
Laten en mis sienes como tenues sombras de ruidos, caricias que como pétalos de rosas se deslizan en mi rostro cual temblores de hojas y gotas del cielo.
Tus caricias como tímidas palabras sueltas o murmullos en el aire, en lento encanto, sin ansias, descubren mi cuerpo lentamente, allí en ardorosas palmas que me llevan a reclinar mi mejilla en el blancor de plumas que visten nuestro lecho de amor.
Tus caricias, que como gotas de lluvia caen sobre el papel, ese, el florido del azar, donde las letras bailan y crean palabras de amor.
Tus caricias me hacen conocer tu mundo, me quedo inmensamente deslumbrada al ver que el brazo que te tiendo tu me lo estrechas.
Tus caricias flotan en el paraíso ideal de lo que anhelamos ser, en ese velo súbito en nuestra vida tan clara.
Son sutiles como alas de mariposa y aleteos de ángeles que protegen  mi ser y le dan paz a mi alma.
Tus caricias me estremecen de impaciencia y soy feliz sintiéndolas latir con frenesí en mi piel.
Me seducen, me apasionan y crean dentro de mi mundo interior una alegría sin fín.
Tus caricias, sin ellas no concibo el no tenerte, son una cálida huella de los sueños que soñamos con el aire azul en cada día. 

He renunciado a ti



He renunciado a ti, no sé si te has dado cuenta que  ya no te llamo, no te escribo, no te busco.
He renunciado a ti porque es irrealidad nuestro amor, porque mis fantasías, fueron sólo eso y nada más.
Quedarás en celdas de mi memoria y te guardaré en albergues vastos, mínimos y en mi alma te encerraré en cercos sin prisión.
He renunciado a ti, ya mis pensamientos se han distendido y no existen más.
Hoy la fervorosa negación de tu ausencia, tu recuerdo, va por mi ser entero, por mis venas, fluye dentro de mí y es el cansancio del alma, de pies a frente, sin dolor, circula tan despacio que si en él me mirase ya no te vería más.
He renunciado a ti y en arrobada calma de las contradicciones de mi misma me digo que nuestros sentimientos están desencontrados, nuestros pasos no caminan la misma senda, nuestros caminos se cruzan pero jamás se juntarán.
Me acuno en el cansancio y a mi ánimo torpe se le apaga la llama donde vive aún lo pasado.
Y mi rendido espíritu abandona la lucha inútil que ha batallado por tener tu amor y ganar tu corazón.
He renunciado a ti aunque todos mis sentidos se nieguen a aceptarlo.
Quiero dejar de recordarte aún cuando hasta por mis venas la misma sangre vuelta recuerdos.
He renunciado a ti, porque he buscado conquistarte de mil maneras, he tratado pero en vano, abrir la puerta de tu corazón ni siquiera has intentado quitar ese cerrojo con el que quieres convencerte de que nadie lo quitará.
He renunciado a ti, a esperar juntos los atardeceres de ensueño, a las cálidas noches donde volábamos juntos a buscar los amaneceres que dejaban caer las frescas gotas de rocío en nuestros rostros.
He renunciado a ti, a bailar al ritmo de los sonidos que provoca la lluvia cuando cae sobre nuestros cuerpos, a las palabras dulces, tiernas, provocadoras y sensuales que salían de tus labios.
He renunciado a ti, porque todas mis intenciones han sido amarrarte a mi y temo causarte heridas ya que todas mis ilusiones se desvanecieron y siento que de mis manos se escapan como arena entre los dedos todas las esperanzas que puse para que nuestro amor floreciera como flor en primavera.
He renunciado a ti.